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Valonia o los 23 tesoros del sur de Bélgica


Con la pandemia muchas cosas cambiaron... y una de ellas fue la forma de entender y enfocar el turismo. Surgieron diversas ramas que clamaban por viajes y escapadas alejados de las multitudes, con más tiempo y pausa entre uno y otro punto de interés, experiencias que primasen la calidad a la cantidad. Y para ello hubo que elegir destinos atípicos y alejados de los clásicos referentes de cada zona, país o continente. Así nació el subturismo, que aboga justo por lugares diferentes a los manidos y mil veces recomendados, con marcado carácter local en todas sus facetas y que invita a desviarse del camino marcado por guías, programas y demás hemeroteca viajera. Que apuestan por viajar a Bélgica, por ejemplo, y en lugar de la clásica terna Bruselas, Brujas y Gante mirar más allá... Nosotros lo hicimos y, a tan sólo una hora, topamos con un cofre que encierra hasta 23 tesoros. Nos bastó tocar dos de ellos para quedar para siempre malditos y condenados a retornar para descubrir el resto. Valonia es el otro imperdible de Bélgica.


El encanto del atardecer en las ciudades atravesadas por río.

Cierto es que hicimos algo de "trampa". Porque conocimos una de las ciudades de esta región belga en todo su esplendor. Namur... en Mai, una coletilla que viene a señalar el fin de semana de mayo en el que la ciudad se viste de circo, teatro y danza para pasear por sus principales calles y plazas decenas de números artísticos de todo tipo y para todos los públicos, la mayoría gratuitos y algunos con acceso regulado por pulsera y entrada. 

Namur en Mai, Bélgica para niños

Enumerando los eventos al aire libre recogidos en un intuitivo y completo programa tenemos exposiciones, cabarets, marionetas, malabarismos, teatro, danza, música en vivo... Una ciudad convertida en circo ambulante, en número de magia, en un verso del mejor poema. 




Los enclaves más importantes se visten de gala por el festival Namur En Mai.

Hay historias como al de un vecino sexagenario que se niega a pagar por el nuevo ascensor. 3 payasos que descubren al fin un periódico diferente que leer....aman el hábito pero no lo que en él leen. Hay autómatas que cobran vida para desear volver a ser desenchufados tras toparse con un mundo que creían más amable. Y todo ello arropado por la Place D´Armes, la Marché Aux Légumes o bajo la imponente mirada de la St. Aubin´s Cathedral. El ambiente en las terrazas es extraordinario en esta época del año y, cuando cae la noche y desaparecen los números artísticos, quedan residentes y visitantes en una atmósfera de ensueño y con el encanto de las coloridas casas a pie del río Mosa. 

Disciplinas artísticas de todo tipo y por toda la ciudad. Namur en Mai.

Pero Namur es mucho más que este fin de semana del año; es la confluencia del citado río Mosa y también el Sambre, rincón idílico para despedir al día mientras cenas, por ejemplo, en la brasería La Confluence Namur , con comida local e ingredientes en su mayoría de kilómetro 0 -15 kilómetros a la redonda de Namur- y donde comer, además de un buen salmón, una de las mejores raciones de patatas fritas de la ciudad. Que dirás que parece casi una frivolidad ensalzar, pero es que quizá no conozcas el dato de que estamos en la cuna de este bocado universal. Los habitantes de Namur eran aficionados a la morralla frita, pescadito y, en una etapa de extraordinario frío y con los ríos helados, perdieron tan adictivo manjar... así que optaron por la patata, más abundante y barata, para cortarla en forma de esos pescaditos y freírla. He aquí la cuna de la patata frita.



La Confluence du Namur se convirtió en nuestro restaurante favorito.
Por comida y por localización (ver portada).

