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Mejores hoteles República Dominicana III: Dormir en una riqueza 'natural' de La Romana

Punta Cana es República Dominicana sólo por ubicación. Y por servicio. Pero no por autenticidad. Para eso has de escapar de este conglomerado de resorts, que también nos encantó y disfrutamos como puedes leer aquí, y desplazarte unos kilómetros al suroeste para toparte, en La Romana, con Bayahíbe. Allí donde aún no están las asfixiantes multitudes, donde a la salida del hotel toparás con colmados y población local que te mostrarán la verdadera cara dominicana, donde el sargazo que atemoriza costas dominicanas, mexicanas y cubanas no ha llegado y respeta las aguas cristalinas y turquesas. La riqueza natural de República Dominicana se llama Bayahíbe y el mejor anfitrión para conocerla es el Viva Wyndham Dominicus Beach, allí donde la vida es fiesta, alegría y color y, con permiso de y prudencia frente a la pandemia, encontramos la vida que tanto hemos -estamos- añorando y echando de menos. Uno de los enclaves más bonitos de esta hermosa isla compartida por República Dominicana y Haití y, por ubicación, con aspiración caribeña.


El complejo es tan impresionante como el entorno.

Porque el Dominicus Beach tiene de todo y del todo la excelencia, nos resulta casi imposible reunir en un artículo de cuerpo uniforme sus bondades y virtudes. La extraordinaria animación -de las mejores que hemos visto nunca- y cuantiosas actividades, la gastronomía tematizada, las acogedoras habitaciones, la playa y demás zonas comunes... El hotel exhibe con orgullo su nombre y marca fundamentándola en poderosos argumentos que justifican el Viva, Viva la vida, Viva la fiesta, ¡VIVA WYNDHAM DOMINICUS BEACH!

La mejor animación hotelera está en Viva Dominicus Beach

De esta guisa nos recibieron los chicos de animación a nuestra llegada.
Un adelanto de lo mucho que estaban por mostrarnos.

Contundentes y sin remilgos, lo afirmamos porque así lo creemos. En cada actividad, apertura o cierre de la jornada animada, el equipo de animación saca músculo poniendo en escena a una multitud que baila y obliga, sin apenas darte cuenta, a mover el esqueleto y sumarte a sus bailes y alegría. Eso en el ámbito genérico, porque en el específico el arrojo por captar a huéspedes para cada uno de los deportes y torneos amistosos y gratuitos es tan plausible como efectivo: siempre toparás con numerosas personas de otras nacionalidades en tu búsqueda de la gloria lanzando dardos, jugando al volleyball o remando en kayak doble, por poner algunos ejemplos.

Momento aquafit. Una de las múltiples actividades a realizar con los chicos de animación.

Pero cuando uno termina la jornada diurna exhausto de tanta actividad, sol, playa y ritmo, la animación de VIVA no hace sino comenzar la segunda parte de su extraordinaria faceta laboral: la noche. Y como si cada uno fuera una orquesta que para todo vale, de repente, te ves en el amplio teatro aplaudiéndoles y lanzándoles vítores por actuaciones memorables como el show de Moulin Rouge o el de Michael Jackson. Sabéis que somos adeptos de los musicales y grandes espectáculos de los que siempre os damos cuenta en esta web, y os garantizamos que el baile que protagonizaron Bayron y Franchesca -con fuerte componente español, por cierto- en Moulin Rouge les hace dignos de componer el elenco de cualquier musical que haya triunfado en la calle de Gran Vía. Así como el imitador de Michael Jackson y las coreografías de los bailarines harían lo propio y, salvo pequeños y lógicos matices, no desentonarían en uno de nuestros principales teatros. Siempre creímos que los hoteles tenían que atreverse a cambiar la clásica y casposa apuesta nocturna... y por fin topamos con Viva Wyndham Dominicus Beach consiguiéndolo. 

