Portaventura juega con la nostalgia y los recuerdos el año que sopla 30 velas desde su apertura. Recupera canción original de 1995 y platos de entonces en algunos de sus restaurantes, introduce ornamentación personalizada con cada uno de los mundos que toca y modifica el desfile final para celebrar por todo lo alto tres décadas y, en realidad, una segunda juventud al servicio del usuario a base de modernización y adaptación a la exigente demanda.