Cuando uno embarca en Pireo en el Celestyal Crystal lo hace ya con cierto afecto tras haberle visto allí atracado, escoltado por barcos mucho mayores pero no tan coquetos como el de la compañía griega, y como guiñándote cómplice un ojo por elegirle a él de entre tanto titán. Son muchas las ventajas de una naviera con embarcaciones de menor tamaño y aunque ya dimos cuenta de ellas en este enlace, Celestyal nos ha vuelto a sorprender con más razones para elegirlos.
Por ello, antes de sumergirnos en otro de los itinerarios que surcamos bajo bandera griega, aprovechamos para repasar las posibilidades del Crystal con especial mención a la principal novedad: el camarote elegido. Una Junior Balcony Suite en la que, apenas explores, te preguntarás cómo serán las de mayor categoría.
Ahora sabemos por qué optar por camarote con balcón es a veces obsesión para muchos, pese al incremento de precio. Si hablábamos de encanto en las líneas anteriores, aquí el sentimiento ya dibuja corazones.
Dedica entre cinco y diez minutos diarios, al menos, al mar. La recompensa es mucho mayor. |
Enamora a primera vista -literal- el acceder y comprobar que, manteniendo las comodidades y amplitudes de la categoría doble superior que ya pudimos probar, la vista y el foco se dirigen en la SBJ al fondo del camarote donde, majestuoso, asoma el mar acompañado de rayos de sol o luz de luna, según lo que marque el reloj. El caso es que es un verdadero placer, en cualquier momento de tu viaje, dedicar unos minutos, no te robamos más pero hazlo, a dejarte caer por tu balcón.
En cubierta compartirás momentos inolvidables. |
El '3 continentes' destaca por itinerario y por los períodos de viaje. ¡Navidad en altamar! |
El resto, decíamos, repite dos sofás individuales y uno doble que, en nuestro caso, siempre hacen las veces de estantes donde dejar colocada y accesible la ropa o accesorios, si bien la magnitud de los armarios permite un correcto almacenaje de todas tus pertenencias -salvo el calzado- para dos pasajeros. Vestido y traje para la cena de gala con el capitán incluidos.
El camino también es destino
Lo mejor de los cruceros es que cubren las rutas entre destinos mientras duermes. |
La zona de la piscina tiene también bar y techo acristalado. Que el tiempo no pare tus vacaciones. |
Desayuna en cubierta. No se nos ocurre mejor manera de comenzar la jornada. |
Sin olvidar la sesión de entrenamiento en un recogido pero equipado gimnasio, de nuevo cara al mar, y que permite liberar tensiones, toxinas y culpas antes de pasarte por las estaciones puntuales de comida que, ese día, correspondió a crepes salados y dulces.
Aunque los restaurantes buffet responden, las cenas a la carta son muy recomendables. |
En las transiciones entre comidas, baños y ejercicio, siempre podrás echar mano de las actividades programadas, que van desde clases de salsa hasta bingo, pasando por una imperdible charla histórica sobre Egipto o los espectáculos nocturnos; el de Mitología Griega y el de Cabaret nos sorprendieron gratamente.
Lo mejor de todo es que cerrárás tu día con un más que positivo balance y, tanto si culminas o no en la discoteca -en manos de un soberbio Dj Alberto- sonreirás sabiendo que esto no ha hecho más que empezar. Y es que al día siguiente es el turno de la primera parada: Egipto, ni más ni menos. Primer destino y primer continente para continuar una historia a la que aún le restaban 6 días inolvidables. Más información en este enlace.
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