Regresamos al WAH Show de Madrid para ver si, efectivamente, en segundas venidas sigue provocando ese efecto de dejar ojiplático y boquiabierto. Lo hacemos con un par de variaciones con respecto a aquella nuestra primera vez: la experiencia VIP y el estreno de la quinta temporada. Y certificamos lo que en su momento escribimos... que estamos ante el show más completo y con más calidad de la capital.
Es así porque ya desde la entrada la experiencia VIP premia al asistente con una visita personalizada por el food hall con comida variada, animación puntual y estaciones como la nueva para casarte o renovar votos allí mismo. Pero en esta ocasión nuestro destino está por encima de todo esto, allí arriba donde sólo unos privilegiados se sientan a la espera de un menú degustación de 6 pases divididos en 2 tandas más el postre. No estamos ante un Estrella Michelín, pero sí ante una combinación de platos y sabores que sin duda complacerán al más exigente... desde las vieiras a los nigiris, del salmón a los postres. Pierdes la algarabía colectiva de abajo, ganas un primer pase íntimo y exclusivo ideal para parejas.
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Parejas que después son conducidas, nuevamente de manera personalizada, hasta su mesa, enfrente del escenario, donde certificamos que todo lo bien que hablamos en su momento de Wah...se quedó corto. En esta quinta temporada hay novedades que tampoco vamos a desgranar, pero sí suficientes para que nos parezca un show nuevo o, por qué no, uno conocido que merece la pena revisitar, como un buen libro o nuestra película favorita. Hay multitud de géneros, numerosos artistas en escena y talento a raudales. Cada espectador encontrará en WAH al menos un número que le tocará el corazón, y no lo hace por jugar con las emociones -que también- sino por la calidad vocal, instrumental y audiovisual. Puro espectáculo.
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Pero es que apenas terminan en alto y bajan del escenario para juntarse con el resto de mortales, los artistas nunca dejan de serlo porque nos acompañan a la zona de la Catedral, donde la fiesta continúa (¿o empieza? uno ya nunca sabe) con 2 horas híbridas entre interpretaciones en directo para después dejar paso a un DJ con gasolina infinita. En un ambiente extraordinario, todos a una sentiréis que sois partícipes del fiestón que nadie se quiere perder y del que cada uno de los presentes hablará en futuras e inmediatas conversaciones. Porque WAH Madrid no es un espectáculo, son tres; porque WAH somos todos.
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Jesús Clemente Rubio