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Guía de viaje Nueva York V: Los 10 bocados más apetitosos de la Gran Manzana

Sería casi un insulto a los norteamericanos ir a la cuna de la fast food, los perritos, los donuts y demás y no recomendar, por ejemplo, nuestra hamburguesería favorita o un restaurante temático tan original en el diseño como excelente en la comida. Pero más allá de la parrilla Estados Unidos acoge algunos de los mejores restaurantes de cocina extranjera -por ejemplo, italianos- y además ofrece suculentos Brunch, otro invento yanqui, teñidos de Navidad en la época en la que fuimos. 

Si te pierdes este capítulo de nuestra guía de viaje por Nueva York tu estómago lo lamentará por el resto de sus días. Si la lees, la báscula no te devolverá una sonrisa pero, al menos, serás un gordito feliz. ¡Aprovecha, que estás de vacaciones! y recuerda... si no te apetece beber más que agua, pídela del grifo -la sirven en la mayoría de los locales- y tendrás más para gastar en comida. ¡Alabada sea la gula!

Ya lo recomendó el Rey de Zamunda

Dale un respiro a tu estómago entre plato y plato con
una buena ensalada a tu gusto.

Bien sabrás que Eddie Murphy huyó del lujo y lo selecto en el famoso film para, renunciando a su título de Príncipe de Zamunda, integrarse como un neoyorquino más de clase media baja. No así su padre cuando vino a llevarle de vuelta y eligió el Waldorf Astoria como lugar donde descansar sus reales posaderas. Digno de un rey y de merecidísima fama, el Waldorf Astoria aparece en toda guía como una visita indispensable para aquellos que no podemos permitirnos alojarnos en él (aunque te sorprendería la relación calidad-precio). 

Aquí comienza un recorrido tres veces más grande que el
que se aprecia en la fotografía. El entorno, de lujo: el
hotel Waldorf Astoria.
Sin embargo, en lugar de malgastar nuestro presupuesto para el viaje como a veces hacemos huyendo de lo que creemos inaccesible, el aclamado hotel ofrece un servicio de Brunch desde los 98 dólares que mentiría si os digo que no los vale hasta el último centavo. Digo desde porque de ahí parte si bien nunca pierde de vista la actualidad y existen especiales como el del Día de San Valentín o el que nosotros degustamos, el del Día de Acción de Gracias. Por 145 dólares por persona, el ThankgsGiving Brunch del Waldorf Astoria -según nos dijeron, los básicos nada tienen que envidiarle salvo los platos más tradicionales de tan señalada fecha- nos ofreció tal cantidad de platos que ni siquiera cabían en una fotografía panorámica. 

Llamadnos golosos, pero las tartas caseras, pasteles y nubes mojadas en la fuente de chocolate
son, a nuestro juicio, la mejor sección.
Más de 100 postres entre numerosas tartas caseras, pasteles y merengues preparados en el momento escoltan una generosa fuente de chocolate con leche. Un dato que vale 98 dólares en uno de los hoteles más reconocidos del mundo. 


Los quesos geniales; más el embutido y jamón, aunque buenos,
resultarán normalitos a todo español.
Bien, pues es sólo una anécdota; hablamos de estación -o sección- de sopas, embutidos, marisco (langostas, caviar, almejas, ostras), desayuno clásico continental con huevos en diversos formatos, tortitas y salchichas; cocina norteamericana sureña y platos tradicionales de Thanksgiving como el pavo con salsa de arándanos (especial Navidad), carnes cortadas al gusto y tiernas que bien podrían hacer nuestra costumbre con el cochinillo asado (ya sabes, la de cortarlo con el plato)... La comida es abundante, variada, de enorme calidad -salvo el jamón serrano y el embutido que, todo hay que decirlo y recordarlo, seguimos siendo los reyes- y, pese a todo, nunca lo alabaríamos si la experiencia no fuese completada por una extraordinaria ambientación y un servicio memorable. Afortunadamente, es el caso.

La sección de salmones acoge también un capítulo
para elaborar blinis.
Reitero y no me hartaré de recordar que estamos en uno de los hoteles más exclusivos del mundo y vengas de donde vengas y sea cual sea tu historia una vez atraviesas el umbral de su puerta en calidad de cliente eres tratado como el Rey de Zamunda. 


