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Gran Canaria XII: Seaside Palm Beach justifica ser el hotel más galardonado de la isla

Llevábamos años queriendo probar el hotel. Desde aquel 2014 en que, tímidamente, nos asomamos a sus instalaciones y tratamientos de talasoterapia, no habíamos regresado. Y con el riesgo de que el tiempo hubiera agigantado la imagen y experiencia, acudimos por fin a alojarnos y exprimir las posibilidades del Seaside Palm Beach. Son muchos los galardones que avalan al complejo, pero queríamos comprobar con nuestros propios sentidos hasta qué punto los merece. Hasta el punto y seguido, hasta el punto y aparte, hasta el punto y final. Hablamos de un hotel destacable en todos los aspectos, a saber; servicio, gastronomía, instalaciones, posibilidades y ubicación, y que luego, no contento con ello, adereza cada materia con multitud de pequeños detalles que quizá -quizá no- echaste en falta siempre en tu alojamiento hotelero, y que aquí agradecerás y te percatarás de cuán te solucionan la vida. Seaside Palm Beach es un mar de palmeras, un océano de relax y una duna más de Maspalomas en lo que a vistosidad y magia se refiere. Ya veis que quedamos inmensamente satisfechos, ahora resta leer por qué afirmamos que el establecimiento justifica cada premio de cuantos recibe año tras año.

Seaside Palm Beach, entre palmeras, juegos y piscinas climatizadas

Son los elementos que te acompañarán durante toda tu estancia en Seaside Palm Beach. Las zonas comunes exteriores rebosan vegetación y presentan una excelente distribución que va, de una punta a otra, desde el parque infantil y local Pepe´s Club para los más pequeños, con una Julieta al frente que encandila a los niños -serán ellos los que pidan más y más tiempo bajo su tutela- hasta la otra punta, donde contrasta el público ya que el acceso es para mayores de 14 años. Pero no vayamos tan deprisa.



Tras pisar el gres del club para niños y la arena del parque infantil anexo, es turno de un buen remojón. Y aquí la posibilidad infantil es doble; para los más bebés una piscina climatizada con unos 28 grados y, un factor muy a tener en cuenta, a la sombra de palmeras para esos días calurosos que ni la gorra te quita la preocupación por los más pequeños. Y para los que ya se manejan un poquito más en el agua, una segunda piscina cuya climatización -unos 26 grados- puede adolecer en esos extraños días canarios invernales en los que se juntan viento y frío. Incluso en tales jornadas seguro que previa consulta o petición pueden subir algún grado más la temperatura pero, creednos, el resto de temporada siempre agradeceréis que los grados no sean muchos más pues lo que buscáis en el remojón es refrescar, no caldear.

Aunque las dos piscinas infantiles están climatizadas, es la de bebés (al fondo) la que
posee una temperatura especialmente elevada para esas edades.

Un tobogán en esta segunda piscina completa una zona separada por vegetación y escaleras del primer enclave hamaquero, desde donde podréis vigilar a los infantes más duchos en esto de la natación. Del resto os tendréis que encargar bañándoos con ellos, así que toca mover el trasero y renunciar por unos minutos al sol que asoma entre las altas palmeras que rodean el recinto.



La piscina de la zona común principal en el exterior está rodeada por un mar de
palmeras, hamacas, mesas del restaurante y el bar africano y juegos colectivos.

Una vegetación plantada sobre un terreno que serpentea hasta la piscina en la que adultos y niños algo más creciditos pueden coincidir. Es ésta el eje de varias localizaciones fundamentales repartidas en sus costados como los diversos juegos y actividades lúdicas -dardos, petanca, ping-pong-, bar africano y terraza del restaurante principal -que casi se fusionan en su vertiente más cerca a la piscina, por lo que podrás desayunar, comer y cenar premiando a la vista con agua y palmeras- y, ya más alejado, asoma el rincón adulto (acceso en la foto de portada).


30 grados en el agua salada, 23 en el exterior y un pequeño rincón burbujeante.
Todo ello salpicado de vegetación. Así es la talasoterapia en Seaside.