Claro que también puedes ir a Bistro Belgo Belge a comer, previo encargo, mejillones... si bien en la región valona son menos característicos que en la capital. Aprovecha y pide un trío de croquettes, gigantescas y deliciosas, y por supuesto boulettes, albóndigas, de nuevo, de tamaño transgénico. Cabría rematar con otro topicazo en Ta Mere Gaufre, el gofre de Lieja, que es el que conocemos cuadriculado, ya que en el otro establecimiento destacado e histórico, Galler, te diferencian entre éste, sin añadido ni sirope alguno, y el que, para ellos, es el gofre valón... una suerte de bollito hojaldrado con el chocolate dentro. Ni cuadrícula ni masa semejante. Para los helados nuestra propuesta está pegada a Galler; Cornet ou Petit Pot.

Chocolate belga casero y gofre de masa espectacular en Ta Mere Gaufre.
Albóndigas, casi mires donde mires, comas donde comas.

Retomando la visita, has de saber que Namur es una ciudad tremendamente simpática con la movilidad sostenible... verás poco coche y muchas opciones para desplazarte. Desde carril bici hasta su querido Namourette, el pequeño barco taxi que recorre el Río Mosa hasta llegar a su última parada en Terminus desde donde captar la instantánea más famosa de la ciudad. 


Ya sea en Namourette o por la ribera, disfruta del río Mosa.

Coronándolo todo se erige la Ciudadela, una fortificación defensiva, no obstante Bélgica ha sido considerada como el campo de batalla de Europa por la cantidad de ejércitos que han pasado por ella (sólo por Namourette más de una docena) y los 7 kilómetros de galerías subterráneas fueron apodados por Napoleón como el termitero de Europa. Sólo visitables con tour guiado, merecen tremendamente la pena para casi sentir cómo vivieron los soldados aquellos tiempos convulsos.




Por tierra, mar y aire... Ciudadela de Namur.

Tras centenares de fotografías inmortalizando nuestro paseo por puentes, plazas y calles namurenses, toca descansar. Ya puestos, hagámoslo en un edificio histórico.

Más información en https://www.namurtourisme.be/en/ y en https://namurenmai.org/

Hotel Les Tanneurs

32 habitaciones, 4 estrellas, 2 restaurantes y un centro business. Son los números del Hotel Les Tanneurs en cuyo restaurnate Le Grill carnes a la brasa en un grado de maduración extraordinario de más de 45 días, conservando propiedades, sabor, jugo, variedad y acompañando de otros platos como, de nuevo, las boulettes, pero también los tagliatelle con gambón. La parte del descanso está a la altura de su buena mesa, con una habitación de aire rústico pero salpicada de domótica en persianas y mueble de la televisión, baño moderno y sauna incluida. Si no fuera tan apetecible lo que espera fuera, nos quedaríamos toda nuestra estancia en semejante habitación.



Le Grill des Tanneurs luce así. Rica la carne, el pescado y las variedades belgas.


Más información en https://www.tanneurs.com/

La otra escapada desde Bruselas: Mons



En primavera la ciudad se engalana con flores.

La Salamanca belga, ciudad estudiantil, con la alegría diurna y la fiesta nocturna que cabría esperar -alejada de la que conocemos los españoles casi a diario pero bien concentrada en fin de semana y festivos- y un referente valón por sus costumbres. En mayo calienta motores con el festival primaveral que colorea la ciudad desde la Grand Place, principal enclave de la ciudad de obligado paso, visita y revisita, hasta el Ayuntamiento que la corona, con un precioso jardín interior y más floreado aún en esta época. 

La Grand Place y los jardines del Ayuntamiento son imprescindibles en Mons.

Volviendo a la Plaza, y acariciando la cabeza de la estatua del mono presente en la fachada del Ayuntamiento, encontramos con motivo del festival un carrusel y otras atracciones entre construcciones de atrezzo que se asemejan a casas infantiles y de dibujos animados tipo Warner. La fuente y las letras gigantes de "MONS" abrochan un lugar idílico para el terraceo a cualquier hora del día así como para grupos de todo tipo, desde la diversión familiar hasta el romanticismo de pareja. 

Disfruta de la plaza, pero no olvides acariciar al mono con la mano izquierda.