Así luce la estación de marisco. Recuerda que, aunque se
trate de buffet, has de ser responsable eligiendo comida.
¡No tires nada!
Los camareros son sublimes y el que nos atendió, que me disculpe porque olvidé su nombre, no dio tiempo a que pidiésemos nada pues todo lo que nos faltaba enseguida acudía a preguntar sobre si deseábamos más -como rellenar la copa de agua, como ejemplo más banal-. La decoración del salón comedor, con la batalla clásica de los hoteles históricos por modernizar sin renunciar a su clásico estilo, amén de las cómodas y amplias sillas invitan a tomarse la comida con calma no importa las veces que uno se levante para volver con nuevos y apetitosos platos. Pero cuidado, porque la música en vivo -nuestra pianista fue espectacular- puede llevarte peligrosamente al mundo de Morfeo... ¡y sería una pena echar a perder ostras tan exquisitas durmiéndose sobre ellas!.
Incluso los panes merecen toda una sección dedicada a recorrer diversos sabores, texturas y tamaños.


Música de piano en vivo para un 'brunch' inolvidable.
En definitiva, un completo brunch neoyorquino que te permitirá presumir de que estuviste comiendo en el Waldorf Astoria y de paso, aunque vayan a matarme los propietarios por recomendaros lo siguiente, jugar en sus ascensores con tu pareja a ver si elegís pulsar el mismo piso yendo en ascensores diferentes, ¡a lo Serendipity!. ¡No hay mejor forma de bajar -o subir, según se mire- la comida que empacharnos de amor y vomitar arco iris!

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- El Waldorf Astoria se sitúa en el número 301 de Park Avenue y el salón del Brunch tiene lugar en su planta baja (según entras, todo recto... ¡no tiene pérdida!.
- El coste para adultos parte de 98$ (impuestos y propinas no incluidas) por los 65 dólares de los niños de 5 a 12 años. Consultar especiales en http://peacockalleyrestaurant.com/sundaybrunch/
- El horario para sentarse es de 10 a 14 horas. Haz como nosotros y todo buen español y apura para hacer hambre y no comer a una hora que desayunarías pero... ¡aprovecha también!

Camareros y cantantes

Sí, las que allí te cantan en unos minutos estarán sirviéndote.
Si eres capaz de imaginar gente salida de Broadway -más bien que nunca estuvo pero que lo merece- sirviéndote los mejores y más estrambóticos batidos para, acto seguido, darse la vuelta y cantarte micrófono en mano, bien podrías montar un Ellen Stardust. Este clásico dinner pegado a Times Square es reconocible tanto por la seña musical de identidad como por las colas que habitualmente esperan a ser sentadas fuera del local. Dentro, una estupenda atmósfera jovial y divertida coincide con melodías y voces para el recuerdo; y no, no es uno de esos restaurantes que apuestan por una idea original descuidando la comida. 


La comida es tan buena como las voces.
En Ellen Stardust todo está bueno, no importa si apuestas por las hamburguesas y otros platos de dinner si bien su fuerte son los postres. No deberías perderte ninguno ni, por supuesto, sus batidos. Jamás olvidaremos nuestra estancia allí batido de Oreo en mano y escuchando "One Day More" del musical de Los Miserables que, por cierto, habíamos visto tan solo unos días atrás. Sin la música la vida sería un error... y la comida entra mucho mejor. Mira el pedazo de vídeo (literal y metafórico) que grabamos:


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- Ellen´s Stardust Diner está en el 1650 de Broadway, hace esquina y sus colas lo delatan. Si no te importa beber o comer en la barra quizá puedan sentarte antes.
- Precios normales, entre 10 y 15 dólares los principales y los batidos en torno a los 6, por ejemplo.
- Abre ¡todos los días! hasta las 12 y algunos hasta la 1 de la mañana. Consultar en http://www.ellensstardustdiner.com

La cocina sureña en dosis transgénicas

Si quieres probar la mejor comida sureña (Estados Unidos profundo, vaya) sin necesidad de moverte de Nueva York el día que escojas pasear por Harlem déjate caer por Amy Ruth´s. Por 20 dólares tienes un combo del pollo frito y el costillar con la mejor salsa barbacoa -¡muy suave!- que recuerdo y dos acompañantes a elegir -la sweet potato y el maíz son menesteres-. Claro que nosotros pecamos de gula y pedimos uno por persona pero para dos estaría ya genial. Suele haber una espera de unos 15 minutos así que paciencia y luego... a disfrutar de la comida y de la inconfundible y auténtica atmósfera de Harlem.
Pollo frito y el costillar con la mejor salsa barbacoa que hemos probado; un 'combo' obligado.

