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Gran Canaria XIII: Golf, desconexión y relax en Salobre Serenity Resort


Tan amplio es el abanico turístico de España que uno puede escaparse de su ciudad en busca de la multitud de otras urbes, elegir entre playa y montaña o bien apostar por una de las majestuosas islas. Pero el ser humano a veces lo quiere todo y todo no se puede... o quizás sí. Salobre Resort Serenity proporciona la ambientación volcánica de las Canarias, la desconexión y el aislamiento de un alojamiento rural y las comodidades de un completo resort con tratamiento acuático incorporado. Todo ello completado por una academia e instalaciones de golf que remata un complejo diseñado para unas vacaciones donde el reencuentro con uno mismo y con la compañía, el mimo personal y el deporte se funden magistralmente. Es serenidad, paz y sosiego. Es deporte, montaña pero también islas canarias. Es Salobre Resort Serenity.
Tranquilidad y aventura perfectamente integrados. Salobre hace lo imposible.

En la introducción hemos ahondado en algunos de los puntos fuertes de nuestra experiencia en Salobre, pero no vayas a pensar que el aislamiento te privará de playa. El hotel dispone un traslado gratuito con varias horas durante el día hasta un "Beach Point" en Maspalomas así que, tranquilo, cuando quieras tendrás playa. Es éste el principal rasgo del Hotel Salobre Serenity Resort, que nada te viene impuesto, que todo está a tu elección. Ya sea el aprendizaje en su academia de golf o el perfeccionamiento en su enorme campo y hoyos de dificultado gradual. O  bien en el recinto Be Aloe, uno de los dos edificios que asoman desde la explanada principal del hotel y donde cuerpo y espíritu hallarán la paz arrebatada por el trepidante ritmo del día a día cotidiano y laboral. Nosotros no tuvimos tiempo de probarlo porque nuestro fin de semana fue dirigido al resto de instalaciones, de las que enseguida te damos cuenta, pero todos los que preguntamos que de allí venían respondían con una generosa sonrisa que justificaba las vacaciones. Por algo será.


Incluso el gimnasio goza de unas espectaculares vistas. 

Piscinas climatizadas y habitaciones amplias en Hotel Salobre


Los dos aspectos más destacables de nuestra visita fueron las piscinas. Vasos y más vasos distribuidos por un hotel que quizá te suponga un mundo sobre el mapa o en las primeras informaciones que recoges en recepción. Pero enseguida aprenderás, harás tuyo y convertirás en tu particular senda donde resulta hasta divertido descubrir atajos. Es el "precio" que hay que pagar por una integración absoluta de cada edificio en la naturaleza montañosa que lo rodea.

Modernidad, luminosidad y amplitud son los tres rasgos de las habitaciones.

Sobre las habitaciones, son gigantescas. Se nota el esfuerzo de Salobre por hacer de su hotel, amén de sostenible, accesible, y la comodidad está garantizada para todo perfil viajero. Amplios armarios, confortable cama e igualmente generosa terraza para que no eches de menos tu casa y, es más, hagas de la habitación tu nuevo hogar con imperdibles amaneceres y atardeceres sentado o tumbado en el exterior. Por no hablar del moderno y espacioso cuarto de baño con ducha y bañera en el mismo habitáculo pudiendo jugar, como fue nuestro caso, con los más pequeños sin miedo a mojar esto o aquello. Una delicia para familias.


La terraza es un descanso para la vista y las familias.

Como lo son también las piscinas, aptas para todas las edades. Entre las plantas número 4 y 7 se reparten varias climatizadas que alternan las dirigidas a adolescentes o más pequeños acompañados -más calientes- hasta las de adultos o incluso los que quieren una mayor privacidad, si bien en esta última la temperatura será algo menos elevada. En cualquier caso el emplazamiento es único rodeado de vegetación y siempre manteniendo un punto de fuga hacia la majestuosa y volcánica presencia del sur de Gran Canaria. 



