Lo The Rombo Code es digno de estudio como modelo de negocio, como ejemplo de entretenimiento partiendo de una sencilla premisa y, sobre todo, como propuesta de ocio. Lo visitamos hace ya unos años cuando la moda de los 'escape room' no era tal y apenas gateaba en Madrid. Ahora, la capital presenta numerosas opciones que van desde lo mediocre a lo sublime, pero los chicos de The Rombo Code siguen fieles a sus inicios que les han llevado muy lejos, por toda la geografía española vaya: estancias muy bien ambientadas, juegos con exquisita curva de dificultad y hallazgos y sorpresas que premian doblemente tu astucia y rapidez en la toma de decisiones. Añádele patrocinios muy bien integrados y obtendrás el Ingrediente Perdido, la sala que hemos probado y donde, sin encontrarlo, hallamos una diversión que dio para horas de charla.
Quizá sin quererlo, The Rombo Code ha topado con una fórmula que da una vuelta de tuerca a las salas de escape conocidas aupando notablemente la experiencia: los patrocinios. El Ingrediente Perdido basa su premisa en un Doctor X capturado, una fórmula en la que falta un ingrediente y Herbal Essences apadrinando una sala con una integración magistral y que impregna toda la sala sin forzar y de manera muy original. Te verás rodeado de champús e ingredientes y características de los mismos en tus avances y progresos por una habitación de la que, como siempre, no destriparemos nada pero sí te adelantamos que para 2 (como fue nuestro caso) es todo un desafío, para 4 ya constituye una dificultad media o media baja (según tu experiencia) pero en cualquier caso te hará soltar más de un grito o saltito de alegría ridículo -qué bien se lo tienen que pasar los 'game master' desde sus sillas- en aras de continuar avanzando.
El sistema de pistas de The Rombo Code es, además, de los que más nos convencen: casi infinito, exige eso sí que todos estéis de acuerdo, aunque alguna pista se les escapa si ven que no avanzas durante largo tiempo. Fue nuestro caso, que por primera vez quedamos atrapados en una sala pero, creednos, fue tanto o más positiva la experiencia dado que nuestro periplo, aunque no terminó bien, sí arrojó alivio cuando terminó la cuenta atrás... ¡no podíamos más! Mucho estrés para 2 personas y muchas cosas en las que pensar y "casar" pero, insistimos, tremendamente recomendable por la originalidad y la variedad y cantidad de desafíos.
Más que una sala al uso, que lo es por la existencia de códigos, candados y demás parafernalia escapista, estamos ante un desafío que juega con elementos sobradamente conocidos (Herbal Essences ya se encarga de meter en nuestras casas sus champús bien a través del supermercado bien mediante publicidad en la TV) y logra integrar en el desarrollo del juego de manera muy divertida sus elementos y universo para crear otro nueva del que escapar... o no. Si has terminado el Misterio de Don Quijote, también de The Rombo Code, creemos que la siguiente sala tendría que ser el Ingrediente Perdido antes de atreverte con los otros dos juegos que poseen que, además de ser como mínimo para 3 jugadores, uno de ellos carece de candados y la naturaleza a la que estamos acostumbrados. Algún día lo probaremos y, escapemos vivos o no, daremos buena cuenta de ello. ¡Ah, y no te olvides de la foto final para tus redes sociales! Sabemos que muchos venís sólo por eso... en Instagram colgaremos la nuestra ;).
Más información en https://therombocode.es/madrid/juegos/el-ingrediente-perdido/
Jesús Clemente Rubio