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-  Amy Ruth´s está en el corazón de Harlem, en el 113 West de la 116 Street. http://www.amyruthsharlem.com/
- Abre de 11:30 a 10 de la noche... ¡viernes y sábados hasta las 5 y media de la mañana!
- El combo de pollo frito y costillar (compensa en caso de que quisieras elegir uno de los dos platos por separado, pues la diferencia es de 3 dólares) es escandasolamente bueno.

Por fin... la mejor hamburguesa de Manhattan
7 oz., 200 gramos de la mejor carne... ¡a la plancha!. Sin duda,
nuestra hamburguesa favorita.
La mejor hamburguesa de Manhattan, con todo el sabor de la brasa y con un peso que coquetea con los 200 gramos la encontrarás en el Jackson Hole. Así de sentenciosos somos sabedores del gusto de la carne (recomendada en su punto), el tamaño, la relación calidad precio (unos 12 dólares con patatas incluidas) y los acompañamientos (el bacon está increíblemente rico). Tienes varios repartidos por el barrio más famoso de Nueva York y todos comparten identidad y carnes sabrosas. Sobre el entorno, amaderado muy el estilo cowboy y respecto de la variedad tienes varios tipos de carnes aunque la estrella siempre será la homónima del lugar. Insisto y repito como comí, es decir, hasta la saciedad: Jackson Hole es la mejor hamburguesa de Nueva York y así lleva siendo desde 1972.

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- Hay 8 Jackson Hole en Nueva York. Encuentra el que más te convenga en http://www.jacksonholeburgers.com/
- Entre 13 y 18 dólares por persona en función de si pides hamburguesa con acompañamientos y bebida, sólo carne, etcétera.

... y las mejores patatas
Así se hace una hamburguesa: sin escatimar en añadidos.
Completarían el podio de las hamburguesas neoyorquinas Five Guys y Shake Shack. El primero lo hemos incluido porque, en contra de lo que leerás por ahí, no por sus famosas patatas... (si habéis probado las del Friday´s con pimienta negra, ganan de calle) sino por aquello de lo que menos presume el local: sus hamburguesas. El sabor es bastante diferente -e igual de bueno- de lo que estamos acostumbrados pero es que, por primera vez en lo que debería ser una hermosa costumbre, TODOS los añadidos son gratuitos. Por el mismo precio podrás apilar una montaña de lechuga, tomate, queso, setas y lo que te dé la real gana configurando una hamburguesa a tu gusto y sí, has leído bien, manteniendo el precio original.

Las patatas más famosas de Manhattan... aunque no las mejores.
De igual manera ocurre con el refill en régimen de autoservicio: pagas tu bebida y te levantas las veces que quieras a llenarlo de una poderosa y avanzada máquina dentro de la cual anidan más de 10 bebidas diferentes (imagina de qué están hechas, claro). FiveGuys merece la segunda posición por la relación calidad-precio-no-escatimo-en-ingredientes.


Busca este letrero: esconde una de las mejores hamburguesas
de Manhattan.
Respecto de Shake Shack, aparte del meneo que esconde su nombre y se traduce en un vibrador que te alerta de que tu pedido está listo, hay que hablar de las hamburguesas y el formato. Similar a un McDonalds en fisonomía y ADN, su sabor es de los que enganchan, de los que sin ser asombrosos poseen un valor añadido o cuando menos diferente que, unido a sus 4 dólares 75 centavos por hamburguesa, hace de él un lugar obligatorio para cualquier visitante y bolsillo. 


Sí queridos, sí; sabe como pinta.
Pero por amor de todos los dioses de la comida, si en realidad estimas tu paladar, PIDE LAS PATATAS. Anchas y con una salsa de queso de las que, si te quedas sin patatas, mojarás hasta la bufanda para seguir engulliendo semejante manjar. Por unos 7 dólares tienes la, a nuestro juicio y el de nuestro agradecido estómago, la tercera mejor opción de Manhattan en lo que a hamburguesas se refiere.

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- FiveGuys y Shake Shack son cadenas, por lo que te recomendamos consultar su enorme listado de locales en sus páginas web: www.fiveguys.com y www.shakeshack.com
- El precio en FiveGuys fue de 26 dólares para dos hamburguesas y una de patatas mientras que en Shake Shack lo mismo costó algo más de 13. 

