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Gángsters: Diversión, acertijos y mafia en una sala +18

Entras en la sala "Gángsters", de Scavenger Escape. Y te sumerges de lleno en los años 20 de mafia, estraperlo, alcohol, juego... y sexo. La hija del líder de una banda parece haber dado un paso más en el flirteo con otro capo, y ello inicia una aventura de 60 minutos que, como en el caso del resto de salas de Scavenger, atrapan desde el primero gracias a una extraordinaria ambientación.

Si tuviéramos que emplear una sola palabra para describir esta sala, hablaríamos de diversión. Dinámica y variada en sus numerosos acertijos, todos los que os veáis encerrados os sentiréis partícipes de la escapada ya que, difícilmente, no seréis protagonistas o actores secundarios de la resolución de alguno de los puzles. Todo ello de una manera muy dinámica y entretenida que dispone todos los elementos del género mafioso en un único espacio de manera solvente y nada forzada. El premio al avance no incrementa la destreza requerida pero sí multiplica los retos en cuestión de diversidad, amén de elevar al máximo la experiencia mafiosa, ludópata y sexual. 

No obstante, hablamos de una sala no recomendada para menores de 18 años pero, tranquilo, nunca caerá en lenguaje ni soeces facilonas y sí juega y entremezcla de manera brillante las posibilidades que otorga dicha etiqueta.

Salvo que se te dé tremendamente mal, seguramente salgas de la sala, no sin ayuda solicitada a través del telefonillo. Al otro lado aguardará un no menos estupendo Game Master, responsables en parte del éxito de Scavenger y papel que esta vez asumió Stephi.

Es posible que no estemos ante la sala más larga -son 60 minutos, ya sabéis que hoy día existen retos de hasta 90-, ni la de mayor complejidad podemos asegurarte que es una de las más divertidas. Y al fin y al cabo, más allá de conseguir escapar o no, aquí hablamos de jugar... y qué sería del juego sin diversión, póker, alcohol y sexo.

Más información en la web de Scavenger Madrid y recuerda que puedes leer también nuestra experiencia en otras de sus salas, El Retrato de Picasso.



Jesús Clemente Rubio