El primer país en incorporar Bitcoin como moneda oficial de pago, tierra de pupusas, de bailes al ritmo de Xuc con tus cheros, con ruta de las flores para todos, laguna verde para parejas y parques de aventuras y actividades para toda la familia. Visitamos el país más pequeño de Centroamérica pero por posibilidades, atractivos para todos los perfiles turistas, cultura y naturaleza, uno de los más grandes del mundo. El Pulgarcito de América, Kuscatlán o lugar de joyas o collares preciosos, El Salvador... y las nueve cosas que te recomendamos hacer en tierras guanacas ¡también con niños!
1-. Pupuserías para abrir boca
Es el plato nacional. Una simple tortilla de maíz o arroz -esta segunda algo más pesada, pero no para de ganar adeptos- con chicharrón -piel de cerdo crujiente-, queso y otros muchos ingredientes porque los hay que se vuelven locos y ya las llenan tanto que hacen de ella un único y contundente plato. Nosotros inauguramos temporada de pupusas en Franco´s, en el Centro Histórico de la capitalina San Salvador. Ojo que el local rinde tributo a Bukele con citas del presidente salvadoreño sobre esta comida así como un mural con su caricatura.
Pero las encuentras por todo el país: en pequeños quioscos a los pies de enclaves como La Puerta del Diablo o en Ataco, donde La Parrilla de Lenha te permite incluso elaborar tu propia pupusa antes de comértela. ¡Así que ponle ganas! De verdad, son adictivas y apetecibles a cualquier hora del día.
2-. Centro Histórico de San Salvador y Biblioteca Nacional
Toma nota: Plaza Gerardo Barrios. Santo y seña de lo que ha significado la llegada de Bukele a la presidencia del país: seguridad, una atmósfera envidiable de alegría, jolgorio, ganas de vivir y civismo, higiene en cada metro cuadrado de calle peatonalizada... y en torno a ella, majestuosos, los edificios del Palacio Nacional (recomendable su visita guiada, no hay otra manera de recorrer el interior), la Catedral y el tesoro de la corona, la Biblioteca Nacional.
Olvídate de cualquier otra que hayas conocido, aquí tenemos 6 plantas de puro aprendizaje de las más diversas maneras, desde plantas infantiles y adolescentes donde poder obtener tiempo de videoconsola o juegos varios tras un obligatorio tiempo dedicado a la lectura hasta talleres, salas de networking, rincones tematizados de Harry Potter, Mario Bros o el Señor de los Anillos...sin olvidar salas específicas para personas invidentes o con espectro autista. Un baúl de sabiduría que nos recuerda que todos aprendemos, sólo que lo hacemos de maneras diferentes. Pura interacción didáctica y un lugar que invita al visitante a dedicarle una mañana o tarde entera para explorar y disfrutar de todas sus posibilidades.
3-. Museo Tin Marin
La apertura de El Salvador al mundo y la fijación del mundo por El Salvador está derivando en un intercambio cultural del que se está beneficiando este pequeño país de Centroamérica notablemente. Porque saben recoger lo mejor de cada casa, y de la estadounidense han aprendido que la interacción es eje fundamental de todo aprendizaje y plan que se presupone de entretenimiento.
El Museo Tin Marin bien podría situarse en cualquier lugar de Estados Unidos, donde tienen claro que el protagonista es el visitante, no la muestra, y por eso le colocan en el centro de aquélla. Niños y adultos disfrutarán en estancias que exploran -y enseñan- sobre la gravedad y su funcionamiento, te invitan a tumbarte en una cama de pinchos cual faquir, o permiten introducirte en una boca gigante para visualizar el origen de caries y otras dolencias. Puedes ejercer como un dentista incluso, o pasar por una consulta ficticia; puedes construir... puedes hacer prácticamente de todo. Reserva horas porque te faltarán para completar una propuesta infantil que confirma a El Salvador (y San Salvador, está a un puñado de minutos en coche) como destino familiar y para niños.
4-. Puerta del Diablo
Cuenta la leyenda que el diablo se enamoró de una joven salvadoreña y, apenas el resto lo descubrió, partió a darle caza. En su huida, llegado a una montaña, decidió partirla por la mitad creando un extraordinario paraje que hoy se conoce como la Puerta del Diablo. Hay muchas otras historias, pero nuestra favorita es ésta.
De nuevo asistimos a un espectáculo de orden, higiene y buen hacer con vigilantes velando por los dos ascensos que hay -uno posee tramos horarios de apertura, el otro de acceso libre- recordando que aunque no requiere un estado de forma sublime para completarlos, sí son algo exigentes. Pero la recompensa lo merece, ya sea en las alturas, con una asombrosa panorámica, o descendiendo por el sendero marcado hasta una cueva que se adentra entre peñascos conduciendo a otro mirador y enfoque de las cosas. Otea el horizonte...allí encontrarás otro rincón natural de majestuosa belleza y que mencionamos a continuación: el Parque Nacional de El Boquerón.