El más cinematográfico
El banco de Forrest Gump, con Nike y todo, te da la
bienvenida a Bubba Gump Shrimp & Co.
Aunque algunos lo tilden de turistada y otros de excesivamente turístico dada su ubicación - Times Square - y su cinematográfica temática, sigue siendo uno de nuestros favoritos. No sabemos si por el inolvidable labio de Bubba o por la ternura de Gump, pero la cadena surgida primero en la ficción y trasladada a la realidad y con la combinación de ambos nombres como bandera resulta en un estupendo restaurante donde probar todas las recetas de la abuela de Bubba. Ya sabes: gambas al ajillo, rebozadas, cocidas... y no queda ahí la cosa. 
Fíjate en todos los detalles del universo  Forrest.
Existen combinados de gambas con costillares (el de la foto de portada del presente artículo), pollo frito, smoothies (batidos naturales de fruta), cócteles y un sinfín de platos más en la generosa carta que, por muy elevada que sea su calidad, palidece ante el nivel de ambientación y el servicio. Ambos son geniales, especialmente la recreación del mundo de Forrest con guiños explícitos e implícitos en cada rincón. Visita tan cara como obligada -siempre podrás ir a tomarte un batido o un postre y vivirás de igual manera la experiencia-.

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- Bubba Shrimp Co. se ubica en el 1501 de Broadway, en pleno Times Square. 
- Un plato principal avista los 20 dólares, mientras que el "cóctel" de gambas, con tres tipos más patatas, alcanza los 26 dólares. 
- No te pierdas su tienda: merchandising puro y duro ¡pero es que nos encanta Forrest!

Los perritos, mejor de dos en dos
Estética caribeña para unos 'smoothies' geniales.
Si te fijas en una de las misiones de "Simon dice" que el villano de Jungal de Cristal 3 pone a Bruce Willis y Samuel L. Jackson, al fondo verás un tal Gray´s Papaya. Un nombre presente por partida doble en Manhattan y famoso en todo el mundo -ya sabes que a los norteamericanos les encanta aquello de the world famous- por sus perritos calientes. Lejos de derribar tópicos, añadiré uno: también por sus smoothies


No hagas caso de las críticas: la mejor forma de convencerte
del sabor de Gray´s Papaya es devorando sus perritos.
Sobre los perritos oirás que si son de estética y tacto similares a los de "plástico" del  Ikea, algo que no seré yo quien lo niegue, pero sí quien afirme con rotundidad que no existe mejor hot-dog. El secreto: la salsa y el queso (opcional), además del precio. Véase su pack estrella: dos perritos calientes y un smoothie tamaño mediano -grande en inglés americano- cuesta ¡4,95$! Darás cuenta de cada uno con un par de bocados, sí, pero para un apuro y sobre todo para darte el gustazo de haber probado los mejores perritos, sirven. 

Más de un siglo haciendo pizzas
Si leísteis nuestra crónica puramente viajera sobre Nueva York recordaréis que Little Italy ha sido absorbida en su mayoría por Chinatown en las últimas décadas. Sin embargo hay un reducto patrio que se niega a ceder, orgulloso del inmigrante italiano que dio lugar a generaciones de italoamericanos que se instalaron aquí a base de esfuerzo y tesón entre fogones -los que más- y alguno de malas artes y trajeado. Ocupémonos del legal, de, por ejemplo, la familia Lombardi, cuyo local de 1897 se considera cuna del estilo neoyorquino de pizza y primera pizzería de la ciudad. Pero como nuestra ansia de comer no entiende de Historia hablemos de alimentos, y hagámoslo a lo grande. 
Sí, pudimos con ella... entre dos. ¡Atrévete!

 Porque en Lombardi´s la pizza mediana es grande y la grande gigantesca (pedid una para dos). Tan abismal tamaño para tamaña simpleza de ingredientes: sólo con la margarita se te saltarán las lágrimas, si le añades las meatballs o albóndigas darás con la mejor receta de la pizzería. Ve con paciencia, siempre tocará esperar; más puedes darte una vuelta por los alrededores con el aparato que te entregan y que vibrará para avisarte de que tu mesa está lista. 

Palabra de exerasmus italiano: Lombardi´s merece la pena.

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- Lombardi´s se sitúa en el número 32 de Spring Street. Nosotros pedimos una pizza gigante y bebimos ese día agua y pagamos 30 dólares. Quizá te parezca cara pero es asequible debido al tamaño.
- La margarita está genial pero si le añades albóndigas no te arrepentirás.