'Welcome to paradise'. Ciertamente, lo es. En cualquier rincón y momento,
el equipo de animación prepara una fiesta. ¡Y qué fiesta!

No lamentes la ausencia de la discoteca debido a la pandemia, sino celebra el plus del equipo de animación por no dejarte sin fiesta programando, día sí y día también, diferentes eventos desde las 11 de la noche hasta la 1 y media de la madrugada; nunca olvidaremos la sonrisa de nuestra pequeña asistiendo a su primera fiesta playera, con la blanca arena bajo sus pies descalzos y un fresco vestido moviéndose al ritmo de la música del DJ contratado. Con las coreografías de Loco, Danza Kuduro y demás memorizadas tras días disfrutando de ellas.

La fiesta de la playa fue inolvidable. Por ambientación, por música, por familia.

Es ése el rasgo más positivo y la consecuencia más reseñable de semejante equipo de animación: pequeños momentos e instantes de juego, celebración, baile y fiesta que, en conjunto, tatúan en el corazón viajero un cariño especial hacia la cadena VIVA. 

Si te lo estás preguntando... sí, las actividades y animación infantil están mermadas por culpa de la pandemia, pero aún así gente como Nicole o Sophie harán todo y más para que tus pequeños tengan durante el día su propio rincón repleto de experiencias. Claro que la cubeta arrojando agua sobre los diferentes toboganes siempre ayuda para que los niños disfruten como lo que son.

Dormir en el corazón de La Romana

Hay un daño colateral de la fiesta comentada anteriormente; en función de tu localización a lo largo y ancho del hotel, oirás más o menos el ruido. La ventaja es que antes de la 1 de la mañana el ruido siempre cesará, si no eres como un servidor que todo lo oye también caerás sin importar que percibas más o menos intensidad musical y, lo más importante, las habitaciones te acogerán en su regazo como si de esponjosas nubes se tratasen. Luminosidad por el día, oscuridad por la noche con aire acondicionado de tres niveles de intensidad y almohadas mullidas para fortuna de tus cervicales. 

Nuestra habitación no era un bungalow, sino una con terraza perteneciente al Palace.


El equipo de limpieza es tan ágil como minucioso y los baños igualmente amplios con la ducha ocupando un tercio del mismo, lo cual siempre es de agradecer. Todo esto corresponde a una de las más actualizadas y reformadas pero, descuida, nos aseguraron que el hotel está en constante reforma -lo comprobamos de primera mano- por lo que seguramente para cuando te animes, mínimo, toparás como una estancia como la nuestra, si no mejor.

La mayor parte del complejo distribuye sus habitaciones en bungalows con terraza.

Viva Wyndham y sus bellas zonas comunes 

Un rasgo distintivo de la cadena, vayas hasta Cabarete o Samaná, son sus zonas comunes. VIVA tiene un don para elegir emplazamientos paradisíacos donde erigir sus complejos desde un absoluto respeto por la vegetación y el ecosistema, como demuestran las numerosas especies que te escoltarán a cada rincón del hotel. Nuestra favorita, claro, será siempre la rosa de Bayahíbe. 

Palmeras, arena, mar, hamacas y tumbonas de todo tipo. Disfruta.

Y mientras disfrutas del camino, prepara a tus sentidos para el destino que les depara; en uno de los extremos el columpio de VIVA con el Atlántico llegando casi a los pies del que en él se sienta (foto de portada) y con la estampa por delante que soñabas tener cuando imaginabas tus vacaciones.

Ser VIP tiene sus ventajas, como los espacios exclusivos en playa o restaurante buffet.

 En el otro, la zona VIP - de momento de acceso libre- adjunta al restaurante Atlantis, lugar desde el que disfrutar también del mejor atardecer y de su piscina reflejando el mar de nubes cuando el día nos dice adiós dejando paso a la mágica noche. Imposible no ver el romanticismo de pasear prácticamente a pie de playa por el recorrido asfaltado escuchando el sonido de las olas, observando los coquetos bungalows revestidos con heno y todo ello a la luz de la luna dejando un reguero iluminado en el mar. 






