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En el año 896, 7 tribus magiares se unieron para formar Hungría. Bajo el mando de Istvan, de ahí que la basílica sea homónima (Esteban en castellano) y mida 96 metros de altura, al igual que el Parlamento, los dos únicos edificios que pueden alcanzar esa altura. Pero es que 1 de cada 10 judíos muertos en el Holocausto fueron húngaros. Sólo 200.000 en Budapest, de los que 20.000 fueron fusilados y lanzados al Danubio quedando sólo sus zapatos a orillas del segundo río más grande de Europa.
El lugar donde un futbolista, Puskas y su pierna izquierda están enterrados al lado del primer rey, Istvan, y su milagrosa y momificada mano derecha están enterrados codo con codo, las sagradas zurda y diestra. Ciudad imperial con más memoria para la emperatriz que para el emperador, de recuerdo y sufrimiento pero también de extraordinaria factura monumental ya sea en Buda, en Pest, en el barrio judío o en la parte más moderna. Exquisita y variada gastronomía y una sublime vida nocturna completan una de las capitales europeas que se han enquistado en nuestra memoria. Te damos 5 claves para exprimir las bondades turísticas de Budapest. 
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1-. Quien tiene un chaleco rojo, tiene un tesoro. Citysightseeing
Vamos a seguir dándonoslas de resabidos conocedores de Budapest. La emperatriz Sisi, mujer de Jospeh, gobernó junto a su marido la mitad del siglo 18. No era húngara, pero aprendió el que dicen que es uno de los idiomas más complicados del mundo. Eso, justo a una apariencia angelical que mantuvo durante toda su vida a ojos del pueblo, porque los únicos retratos que permitió que le hicieran fueron cuando rondaba la treintena, la convirtieron en un símbolo de Budapest y resto de Hungría. Sin olvidar que bajo su mandato la capital sufrió una auténtica revolución arquitectónica y social. Su calle se encuentra con la plaza de André Joseph en el corazón de Budapest, para simbolizar su amor. Y allí, justo allí, supimos de estas y otras muchas aventuras y desventuras de al capital húngara gracias a nuestro guía a pie del tour que nos incluía uno de los billetes a la venta de Citysightseeing.
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| Es una de las paradas estrella de Citysightseeing: el Parlamento. | 
Os hemos hablado en numerosas ocasiones de esta compañía, presente en decenas de ciudades de todo el mundo y que comenzaron con autobuses turísticos basados en la fórmula "hop-on hop-off", o subir y bajar en las paradas de su itinerario cuantas veces quieras. Vamos, que resulta cómodo para moverte por la ciudad y reservar energías para explorar cada una de las turísticas paradas pero también didáctico por la audioguía que ofrecen vía auriculares en múltiples idiomas. Mejorable el castellano en este caso cierto es, pero suficiente para tener una visión general de cada una de las 20 paradas que realiza la ruta principal, habiendo otra que apenas utilizamos porque con esta nos bastó y sobró. Por ejemplo para acudir a los puntos más lejanos, ubicados en la pudiente Buda, como el impresionante Bastión de los Pescadores cercano a la la Iglesia de Matías y en el mismo lado del Danubio que el Castillo de Buda.
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Recorrido en autobús que comienza a los pies de la Basílica de San Esteban donde también arranca el tour a pie que incluye nuestro billete, una terna de actividades completada con el crucero por el Danubio. Tantas veces como quieras hasta el último, que parte a las 5 de la tarde del muelle 6. 
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La basílica de San Esteban es punto de partida de tours a pie y en bus. | 
Pero antes de asomarnos a él, sigamos hablando del asfalto y de quemar suela. Sobre el autobús, nos dejará cerca también del barrio judío, que te invitamos a descubrir de día, con la segunda sinagoga más grande del mundo, y de noche, con los ruin bars, restos de hogares saqueados por los nazis y abandonados por sus propietarios que mantienen esas fachadas e incluso elementos castigados por la barbarie humana pero convertidos ahora en espacios nocturnos de recreo, copeo y baile. Toda una experiencia para salir, moverte y disfrutar como un budapestino.