Ya se de niños, adolescentes o adultos, las piscinas repiten patrón vegetal e infinity.


Pero es en la última planta donde Salobre Serenity Resort dispara las sensaciones con 2 ríos artificiales que transcurren bajo una hilera de camas balinesas enfocadas hacia ese mismo paisaje anteriormente mencionado, pero ganando en altura y espectacularidad. Aquí también está el vaso para bebés en el que, tengas uno o no, se antoja igualmente idílico saludar o despedir el día con el juego de luces con el que recompensa el sol cuando atardece así como el reflejo en las aguas que asoman entre vegetación canaria. 

Bebés y no bebés encuentran en el vaso más pequeño una agradable temperatura
para despedir el día. Además de un paisaje de ensueño.



Los atardeceres en la última planta de Salobre Serenity Resort son espectaculares.
Y ojo a la paz nocturna.

Una instantánea memorable que los que viajan sin infantes prefieren vivir en el Sunset Bar y su piscina infinity. Si por el contrario no te falta paz y te sobra adrenalina, rodeando este bar toparás con un gimnasio en el que también hay descanso para la vista y ejercicio para tus músculos, gracias a una variada propuesta de maquinaria y pesas. Toca reponer fuerzas. Comamos.


Cenas temáticas y desayunos bufé en Hotel Salobre Serenity 

En las comidas quizá os ocurra como a nosotros y tengáis sentimientos encontrados. Al menos en las cenas. Porque en los desayunos no hay lugar a debate; son espectaculares por variedad de estaciones, con crepes al momento así como tortillas al gusto y un sinfín de propuestas saladas y dulces. Pero en las cenas, al moverse entre temáticas, os podemos decir que la italiana nos dejó indiferentes, ya que proponía poco más de lo visto en otros días donde no dedican los platos al vecino mediterráneo, mientras que la que colocaba al marisco como protagonista fue espectacular. Así que llamadnos ingenuos o ilusos, pero preferimos quedarnos con la segunda ya que ahí es donde se aprecia el verdadero músculo en preparación, calidad y materia prima.




Las cenas temáticas sorprenden por calidad, variedad y presencia. Y sí,
siempre hay hueco para el postre ;).

Porque a la estación de pastas y pizzas, la de la plancha de pescados y carnes y los postres -esta última bastante notable, los hoteles suelen descuidar este apartado en las cenas y Salobre se lleva la palma con tartas caseras y gofres al chocolate- se sumaron navajas, mejillones, almejas, berberechos y muchos otros elementos que auparon a lo más alto la experiencia gastronómica. Quizá sí sería recomendable que un miembro del hotel acompañase al comensal a sentarse en lugar de tener que ser el huésped el que localice e incluso "luche" por conseguir su mesa, pero es un mal menor que palidece ante la calidad mencionada. 


Nos encantó la arquitectura del hotel. Vegetación y madera como protagonistas.

Con todo, el Hotel Salobre Serenity Resort quizá asuste sobre el papel por su aislamiento de todo y todos -se hace necesario un vehículo para llegar pero, tranquilo, tienes parking gratuito-. Por su distancia con la playa y su compleja distribución de edificios. Pero apenas pasas unas horas... qué decimos, un puñado de minutos allí, te percatas de que tus vacaciones son justo como imaginaste. Hasta coges cariño a su arquitectura amaderada y sostenible.

Encuentras tranquilidad y reposo, aventura y deporte, agua y gimnasio, tratamientos y wellness. Todo a elección del huésped, nunca impuesto. Y ser libres es todo lo que pedimos en nuestros días vacacionales cuando en los laborales somos esclavos de la rutina. 

Más información en https://www.salobrehotel.com/


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Gran Canaria III: Talasoterapia. Si llueve, relájate. Aprende la diferencia entre un SPA convencional y la Talasoterapia.

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Jesús Clemente Rubio