Piscinas para todos los gustos y momentos. De arriba abajo, la infinity de la zona
VIP, la de agua salada, la que mejor combina zona infantil y adulta y la principal.

Una belleza sin tregua incluso en horas de diversión y disfrute piscinero con piletas de efecto infinito -como la de agua salada-, otras recónditas que sólo alcanzarás tras explorar el mapa -contamos hasta 6 piscinas, pero creo que nos quedamos cortos- y bares mucho más allá del de la plaza principal, algunos cercanos a las diversas piscinas pero, claro, aquí tambíen tenemos un predilecto: los estupendos cócteles frutales, naturales y detox del Tiki Bar.

Bajo esa alfombra de heno te esperan cócteles naturales y, si así lo deseas, sin
azúcar ni aditivos. ¡Pura vitamina!
 

En resumen, un emplazamiento y hoteles únicos que han tenido a bien coincidir en el mismo espacio y tiempo para premiar al huésped con instantáneas soberbias e imágenes e idilios con la naturaleza para el recuerdo.





Los atardeceres en VIVA Dominicus Beach son espectaculares e inolvidables.

Restaurantes temáticos Dominicus Beach: degustando el mundo

Si en el anterior apartado hemos avanzado los bares y cócteles servidos en ello -dejándonos en el tintero las numerosas propuestas premium para los usuarios VIP y miembros del club VIVA- aquí tenemos que ensalzar los restaurantes tematizados. Tras nuestra irregular experiencia en Punta Cana llegamos quejicosos y exigentes a cada mesa y, salvo la del restaurante buffet así como la cena en La Roca, que cumplen sin sorprender (lo cual no quita que su pasta al pesto sea exquisita) tenemos que rendirnos al chef Daniele y la elección y ejecución de los platos que protagonizan cada una de las cartas. 


Coge un poco de arroz en el buffet y come frente al mar y no olvides pedir la pasta
al pesto en La Roca.

Partiendo del Fusión Latina, donde la selección sencillamente es PERFECTA y, probamos hasta 6 platos, todos nos parecieron deliciosos. Sobresalientes. No puede ser casualidad que los que allí coincidimos destacásemos entrantes como las arepas venezolanas o las empanadillas argentinas. No podemos creer en que sea casual que el rodizio brasileño o el churrasco maravillase los paladares de nuestra mesa y aledañas. Sin olvidar una cazuela de mariscos para la historia, sublime. Y como colofón para familias, una zona al aire libre con columpios para poder disfrutar hasta el final de una experiencia que... sí, continuó en el resto.


La fusión latina brilla por su selección y ejecución. Sólo vimos comensales satisfechos.

El local mexicano propone sombreros típicos a los comensales para fotografiarse tras su cena, y o todos somos grandes actores o las sonrisas que lucimos en ellas responden a otra velada gastronómica digna de comentar. Os podría hablar de las fajitas mixtas que agotaron cuantas tortitas pusieron para armarlas nosotros, cabría señalar el mix de entrantes "de todo un poco" donde ninguno palidece pero merece ser elevado al olimpo el taco de chuleta de cerdo, intensísimo sabor y que pide -exige- repetir. Con el latino en general y el mexicano en particular sobresalientes, desconfiábamos del resto, y el resto rompió nuestro escepticismo.



El mexicano asombra por cantidad y recreación de sabores de aquellas tierras.

Porque uno de los que restaba era el Atlantis, de pago para clientes estándar, incluido en los VIP, pero los 12 dólares y medio que te separan de él en caso de pertenecer al primer grupo justifican la inversión desde el primer minuto. Una situación privilegiada para, a la luz de la luna, sumergirte en el  atlántico en busca de marisco de altura, adictivo y crujiente calamar, la pasta con camarones y los deliciosos salmón con bechamel y rollos de mero al vino blanco. El coulant de chocolate, aunque manido como propuesta, estaba infinitamente mejor que la media de los que encuentras en un establecimiento que se dice especialista.