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Insistimos, no olvides utilizar el autobús como fin, es decir, para conocer un destino turístico que merece la pena explorar, pero también como medio para alcanzarlo o incluso para moverte por el resto de la ciudad. Es confortable, evita cansancio de más y para zonas más alejadas como las mencionadas es casi imprescindible. Como lo son muchas de sus paradas, como la última, el majestuoso Parlamento, que recuerda a aquel de la abadía de Westminster pero con el encanto que el Danubio consigue impregnar en todo cuanto toca o rodea. Y si vas con niños, tanto mejor, pues para ellos será una aventura esto de correr al ver un autobús rojo, subir, bajar, auriculares... y para sus piernas y para ti un respiro. 
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El autobús de Citysightseeing es ideal para visitar enclaves más alejados de Pest como el Castillo y los Jardines de Buda. | 
Volviendo al tour a pie, de hora y media de duración por cierto, se ocupa también de la Plaza Vorosmarty que rinde tributo al poeta homónimo con una imponente escultura. Aquí descubrimos que este genio de las letras luchó y consiguió mantener viva la lengua húngara pues en el imperio austrohúngaro era el alemán el idioma oficial y el que condenaba al ostracismo al resto. 
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La plaza de los Héroes o el acceso a Isla Margarita, en el puente más al norte de la ciudad, justifican el viaje en Citysightseeing. Enclaves lejanos alcanzables sin esfuerzo. | 
De este enclave se descuelga la calle comercial más importante de la urbe, Vaci, donde también se localiza el primer McDonalds abierto en el entonces todavía mundo comunista, una pequeña victoria capitalista contra los martillo y hoz rojos. Otra de las anécdotas extraídas de nuestro guía que también encuentras, como decía, en el paseo en autobús: el estupendo edificio de la Ópera no habría sido erigido por el entonces emperador y de origen austríaco, pues quería que sobresaliese siempre la de Viena. A regañadientes lo autorizó porque se cumplía su condición de que no fuera más grande que aquel, pero al ingresar se percató de que era infinitamente más bello, y allí que no regresó. 
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Citysightseeing es exploración, descubrimiento y aprendizaje. Incluso relax a bordo del crucero que te lleva Danubio arriba y abajo para ver a izquierda y derecha Buda y Pest, 45 minutos que completan 3 experiencias en una de obligada adquisición. 
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Arriba, el crucero. Abajo, dos de las paradas del tour a pie, con la princesita de Budapest y los zapatos del Danubio de los judíos que allí fueron fusilados y luego arrojados al agua. | 
2-. Las mejores actividades con Civitatis: baño de día, crucero de noche.
Son miles las razones que se nos ocurren para recomendar Civitatis, tantas como actividades poseen en cada uno de los destinos que trabajan. También Budapest, como puedes comprobar aquí. El caso es que la facilidad y completa información en el proceso de compra, la sencillez a la hora de canjear el bono adquirido y la experiencia de la actividad en sí han reforzado nuestro convencimiento de que estamos ante el portal de actividades definitivo. Es más, hay quien los utiliza en muchas ocasiones para planificar su viaje: si está en Civitatis, es porque hay que hacerlo, e incluso si luego no lo contratan les ha servido de completa guía. Nosotros optamos por el Free Tour de Castillo de Buda, al que finalmente no pudimos acudir pero del que oímos maravillas a los que sí asistieron; el baño más famoso de cuantos se extienden a lo largo y ancho de la capital húngara y un crucero nocturno con cena y espectáculo atrajeron nuestra atención. Pinchamos, contratamos y en unos días allí estábamos.
Los gigantescos y poblados baños de Széchenyi
En mitad del parque municipal, allí donde la plaza de los Héroes sirve de entrada (recuerda que es una de las paradas del autobús de Citysightseeing) esperan, para muchos, los baños más famosos de toda Hungría. Ya sabes, esta suerte de SPA transgénico y alimentado con decenas de vasos, con tamaño de piscina municipal, rodeado de columnas y arquitectura monumental, al aire libre o techados, con o sin corriente o burbujas... en Széchenyi, apenas unos minutos después de llegar y gracias a tu reserva previa con Civitatis, ya habrás dejado tus cosas en taquilla y estarás en el vaso principal. 