Nuestro favorito, por cosas evidentes. Como la temperatura del agua, templada en el vaso más grande que dispone cuello de cisne, chorros y hasta bicicleta para comenzar el tratamiento y reconfortante y caliente en la más reducida y que remata un burbujeante minijacuzzi. Son los dos primeros pasos de un completo circuito gratuito y al aire libre que culmina en la zona de relax, donde los niños ya sabíamos que no están permitidos pero tampoco los móviles y, ya por la tarde, la sauna con cueva de sal, calor húmedo y una coqueta estancia para los amantes de la calma, paz y serenidad. Si eres de los que lo absoluto les parece insuficiente, siempre podrás rematar con un tratamiento de pago extra como el que reseñamos en su día en este enlace.



Gimnasio equipado con suficiente material y al aire libre. Sin prisas y
con toda la pausa y seguridad del mundo. 

Vaya... eres de los que dicen no necesitar nunca esta desconexión o que consideran que su cuerpo no merece ser mimado. También hay opciones para ti. Este ala del hotel queda rematada por el gimnasio al aire libre que, repitiendo espíritu del resto de las instalaciones, se integra completamente en los elementos y estética natural del Seaside. Seguro que nos viste en redes sociales disfrutando de él porque el ejercicio a primera hora de la mañana, en tiempos de pandemia y al aire libre sienta doblemente mejor a cuerpo y mente. Y aquí en un puñado de metros cuadrados encontrarás suficiente aparatología, maquinaria e instrumentos para cubrir todos los grupos musculares sin echar de menos nada salvo más peso. Pero tampoco hemos venido a preparar nuestra cita olímpica en Halterofilia. 

En Seaside comer es un placer

Si sabes comer bien, que cantaría Miliki. Es difícil no hacerlo en Seaside Palm Beach debido a un bufé desayuno en el que con el paso de los días quizá eches en falta cambios en la oferta. Pero decimos quizás porque es tanta la variedad que siempre podrás navegar entre unos y otros platos salados y dulces sin aburrirte. Desde la plancha con huevos, tortillas al gusto y salchichas hasta las ensaladas, de los yogures de primeras marcas a los churros, tortitas y gofres. 

¿Imaginas una manera mejor de comenzar el día?

De las diferentes clases de panes combinables con tomate y aceite o bien mantequilla y mermelada hasta los, si eres de los que convierten en esta comida en la más contundente, potenciales montados y bocadillos con embutido y quesos. Culminando claro con zumo natural recién exprimido -nada de néctares azucarados, podrás ver en vivo cómo lo exprimen- y bollería en la que son destacables los croissant grandes y las pequeñas napolitanas de chocolate. En los líquidos habrá también zumos variados de fruta, cafés, ColaCao... en definitiva, todo lo que se espera de un desayuno de estas características.


Comer a la carta y frente a la piscina es posible en Seaside Palm Beach.

Pero es en las comidas, sí, en esos almuerzos desterrados por muchos hoteles que apuestan claramente por la media pensión Desayuno - Cena, donde Seaside Palm Beach da el do de pecho. Con una carta que cambia algunos platos cada semana y que premia al comensal con tapas clásicas y platos principales muy logrados en calidad y cantidad. Cabría mencionar cada uno de los que podéis ver en las fotos y muchos otros que no aparecen, pero partamos del concepto genérico de que aquí no hablamos de restos de bufé de cenas anteriores, ni comidas aburridas preparadas para un ejército, ni nada parecido. Hablamos de carta, platos recién hechos y que se antojan deliciosos como el pulpo o los chopitos, los pescados del día -mucho canario, muy sabrosos- o solomillos y entrecots. O las croquetas en sus diversas variantes y que siempre suponen un acierto por el tino en su preparación. Sentenciar siempre fue peligroso así que diremos que estamos ante uno de los mejores hoteles en la parcela gastronómica en general pero el almuerzo en particular, que podrás degustar en las mesas del restaurante o bien en las del cercano -pegado- Bar Africano. Y que podrás cambiar previa consulta y petición en tu régimen de media pensión priorizándolo sobre la cena.

Vegetales, pescados, carnes... la gastronomía de Seaside destaca por cantidad y calidad.

Claro que esto también podría ser un error porque te perderías las acertadas cenas, que van desde completas cartas hasta barbacoas y bufés temáticos en días alternos. Si hoy toca carta, mañana barbacoa española, por ejemplo. Estos días especiales los vivimos nosotros con comida española, italiana y asiática y salvo esta última, de carácter medio, las otras dos merecen la calificación de extraordinarias. El sabor ahumado de salchichas, carnes, pescados y verdura; el excelente trabajo con las pizzas o los arroces. Y todo ello rematado por una ambientación única gracias a la iluminación nocturna (te hablamos siempre de la terraza, aunque también tienes zona interior).