De arriba abajo, Atlantis satisfizo nuestro paladar partiendo de un crujiente calamar
y finalizando con un postre de perfecta factura, sin olvidar el salmón con bechamel.

Claro que si hablamos de cenar a la luz de la luna y de pescados ricos -en Atlantis la viera también era impresionante-, el VIVA Café seguramente se cuele en el número 1 de muchos. Lo hará por otra viera de plausible factura, un mero sin parangón e incluso un crepe que, aferrándose a lo simple, denota el trabajo y esfuerzo por dar a todo una vuelta de tuerca. 

Por último, fuera de los restaurantes tematizados, también hay vida: el VIVA Wyndham Dominicus Beach tiene a bien con determinados eventos organizar cenas en la plaza principal con diferentes estaciones de showcooking como la que nos deleitó con motivo del 14 de julio francés, con un rincón de casi una decena de tipos de quesos, crepes hechos y servidos en el momento y coctelería en vivo.

La estación de quesos en la cena del 14 de julio lucía así.

 Tómatelo con calma en los desayunos y comidas; las cenas son, sin duda, el punto fuerte de este hotel y cuantos visitamos durante nuestros 22 días en República Dominicana. 

Los servicios imperdibles de VIVA: deportes, fotografía y relax

Si el grupo de animación realiza una labor encomiable, el de deportes le da una réplica impagable. Desde el gimnasio a las actividades gratuitas bajo reserva como kayak (singular o doble), paddel surf o velero, entre muchos otros. Nosotros intentamos hacer todos pero me vais a permitir detenerme en el pequeño catamarán y la paciencia y buen hacer de chicos como Santana que, partiendo de un absoluto cero en nociones de navegación y exploración a vela, en apenas dos clases -suelen ser tres- supo revelarnos las acciones básicas para poder izar velas por nuestra cuenta. Y sí, las clases son también gratuitas, algo que no encontramos en Punta Cana y otros hoteles por más que buscamos dado que te cobraban 30 dólares por la obligatoria instrucción antes de poder valerte por ti mismo.

Tengáis o no alma de marineros o aunque vuestra relación con el agua y las olas no se acerque siquiera al idilio que tiene un servidor, os garantizo que la sensación del viento golpeándote la espalda e hinchando tu vela mientras avanzas hacia el horizonte purifica por unos instantes cuerpo y mente y reservará tus sentidos para el disfrute de la naturaleza. A partir de ahí, tan fácil como comer un pastel, que diría otro de los monitores e instructores deportivos, Jonnathan. 




Gratuitas, bajo reserva previa, saludables y liberadoras. Así son las actividades
deportivas en Viva Wyndham Dominicus Beach.

El deporte como contrapunto a permitirnos ciertas licencias y caprichos gastronómicos y, entre medias... el relax. No olvidemos que estamos de vacaciones, hemos venido a mimarnos y la acción y el verbo engloba también cuidar de nuestro cuerpo. Metamorphosis entra en juego no sólo con su completo SPA, sino con los masajes y tratamientos. En las fotos que acompañan estas líneas podrás ver el que disfrutamos en plena playa con las olas resonando en un fondo en el que sólo disfrutamos las ventajas del sol y la arena, combatiendo el calor bajo la cabaña instalada para la ocasión. 


Pero, si nos preguntas, aunque esta manipulación corporal ha sido de las mejores que hemos experimentado por emplear la presión justa para tratar sin dejar el placer de lado, siempre aconsejaremos tratamientos más amplios y que, por ende, ya se realizan en salas interiores y preparadas al detalle. En nuestro caso hicimos una envoltura en la que podíamos elegir entre 6 sustancias diferentes, optando finalmente por la de miel y avellana. Siempre precedida por masaje exfoliante y lógico aclarado, tras 20 minutos embadurnados en el preparado nuestra piel lucía y se sentía más suave y sana que nunca. Por si fuera poco, restaban casi 30 minutos de masaje relajante para salir de allí no andando como entraste no, sino flotando. Una nube de la que aún nos cuesta bajar.