5-. Parque Nacional de El Boquerón
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6-. Dónde dormir en El Salvador: Cardedeu Domos, Hyatt en San Salvador, María Isabel Hotel en Ataco.
No nos movemos mucho en el mapa para recomendar el primer alojamiento, de reciente factura: Cardedeu Domos ofrece el concepto de cápsulas lunares a los pies del volcán con impresionantes vistas y habitaciones totalmente equipadas. Sentirás la exclusividad pero, sobre todo, disfrutarás de unos amaneceres que, de nuevo, grabarán a fuego el destino en tu mente. Sí, repito mucho esta consecuencia de visitar a El Salvador, pero es que así nos ocurrió una y otra vez en tierras guanacas.
En San Salvador el Hyatt, que siempre es sello de garantía, sorprende por su distribución -la recepción no está a pie de calle- y unas instalaciones modernas, luminosas y con una cocina de altura.
Pero si hemos de detenernos en otro alojamiento coqueto, embriagador, de los que te reconcilia con la naturaleza y te pide que le dediques un par de horas a disfrutar tumbado en una de sus hamacas o de un desayuno local, es el María Isabel Hotel en Ataco. Tu mejor "base de operaciones" para explorar la conocida como Ruta de las Flores.
7-. Ruta de las Flores: Apaneca y Ataco
Seis municipios componen la Ruta de las Flores, conocida así porque antes, durante y después de abandonar cada uno de los que la componen el viajero topa con recorridos floridos y coloridos. Aún sigue haciéndolo, en menor medida, pero no importa: cada pueblo posee una idiosincrasia y encanto locales que atrapan a todo el que los pisa. Os hablamos de dos, comenzando por Ataco, cuyas calles rebosan los llamados "Buses Alegres" con restaurante o baile en su planta de arriba, a cualquiera del día, porque aquí de lo que se trata es de celebrar la vida. Como es imposible aburrirse del pueblo, os daremos más razones para visitarlo: aquí está la Parrilla de Lenha donde además de comer bien puedes elaborar, como te comentábamos en el capítulo dedicado a este manjar, las tuyas para luego devorarlas. Pero es que cuando cae la noche hay calles que piden hacer resonar para escuchar tus propias pisadas.
8-. El Salvador para familias: Café Albania y Portezuelo
Sí, lo hemos comentado. Y sí, insistimos; El Salvador es un país ideal para ser visitado y gozado en familia. Los más pequeños lo verán como un paraíso por atracciones como el laberinto, pero es que la tirolina y el tobogán de colores son de esas experiencias que todo adulto ha de probar. Todo ello se encuentra en el complejo Café Albania, mucho más equipado pero donde destacamos estas actividades porque lo de los toboganes arcoiris no lo habíamos visto hasta que llegamos al país salvadoreño. Pura adrenalina, mucha velocidad y descuida...que el flotador no vuelca ;)
Pero es que Portezuelo no se queda en absoluto atrás, incrementando quizá el espectro al que dirigirse: para parejas, familias, grupos de amigos... este complejo ofrece más de una veintena de actividades que van desde sillones de masajes hasta parques para los más pequeños, recorridos a caballo para toda la familia con paisajes que quitan el hipo y también diversiones varias como el futbolín gigante o el rodeo. Dos ejemplos más de lo bien preparado que está el país para acoger a turistas de todas las edades.
9-. Surf City; muelles, atracciones y playa en un puñado de kilómetros
Aquí llegó Nayib Bukele y vio el potencial de un territorio que, a priori, lo tenía todo para triunfar: buen color de agua marítima, oleaje, posibilidades para el paseo a lo largo y ancho de esta masa de agua y muchas posibilidades de construcción de cara a mejorar el litoral salvadoreño. El resultado es la iniciativa Surf City que, haciendo honor a su nombre, alberga uno de las competiciones de este deporte más importantes del mundo o, al menos, de esta parte del planeta. Pero es que los muelles del Puerto de la Libertad, el antiguo y el nuevo, atraen a visitantes locales y extranjeros por doquier que se mueven arriba y abajo por sus tablas de madera. Un "pier" al estilo salvadoreño que culmina con el "Coney Island" de Centroamérica: el Sunset Park donde las atracciones son la excusa para vestir una feria de cara al mar. La iniciativa comprende además playas de Achuapán, Sonsonate, La Libertad, La Paz, San Miguel, Usulután y La Unión.
De ahí que las posibilidades sean infinitas para configurar tu día en esta parte de El Salvador: puedes dedicar la mañana a una de esas playas para después comer en la zona portuaria y disfrutar del atardecer entre atracciones y paseos por el muelle. Y una de esas playas, una de nuestras favoritas en realidad y, por lo que vimos, también de Mario Casas en su visita (no fue el único famoso en ir el pasado verano; también lo hizo Álex González): El Zonte.
Donde sentimos la fuerza del mar y recordamos el debido respeto que ha de tenerse siempre al oleaje, donde nos convencimos de que una playa casi devorada por la vegetación se colará siempre entre nuestras favoritas, como ya hiciera la costarricense de Espadilla Sur en el Parque Nacional Manuel Antonio.