Un auténtico lujo disfrutar de aguas termales sin importar la temperatura exterior, sólo has de darte algo de prisa en meterte porque, obviamente, fuera y a ciertas horas del día te congelarás si permaneces mucho tiempo parado. Pero si haces como ha de hacerse, gozarás de la confortable temperatura de los vasos principales, te divertirás en uno de ellos con la corriente que, literalmente, te desplaza sin esfuerzo y en círculos (créenos, es MUY divertido). Y, si buscas depurar o mayor intimidad, en una de las saunas o baños turcos, amén de piscinas interiores, seguro que podrás encontrar tu contraste entre agua helada y ardiendo, el abrazo cálido de la sauna o la intimidad de algunos vasos que los visitantes obvian en aras de permanecer fuera. No es para menos, y regresamos donde comenzamos: la piscina principal es una torre de Babel en la que, si no te molestan las multitudes y sabes escoger tu lugar adecuado, disfrutarás con un poco de suerte bajo un sol otoñal o invernal -también son válidas otras estaciones- calentito y con la mejor compañía. Es tu momento. Disfrútalo.
Gastronomía, danza local y la magia del Danubio
Son las tres virtudes de la otra actividad que realizamos a través de Civitatis y que superó nuestras expectativas. Cabría esperar un crucero atestado de gente pagando por una gastronomía más que discutible y un crucero que apenas permita salir y disfrutar de los monumentos budapestinos por la noche. No podíamos estar más equivocados. Nada más llegar, Prosecco para brindar por lo afortunado que te sientes al acceder al crucero y ser conducido a una mesa pegada a la cristalera que te permitirá disfrutar del Danubio desde dentro. Claro que eso mejor fuera, porque el interior es disfrutable cuando, apenas minutos después, pides tus dos bebidas incluidas en la actividad y te levantas cuantas veces quieras en busca de comida local con la pasta y guisos locales que te detallamos en la siguiente recomendación del artículo. El caso es que salado y dulce, entrantes y principales tenían mucha más calidad de la que esperábamos, y darás cuenta de ellos en el tiempo justo para poder salir a cubierta a disfrutar del Parlamento y resto de joyas monumentales de la ciudad iluminadas sobre el Danubio y bajo un cielo, con suerte, estrellado. Por cierto, acierto absoluto el destinar babor a fumadores y estribor a no fumadores, permitiendo gozar de las vistas y el paseo en el exterior también si no quieres fumar pasivamente. 
De regreso al interior, no te pierdas los diferentes números de música y danza húngaros; los bailarines son extraordinarios, tremendamente amables -se acercan a la mesa para fotografiarse con los comensales- y muy divertidos. No te pierdas los últimos números porque, en nuestro caso, aquello se convirtió en toda una fiesta. Un brindis, una buena mesa, un romántico paseo bajo cielo y puentes aquincenses y un broche inmejorable para tus vacaciones en Budapest. 
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3-. Comer en Budapest, más allá del Goulash y el Langosh
Por supuesto que os tenemos que mencionar el famoso estofado húngaro, una suerte de patatas con carne y mucha paprika -pimentón- pero adictiva y, en días fríos, enérgico elixir. No lo comáis en cualquier sitio, mejor en restaurantes poblados de locales. Mismo consejo para el Langosh, la mal llamada pizza húngara porque la masa es pan frito al estilo churro -no dulce- cubierta por una crema agria de queso y luego otro tanto tipo mozzarella por encima y frío, nada de fundido. El resultado es tan sencillo como sabroso y que, junto a un entrante, puede resolver más de una cena para dos comensales.