La que debería ser la meta innegociable de todas vacaciones: el relax supremo.


Lo que también resulta ineludible es llenar el carrete de nuestras cámaras digitales y teléfonos móviles en tamaño complejo repleto de rincones "instagrameables". Pero, más allá de la destreza y aparato que cada uno tenga, ya sabéis que aquí siempre alabamos la profesionalidad en cada parcela. Y por mucha máquina y talento que uno gaste siempre podrá aparcar la fotografía de sus vacaciones como afición y dejarlo en manos profesionales como las del servicio de fotografía del hotel. No sabemos del resto, pero sí que la italiana María Paola tiene el terreno y cada ángulo perfectamente estudiado y sabe colocar en él a cada tipo de cliente que se le presente, se llame grupo de amigos o familia, como nuestro caso. A continuación podéis encontrar tres ejemplos de la sesión que nos realizó en apenas una hora con un resultado excelente tanto en la producción como en la posterior mejora digital. Si prefieres invertir un poco más y llevarte un recuerdo de altura de tus vacaciones, Maria Paola (@mapimarimariapaola en Instagram) y su objetivo, amén de su simpatía, están a tu servicio. 



El hotel cuenta con profesionales como Maria Paola que inmortalizarán momentos
vacacionales de todo tipo, desde los románticos hasta los más divertidos.

La sonrisa de VIVA, la satisfacción del cliente

De prácticamente nada serviría todo lo anteriormente comentado sin una sonrisa. Sin una eterna búsqueda de la satisfacción del cliente, previa escucha de sus demandas y propuestas, posterior agradecimiento y eterna sonrisa en todo el proceso. No es ningún secreto que la semana, de media, que uno pasa en un resort atiende a cada detalle y es la media de todos ellos la que configurará el resultado final, pero en la terna no todos los aspectos tienen el mismo peso. 

Salga el sol o las nubes conquisten el cielo, el ambiente de VIVA siempre te 
arrancará una sonrisa y premiará con innumerables momentazos familiares.
Foto: @mapimarimariapaola


La escucha activa de Samuel Savignon y Marco desde la parte hostelera, la atención específica en cada restaurante de Carla, Carlos y Alma Mia; la dedicada y personalizada atención del Guest Service y Flor Martínez así como de la conserjería y Pensi; el alegre buenos días de las responsables de limpieza, el mencionado espíritu complaciente de los equipos de animación y deportes, la gestión, coordinación, supervisión y cercanía de Claudio Natella... cada pieza del engranaje gira a la velocidad e intensidad correctas con una coherencia amable que ensalza la marca mucho más que el mejor restaurante o la zona común más impresionante. 


Con una sonrisa llegamos, sonrisas nos encontramos, y con sonrisa volvimos. 
La seña de identidad de VIVA.

Por eso recomendamos Viva Wyndham Dominicus Beach - con permiso de la vertiente Palace, cerrada aún por la pandemia y que escapa a nuestra imaginación lo que nos puede deparar- por encima de todas las cosas: por su capital humano. El que hace y nos hizo sentir que estábamos en las vacaciones perseguidas durante tanto tiempo, merecidas tras la pandemia que nos está tocando vivir. Un hotel para reencontrarte con la alegría, la belleza de las grandes y pequeñas cosas, la fiesta y la celebración de seguir vivos y poder volver a disfrutar. 

Viva te premiará en más de una ocasión con el momento que soñabas cuando
imaginabas tus vacaciones en República Dominicana.

Más información en la web de Viva Wyndham Dominicus Beach.

Jesús Clemente Rubio