Imprescindible asomarse a algún que otro parque pero sobre todo al que aguarda a pie de Beffroi, Campanario, la construcción más característica de Mons y desde cuyo monte se adivina gran parte de la ciudad, toda si nos decidimos por pagar y subir a lo más alto de la torre. 

Una visita rápida que puedes interrumpir con un buen brunch en un conocido por las calles de Madrid, Le Pain Quotidien, donde la diferencia radica, que no habíamos hablado de ello aún, en la repostería. Muy cercana a la francesa en el tamaño, con croissants gigantescos, y la preparación de la masa, con mayor grado de mantequilla. Igualmente delicioso.

Brunch en Le Pain Quotidien, reponiendo fuerzas en Mons.

Volviendo a Mons, aquí le dedicamos poco tiempo porque Namur y su festival concentraron nuestro esfuerzo y tiempo... pero algún día viviremos el DouDou de junio con la lucha de todo un pueblo contra el dragón. 

Más información en https://www.visitmons.be/

https://www.lepainquotidien.com/be/fr/

 

Zoo top en Europa: Pairi Daiza

Huelga decir que en 23 ciudades caben muchas cosas... cabe todo. Valonia es rica en contrastes y referencias internacionales en muchas materias. Brugalette alberga el galardonado en varios años como mejor zoo de Europa, Pairi Daiza. Sus 9 mundos, 75 hectáreas de jardines, 7500 animales incluyendo 5 pandas gigantes y 19 elefantes son números que explican otra cifra: los  2,3 millones de visitantes que tuvo sólo en 2023.




Decenas de especies, miles de animales te esperan en Pairi Daiza.

 No soy un particular amante de este tipo de lugares porque siempre he creído que el hábitat natural de los animales es otro, pero también es cierto que en este, limitado artificialmente y que podría llevarles a la depresión y tristeza de no poder vagar libremente por el entorno, intenta emular la sabana, jungla y bosque con recintos enormes para cada especie. Y mucha especie exótica además de los clásicos. Eso sí, ármate de paciencia y energía, porque no siempre están a la vista y las distancias a cubrir son enormes para, en ocasiones, obtener poca recompensa. Llegar a primera hora y marchar a la hora de comer se antoja lo más recomendable para esta visita familiar. 

Más información en https://www.pairidaiza.eu/en#pairi-daiza-resort

Amanecer en el bosque en Hotel Utopia

Por el día, innumerables especies vegetales rodeando unas cabañas donde ninguna es igual. Por la noche, cena en el exterior del restaurante O Jardin bajo luz tenue y con platos deliciosos, desde el salmón hasta el carpaccio y sí, lo habéis adivinado, albóndigas enormes esta vez en salsa de cerveza artesanal. Para el descanso, nuestra cabaña Bauhaus erigida en lo alto y con generosos ventanales para iluminarlo todo en el día y embriagar al huésped en la noche, transmitiéndole esa sensación de exclusividad, íntima atmósfera y comunión absoluta con la naturaleza. 
Una Utopia, sí, pero como reza cierta frase de Alexander Pope que da la bienvenida al visitante... la Utopía no es lo irrealizable, sino lo que aún no se ha realizado. Aquí toma forma. 





La naturaleza sabe mejor con carpaccio, boulettes y salmón. Pura Utopía.


El turismo en el sur de Bélgica merece la pena

Valonia merece la pena. Y mucho. Aquí sólo hemos dado un pequeño bocado a un gran banquete, arañado la superficie, detallado una de las ciudades que componen esta región francófona de Bélgica y merodeado por otra y algún añadido en forma de atracción o alojamiento. Imaginad lo que pueden dar de sí las otras 21 ciudades. 


El subturismo nació para quedarse, y Valonia confirma que es una de las tendencias turísticas que más recompensan al viajero por lo inesperado, los ritmos para disfrutar lo que te encuentras y el descubrimiento. 

Más información en https://visitwallonia.es/