Si queréis alguna bebida, atreveos con la Palinka, 70 grados de alcohol... Pero más allá de estos platos tenemos que ensalzar varios aspectos de la gastronomía húngara...en primer lugar la abundancia de establecimientos de comida griega e italiana, algunos de excelsa calidad y que dan cuenta del dominio de algunas cocinas que posee la capital húngara. Pero si hay un fuerte en las cocinas y casas de Budapest es el dulce... se cuentan por decenas en un mismo barrio las panaderías, pastelerías, cafeterías y bares cuya especialidad o platos fuertes pasan por propuestas dulces, con más tiendas y puestos Chimney Cake, el "pastel o tarta chimenea", que papeleras. Destacando además la animada atmósfera que se vive en toda la ciudad y una embriagadora factura en términos de ornamentación y diseño. 
El último local que visites siempre será un poco más coqueto que el anterior, y esta sensación predominará cada vez que te asomes a uno de los muchos locales de este estilo. Nosotros os vamos a hablar de dos que nos enamoraron, con especial mención a...
Las mejores cookies del mundo están en Cookie Beacon Brunch de Budapest
Su nombre encierra todo lo que ofrece este grupo de locales y su historia es la historia de Budapest. Emprendedores extranjeros que ven en un local moderno, para todos los públicos y la fórmula "Brunch todo el día" un nicho ahora sobreexplotado en la ciudad  aquincense pero otrora casi resultaron pioneros. Fórmula que está funcionando en otros lugares de Europa y que, quién sabe, algún día podría aterrizar en nuestra querida Madrid. Hasta entonces apuntad, porque son imperdibles sus platos salados, con los huevos benedictinos sobresalientes y la hamburguesa smash con aguacate de matrícula de honor. Por cantidad y calidad de ingredientes, por textura y cocinado de los mismos, por servicio ágil y cercano, por atmósfera... bastarían estos argumentos para llenar el local -acude con tiempo, no admiten reservas sino que sientan según estricto orden de llegada-. 
Pero es que sería sacrilegio marcharte sin probar sus opciones dulces. El brulée con crema pastelera, una gigantesca mole de pan brioche que entra sin esfuerzo alguno y tiene la presencia que podéis ver unas líneas más abajo tiene una réplica a la altura en el producto que los lanzó a la fama, y con razón: sus cookies rellenas. Más que una cookie, casi una magdalena por forma que se sirve y come con cuchara para no dejar de comer ni gota del relleno que va desde nutella a crema de pistacho, con combinaciones como la red velvet con oreo. Hasta la clásica chocolate y pepitas te resultará un gigante al lado de cuantas hayas comido hasta ahora. Créenos cuando te decimos que te estamos hablando de las mejores cookies que hemos comido, y hemos recorrido unos cuantos locales estadounidenses. 
Cookies Beacon Brunch debería aparecer en toda guía de Budapest, máxime cuando algunas de sus localizaciones, como la que estuvimos, se encuentran a metros de enclaves tan importantes como la Basílica de San Esteban. Pero hay un local que sí hace acto de presencia en el mapa del también mencionado CitySightseeing -por cuestiones de patrocinio, pero si no debería hacerlo por recomendación convencida- el Flava.
Nuestro "Flava" está en Budapest
What´s your flava, cuál es tu sabor, preguntaba Craig David allá por el 2002. Uno de los que disfrutamos lo encontramos en Flava, que también apuesta por el Brunch fuera de las parcelas horarias que se imaginarían en un nombre que combina desayuno y comida y ofertado, por tanto, hasta las 4 de la tarde. Descuidad, que a las 5 de la tarde reabre cocina con la carta de cenas y de ahí al cierre, pero aquí nos centraremos en la primera opción que fue la que degustamos.
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Salmon Bagel, o bagel de salmón. El bocado neoyorkino, el toque marino pero con pepinillo y cebolla roja marinada que resultan en un plato exquisito. Aunque nos quedamos con ganas de probar el gofre de pollo, que esquivamos por el rebozado de este último... si bien es cierto que en otros comensales pudimos comprobar satisfacción y alegría por su elección. Claro que en la comanda incluimos un clásico del local, un bun o "bollito" brioche de nuevo con salmón ahumado y esta vez el, reza la carta, "huevo benedictino perfecto". Así se lee y así se degusta. Nada que añadir ni desmentir. 