Aquí se  enamoró Frank Sinatra de Nueva York
Sólo el horno de leña sería capaz de parir una pizza así.
Idéntica reseña podríamos aplicar a Juliana´s pues heredan el concepto gigantesco y además encierran también una bonita historia: aquí continúa realmente el legado de la antigua Grimaldi´s, también en Brooklyn, y no del local que actualmente recibe aquel nombre. Me explico: Grimaldi´s, famosa pizzería en Brooklyn por producto y clientes asiduos -Frank Sinatra, por ejemplo- cedió el negocio y quienes recogieron el testigo no perpetuaron la calidad. 


El tamaño repite la bestialidad de Lombardi´s.
Así las cosas, el retorno de la familia Grimaldi a la pizza de horno no pudo darse con el antiguo nombre debido a problemas de licencia ni tampoco en el mismo local, así que compraron uno pegadito y allí continuaron haciendo historia. Así que si vas, no te confundas: verás un Grimaldi´s pero el auténtico y genuino es el Juliana´s. 

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- Juliana´s Pizza se sitúa en el 19 de Old Fulton Street, Brooklyn.
- Algo más económico que el Lombardi´s: 26 dólares la pizza gigante con un ingrediente. 
- El local es más soso pero sí te permite ver el horno de leña en el que hacen las pizzas.

Manhattan con acento italiano
El Hotel Giraffe alberga un
italiano espléndido.
Me adelanto a lo que, a estas alturas, pensaréis y que tras leer las siguientes líneas confirmaréis: sí, soy un fanático de la cadena Library Hotel Collection. Como veréis en sus hoteles y habéis podido comprobar en avances y reseña sobre una de sus azoteas, los hoteles brillan en todos los aspectos. Quisimos intentar sacarle una pega, por ejemplo, en la gastronomía, y entonces topamos con el "Bread&Tulips" del Hotel Giraffe. No hace falta recorrerse los más de 100 restaurantes italianos que hay en Manhattan para asegurar que se trata de uno de los mejores ya no del barrio, sino de la ciudad. 
La atmósfera es acogedora y romántica.
Cuando desciendes sus escaleras no imaginas la excelente ambientación que te espera abajo, menos aún toparte con el horno de leña y una carta de las que avanzan un buen local: escueta, sencilla pero suficientemente variada y apta para todos los paladares.
¿Pulpo en un italiano? Sí, y riquísimo.
Como entrantes, hechos en el cielo, pusimos a prueba al restaurante en su atrevida propuesta de pulpo y se lo quisimos poner fácil con una nueva tanda de meatballs. Tanto las albóndigas como el poco frecuente plato en una carta italiana cumplieron con creces -el pulpo estaba MUY rico-. Visto lo cual echamos el resto apostando por una especie de croquetas que servían de rebozo a las aceitunas ¡y aún nos relamemos pensando en el resultado!
Las mejores albóndigas de Manhattan te esperan sobre una base de queso en Bread&Tulips.
Para platos, esta vez sí, sacamos el lado más típico de nuestros vecinos del Mediterráneo: Fettuccine Bolognesa y Pappardelle con cordero, tomate y parmesano. Adictivo el primero, sabroso el segundo. Recomendables ambos. Disculpad la luz de las fotografías ya que apenas tuvimos tiempo de ajustar la cámara a la coqueta y tenue  atmósfera del local, en realidad no quisimos dedicarle mucho más porque nos reclamaban los tesoros gastronómicos que teníamos delante.
Los Fettuccine Bolognesa fueron una acertadísima
elección.

Y sí, hubo tiempo para un "chocolate y nueces",el clásico brownie, que repetía en calidad, justo en cantidad y, como estamos acostumbrados aquí, de precio similar al resto de platos. Vayas con amigos -recomendable para salir satisfechos de una buena comida en Nueva York fuera de la norteamericana- como con pareja -añade a lo anterior la romántica atmósfera- Bread&Tulips es uno de los mejores italianos de Manhattan y restaurantes de todo Nueva York.

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- Bread&Tulips se sitúa en el sótano del Hotel Giraffe, en el número 365 de Park Avenue.
- Su página web posee información de horarios, localización y precios http://www.breadandtulipsnyc.com/
- Calcula unos 10 dólares máximo por entrante, unos 20 por plato principal y cerca de 9 por postre, más bebida y propinas.



Jesús Clemente Rubio