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Thunderbolts* en la intimidad de Cinesa



Probamos una de las salas más pequeñas de las muchas que posee el Cinesa de Plaza Loranca 2. Y no es lo único que descubrimos; también lo último de Marvel que pasa por una Thunderbolts* donde el asterisco, al igual que la película, es clave para el devenir de las futuras fases de Marvel. Disfrutamos ambos, sala y película, y así te lo contamos.

Sala 7 de Cinesa en Plaza Loranca 2 Fuenlabrada, 9 y media de la noche. Versión original de la recién estrenada Thunderbolts* y, entre las discretas dimensiones de la sala y el idioma inglés en las voces, somos 3 pares en sala. Da igual si la llenásemos, se acabo esa sensación de multitud, de molesta algarabía no cuando hay grandes momentos en la película -en ésta los hay, pero no diremos cuándo- sino cada dos por tres comentándolo todo como si estuvieran en el sofá de su casa. Aquí uno bien podría despistarse y creerse aquello, porque ciertamente la intimidad de las salsa pequeñas de Cinesa Luxe es casi absoluta gracias a los sofás reclinables y las grandes distancias entre las poco atestadas filas. Hasta a uno le parece que el sonido y la imagen son mejores, aunque repitan idéntica tecnología de otras salas salvo las especiales IMAX, iSense y demás.

Más allá de la sala, hablemos de la película. Tanto tiempo acostumbrados a una Romanoff, y en esta cinta nos percataremos de que es la hermana la mejor actriz de las dos, la de historia quizá con mayor profundidad e incluso arco de desarrollo mucho mayor. Igual ocurre con el resto de protagonistas, ninguno con película con nombre propio en el Universo Marvel y sin embargo se las ingenian para presentar a todos en pantalla y hacerlos reconocibles y cercanos al espectador. 

Demuestra Marvel que el espectador tenía razón al comenzar a ausentarse del cine castigando la sobreproducción en la que se prodigaron en los últimos años; basta con tejer una historia con un eje común lo suficientemente fuerte como para alcanzar a todos y que todos dejen su poso de cara al espectador. Algo así como lo que hicieron con Defenders. Y aquí el eje es Valentina Allegra de Fontaine, a la que vimos reclutar, entre otros, al fallido Capitán América que sustituyó a Steve Rogers y al ejecutar a un criminal en plena calle firmó su sentencia como icono de la libertad y el buen hacer estadounidenses. O Ghost, con una viciada composición nuclear en la que reside su superpoder y kryptonita. Y el bueno de Bob, que ni es Bob ni es tan bueno, sino que pasa a ser villano cuando deja que su oscuridad se apodere de él, Void reemplace a Century. Guardián Rojo es genio y figura en su personaje pero también gracias a su actor, un David Harbour que borda cada papel que toca. El remate de todos ellos, aunque no goce de la misma marginalidad que los mencionados ni tampoco llegue a ellos por reclutamiento de De Fontaine es Bucky, el que para un servidor siempre habría sido mejor Capitán América de reemplazo, y que aquí demuestra que le sienta mejor vestimenta de acción luciendo brazo que el traje de congresista. 

A partir de una decisión de De Fontaine se cruzarán y su búsqueda de redención y reconocimiento encontrará en The Void una excusa para cambiar la percepción que de ellos tiene el mundo y, de paso, salvar Nueva York. Los mismos diálogos rápidos a los que nos tienen acostumbrados sin excesos, ni de humor ni de drama, ni de escenas de acción ni de reconstrucciones forzadas de cada personaje. Y con un final SUBLIME y un par de escenas poscréditos que, si te pierdes, te pierdes el último salto de tu butaca. Como el que dimos cuando vimos la segunda. 

Más información en https://www.cinesa.es/peliculas/thunderboltsstar/HO00002038/


Jesús Clemente Rubio