Desde hace años la Finca, en Pozuelo de Alarcón, se convirtió en un refugio de futbolistas y gente adinerada para vivir en zona exclusiva pero con la máxima intimidad y privacidad. En torno a este lugar surgieron numerosos enclaves de visita obligada para los que, pese a carecer de tantos números en la cuenta corriente, queremos darnos de vez en cuando un capricho. Con unas vistas majestuosas sobre el campo de golf y enmarcado en un moderno centro comercial, Indochina Brasa se garantiza una localización imponente. Claro que ya se preocupa de ofrecer una gastronomía a la altura de las vistas y con fuerte aroma a la brasa que porta su nombre. Uno de los mejores asiáticos de Madrid no está en la capital, pero sí en la región. En el municipio con mayor renta per cápita de España. Pozuelo de Alarcón.
La luminosidad conquista al comensal apenas pone un pie en el local, y ya en el segundo paso es el personal, comandado por José Antonio, el que diligentemente nos acompaña y asesora en todo momento sobre lugar donde sentarnos -en nuestro caso un emplazamiento único con vistas panorámicas sobre el campo de golf-, qué elegir y, en especial, las cantidades. Es menester saber, querido comensal, que aquí las raciones son poderosas, justifican cada euro por cantidad pero también por calidad, como pudimos comprobar ya en los rollitos de pato con adictiva salsa hoisin.
El arroz mil delicias es otro de esos entrantes adictivos que te exigen engullir hasta el último grano, pero es que las croquetas de carabinero -la ración entera trae ocho unidades- se disfrutan desde la primera hasta la última gota de crema de tan reputado marisco. Claro que nada como los Xialong Bao de verdad, los que encierran dentro el jugo que estalla apenas das el primer mordisco...de ahí que sigamos recomendado comerlo de una vez.
Con el buche más que satisfecho tras la ronda de entrantes, atacamos medio pato laqueado (no quiero imaginar cómo sería el entero) cuyo emplatado finaliza en mesa y es ahí donde marchamos a montar un crepe tras otro de este cuidado y elaborado manjar. Cada uno de los componentes, desde el propio pato hasta el apio y la oblea, resultan deliciosos.
En el capítulo de postres certificamos que estamos en uno de los más recomendables asiáticos de Madrid; la tarta fina de manzana de textura crujiente debido a la miel horneada compite con la torrija cantonesa por el trofeo al postre más adictivo de Madrid.
Lujo al alcance de todos. Indochina Brasa es un lugar que entra por los cinco sentidos y que jamás defrauda al comensal. Y tenemos la fortuna de contar con él en nuestra región.
Más información en https://indochinarestaurante.com/
Jesús Clemente Rubio