Es el plato salado perfecto para un brunch que has de completar con tortitas de marcada esponjosidad y adictiva textura. Siempre podrás optar por la tostada francesa con pan de banana, donde precisamente la textura sorprende así como una combinación de sabores algo inusual para el paladar español pero no por ello menos recomendable. Eso en la mesa de un local grande, luminoso, con muchísimo personal y muy bien ubicado. 
4-. Budapest sin prisas. Recorre sus puentes y montes
Colina Geller
Una parada obligatoria en tu visita a Buda. La colina Geller posee tantos atractivos que si inviertes en ella una mañana o tarde completas no te arrepentirás en absoluto. Y no hablamos del hecho de subir hasta la Estatua de la Libertad, colocada aquí y llamada así por los soviéticos cuando liberaron a Hungría del yugo nazi... para ponerle los grilletes comunistas. De ahí que abajo esté la princesita, mucho más modesta, símbolo de la verdadera liberación de los húngaros de una y otra esclavitud de la barbarie. 
Si desde allá la panorámica es majestuosa, no menos cierto es que cualquier otra parada del parque premia con instantáneas no menos llamativas, como si coges el primer desvío hacia la gran cruz que verás desde abajo; o continúas tu ascenso hasta un parque infantil en el que te lo pasarás mejor que tus hijos dados sus vertiginosos toboganes. Muchos miradores repartidos en ese camino arriba te invitarán a echar en ellos fotografías y tiempo, y te diremos algo...acepta cada una de las invitaciones. 
Puentes Margarita, de las Cadenas, Elisabeth y Libertad
De norte a sur, te hablamos de los cuatro principales puentes que te recomendamos explorar de inicio a fin, de Buda a Pest o vicecersa, deteniéndote en alguno de los puntos a medio camino para contemplar, en silencio y dese estas estructuras, la belleza del Danubio. Al norte encontramos el Puente de Margarita, desde el que parte el brazo que conecta con la isla homónima cuya visita ya te hemos recomendado y volvemos a hacerlo. A medio camino tiene una barandilla con una barandilla de hendiduras ojivales a través de las cuales verás el Parlamento. Fotografía obligatoria. 
Seguimos al sur y llegamos al puente estrella: el de las Cadenas, el que recuerda la opresión de un pueblo para no permitir el volver a caer en ella. Imponente, con todo lujo de detalles y que, como el de Brooklyn, te pedirá fotografía con o sin ti cada dos pasos. 
El erigido en honor a Sissi -el del emperador se cambió de nombre, no así el de la emperatriz- es uno de los más queridos de los locales y, al igual que los anteriores, con un rasgo característico que le diferencia notablemente. Aquí la distrinción la da el que, como la mujer que le da nombre, parece tener mayor glamour y elegancia. 
Y terminamos en el de la Libertad, aquél que portó el nombre del emperador y marido de Sissi, y donde la mayor parte de los cruceros  proceden a dar la vuelta para remontar el río y regresar a su muelle de partida. Un atractivo color verde le diferencia del resto.
5-. Recordar para no repetir: la Casa del Terror
Fue sede del conocido Partido Nacionalista Nazi Húngaro y llamado Partido de la Cruz Flechada. Caído el nazismo, la barbarie no cesó: y los que un día fueron torturados, encarcelados e incluso asesinados entre sus paredes, seguirían siéndolo a manos de, incluso, idénticos torturadores pero con chaqueta cambiada. Los soviéticos llegaron, tomaron Hungría bajo su mando y casi yugo, y vieron en estos torturadores madera inhumana para proseguir con el espionaje, persecución y aniquilación de los contrarios al régimen. Así que les ofreció, tal cual, cambiar de uniforme y pasar a ser parte de la policía secreta soviética. De ahí que esta Casa del Terror hiera tantas sensibilidades como forme tanta necesaria opinión y alimente una a veces frágil memoria. Un tributo a los que murieron, un recordatorio del mal que los mató y que, quién sabe, podría volver en cualquier momento si eliminamos su rastro. Visita obligada durante tu estancia en Budapest que te remueve, te enseña sobre la difícil historia budapestiana pero sobre todo te educa para vivir el resto de tus días al máximo. En honor a los que no pudieron hacerlo. 
Jesús Clemente Rubio