Ya lo dijimos en las primeras impresiones (aquí, donde tienes toda la información técnica) aunque quizá con algo de prudencia, demasiada. El Galaxy S6 barre con nuestro escepticismo y eleva los piropos y virtudes un punto más con su versión curva, la que hemos probado y exprimido y tanto en funcionamiento, prestaciones como estética sigue llevándose, al menos en Android, el gato al agua. Porque el marcianito las prefiere con curvas, y las del S6 Edge son sugerentes, embriagadoras y hasta adictivas.
Refinado, elegante, ligero... pero sin tarjeta SD. |
Sabemos que lo importante radica en el interior, pero hemos de aplaudir lo que uno percibe a primera vista con el Samsung Galaxy S6 Edge en sus manos. Ligero, de refinada línea y, sin embargo, aspecto compacto. Algo así como el HTC One pero un punto por encima gracias a que por los laterales, como si del mar que imaginaban en la antigüedad se tratase, se desploman marco y pantalla. Ello logra una especie de efecto panorámico en el que la continuidad entre pantallas se visten de una transición óptica, nunca digital, y que dota a la experiencia, como decimos, de algo jamás visto. Así pues, las curvas de las que tanto dudé a la hora de innovar, cierran bocas de un plumazo con un impresionante aspecto.
La pantalla es tan buena que camufla la realidad fotográfica. |
La sensación de seguridad se completa con el enorme marco que posee la cámara fotográfica, última en resultar daña o recibir el impacto de cualquier golpe ya que la arquitectura facilita la absorción del mismo por otras partes del móvil. El único pero no viene de imitar a Iphone sellando el acceso a la batería, sino el eliminar ranura para tarjetas microSD: sabemos que la idea de Samsung es evitar saturaciones del sistema con GB y GB de datos, documentos, fotografías y vídeos; mas elimina el enfoque cada vez más extendido entre los usuarios de su móvil como una unidad portátil de memoria, como si de un Pendrive se tratase, vaya.
Metidos en materia, el segundo elemento a exaltar tiene un peligroso doble filo: si bien no hallaréis en el mercado pantalla igual a la de Samsung en cuanto a resolución y colorido, dicha intensidad juega malas pasadas, por ejemplo, con las fotografías. De nada sirve exhibir una visual de escándalo si luego las imágenes tomadas o vistas explorando, por ejemplo, no son reales al observarlas en monitores de ordenador y televisores, ya sean grandes o pequeños. La intensidad de los colores, por tanto, aunque deja estupefacto también engaña. Pero seamos de la escuela del positivismo y quedémonos con lo bueno: leer las noticias -en la pantalla de la izquierda posees un hilo de información actualizado al minuto- es tal placer que quien esté a tu lado creerá que tu móvil tiene una pegatina. Tal es la resolución y calidad de la pantalla de Samsung.
Comparada con cómo lucía en la pantalla del móvil, la fotografía aquí parece perder colorido e intensidad. En realidad, éste es el tratamiento real y correcto de los colores, no el de la pantalla. |
Sobre otros programas instalados, amén de un ya muy logrado funcionamiento de la huella dactilar, nos gusta más el Health de aquí que el de sistemas iOS; más intuitivo, eficiente y real. De igual manera ocurre con el funcionamiento del sistema operativo: el 5.0.2 Lollipop está optimizado de tal forma que el rendimiento no se resiente jamás, si bien la pantalla del menú se vuelve algo loca al moverse entre multitud de programas abiertos y nos tocará recordarle al móvil que no es ahí donde querremos ir.
No es igual de óptima la batería, afectada por la discutible autogestión del brillo del móvil y que al final suele pecar de exceso del mismo con el consiguiente gasto. Un consejo; los dos modos de ahorro son de quitarse el sombrero, especialmente el "Ultra", que incluso tira de escala de grises para asegurar, con un porcentaje cercano al 10, unas ocho horas más de móvil. Digamos que Samsung aquí ha dispuesto error y rectificación de igual manera.
El enfoque selectivo para primer plano o plano de fondo es una pasada. |
El Iphone 6, como la mayoría de los móviles, se rinde a la baja iluminación. |
El Galaxy S6, además de reinventar la luz, aporta detallada información. |
Existen multitud de facilidades no señaladas pero que nos facilitan enormemente la vida, como la opción de descargar vídeos mientras estamos navegando -salvo los de Youtube-, la opción Screen Mirror a mano mientras ejecutamos cualquier elemento audiovisual en el móvil o la tecla a la izquierda de la principal -táctil, como la de la derecha para volver a la pantalla anterior- que presenta varias ventanas en referencia a las aplicaciones que se están ejecutando en ese momento. Basta pulsar un botón -"cerrar todo"- para liberar la memoria del móvil en un suspiro.
Seleccionada o no la opción de enfoque selectivo, los elementos en primer plano lucen detalles impropios de otras cámaras. |
La versión Avengers del S6 Edge, basada en Iron-Man (ya a la venta), ensalza su carácter compacto. |
Sabe además corregir sus deficiencias, como en el caso del rendimiento de la batería -con dos modos de ahorro, uno de ellos que apenas priva de funcionalidades- o la falta de ranura microSD, gracias a un uso sensato de los GB de memoria interna. Posee la línea más estilizada, la sensación más compacta y una de las más ligeras, mientras que sus tripas trabajan al máximo nivel sin resentirse ofreciendo multitud de intuitivas opciones y, por cierto, con un sonido sólo visto -no superado- en los Sony Xperia. La veloz y eficaz navegación por Internet y la calidad en la toma y tratamiento fotográficos aseguran, al menos por una generación más, el trono Android al Samsung Galaxy S6 Edge.
otiuMMaximus
- La pantalla es sublime. Los de tu lado sopesarán la opción de que tengas una pegatina imprimida en alta resolución pegada al móvil.
- La estética, favorecida por la curvatura de la pantalla, es inigualable.
- La funcionalidad y prestaciones del móvil.
otiuMMinimus
- La gestión automática del brillo se excede a veces en los niveles.
- En las transiciones entre varias aplicaciones abiertas las notificaciones y la pantalla principal saltan en alguna ocasión sin solicitarlas.
Jesús Clemente Rubio