Entre dunas y palmeras, Seaside 

La localización es otro de los puntos fuertes de Seaside Palm Beach. Seguro que en algún momento has sufrido la desidia de comprobar que la distancia con respecto a la playa que te marcaban portales de reservas o webs de hoteles se multiplicaba luego en vivo. Aquí se quedan largos. Os diremos que estáis a tres minutos exactos caminando de la playa de Maspalomas, con sus majestuosas dunas sumando algún minuto más. Un lujo que hace casi de vuestra habitación también vuestra hamaca debido a la facilidad de ir y volver una y otra vez. Es más, no tengas miedo de asomarte cada día para comprobar si el tiempo está a tu gusto y, en caso contrario, retornar, pues nunca notarás tiempo perdido. 


¿Quieres saber si hace día de playa? Basta con asomarte desde tu habitación. 
Siente la magia de las dunas de Maspalomas.

Eso en la cuestión playera, porque el hotel en sí se esconde también tras dos o tres edificaciones y se rodea, casi es abrazado, de un mar de vegetación y palmeras que le protegen del posible viento con el que puedas topar en la playa y que, intramuros, notarás como una brisa que incluso se agradece. Hablamos del sur de la isla, el mejor enclave meteorológico de Gran Canaria con permiso de Puerto de Mogán que, en cualquier caso, queda a 25 minutos en coche. Menos si eliges otras playas como Amadores, Tauro o Anfi del Mar. 

El hotel combina elementos clásicos con otros desenfadados en una 
estética recién repasada.

La diferencia del Seaside Palm Beach reside en los detalles

- Como todo en la vida, cierto, pero es que aquí han hecho acopio de una serie de aspectos que, por sí solos, solucionan unos cuantos quebraderos de cabeza o maximizan tu experiencia vacacional. Juntos explican que la "sala de trofeos" del hotel sume adquisiciones año tras año.

- Por ejemplo, el personal. Ya no hablamos de una diligencia suprema con sonrisa de principio a fin y profesionalidad desde la recepción hasta los socorristas, de calidad vaya, sino también de cantidad. Hay muchísimos empleados, una barbaridad, y nunca te harán sentir agobiado, siempre atendido. Un rasgo más destacable aún en los tiempos que corren donde algunos actores de la industria turística ha recortado en personal en detrimento del servicio.  

- En las piscinas, te sentirás un marqués, un jeque. Apenas pones un pie y oteas hamacas libres, enseguida aparece el socorrista para preguntarte por el número de personas y prepararte hamacas con colchoneta -importantísima y muy cómoda- y juego de toallas. Llegar y tumbarte. Ni Julio César. 

- En la gastronomía, la opción de cambiar la media pensión sin peros ni tapujos más que la disponibilidad así como echar el resto en los almuerzos es algo que hemos visto muy pocas veces, y que todo huésped agradece.

- Música en vivo todas las noches en el salón bar interior así como en la terraza comedor exterior. Y no creas que hablamos de espectáculos casposos e infumables, sino de artistas de muchísima calidad en voz e instrumentos. 

- Variedad de juegos y actividades siempre disponibles y con material en buen estado para su práctica.

- Distancias entre las zonas comunes, muy reducidas y que facilitan el desplazamiento con una distribución asequible para cualquier movilidad. 

- Botella de agua y bombón para cada huésped y cada noche en habitaciones, huelga decir, amplias, confortables, de aspecto moderno -con pintura y moqueta recién renovadas- y, en nuestro caso, vistas memorables al mar y las dunas, sin saber quién baña a quién.

Insisto, pequeñeces que hacen aún más grande al Seaside Palm Beach, al que siete años después hemos podido conocer en profundidad y que refrenda aquel primer flechazo en el que caímos rendidos a sus palmeras, instalaciones y servicio. Sin olvidar que hablamos del paraíso canarión, de la isla más versátil, de Gran Canaria.

Más información en https://www.hotel-palm-beach.com/es


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Gran Canaria III: Talasoterapia. Si llueve, relájate. Aprende la diferencia entre un SPA convencional y la Talasoterapia.

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Jesús Clemente Rubio