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Real Madrid 1 - Leipzig 1 (Champions, Octavos de Final): El Madrid juega con fuego y el Leipzig se quema


Comencemos con un dato. Esta noche el Madrid ha recibido 20 remates como local en competición europea, un número que no se registraba desde abril de 2022 frente al Chelsea. Pero esta vez tenían enfrente al Leipzig, equipo alemán, rudo, con velocidad entre líneas y cuando huele área rival pero muy lejos de aquel temible Chelsea. Un Madrid conformista, algo especulador y muy pobre en ataque jugó con fuego y eso en Champions es quemarse... pero su competición fetiche le echó otro capote para que fuera el rival el que volviera en cenizas a su casa. El Leipzig recordará por siempre ese palo en los últimos minutos.

Y, sin embargo, seguro que muchos madridistas ya lo han olvidado. Es lo que tiene la memoria futbolística, que sólo recuerda a los que ganan, a los que pasan, dejarán caer en el olvido el gol de Orbán tan sólo tres minutos después de que Vinicius Jr. precisamente se zafase de la marca de Orbán y Bellingham supiera verlo y luego poner el balón allí donde el brasileño aprovechó para aumentar la renta madridista. Lo peor que pudo hacer, a tenor de las palabras del propio Ancelotti, que suscribió que parece que el Madrid no sabe ganar cómodo, no sabe afianzar y consolidar victoria si no está, en algún momento, perdiendo. 

Contra el Leipzig nunca fue por detrás ni en marcador ni en eliminatoria, pero sí ha gastado todas las vidas y el próximo rival, sea quien sea, en absoluto le permitirá todos los errores hoy cometidos... ni la dejación de funciones en defensa y ataque. Ambos equipos marcharon a la caseta tras una primera parte en la que el Madrid contemporizó demasiado, apenas jugó y se regocijó en su mínima ventaja, mientras que Openda dio un par de sustos a Lunin y sus compañeros. Ocasiones claras que, por supuesto tratándose de Champions y el Madrid, luego recordaría en el trayecto de vuelta a Alemania. 

El Madrid ya está en cuartos pero, esta vez, por algo de demérito rival. Quizá pueda permitirse un partido así contra un rival así y a estas alturas del torneo, pero en cuartos, seguro, espera un combinado que no le permitirá perder ni un ápice de concentración ni entregar un solo segundo posesión o partido. La cerilla que ha cogido Ancelotti está a punto de consumirse... y si vuelve a encenderla, se quemará los dedos.

Jesús Clemente Rubio