Ir al contenido principal

El brunch más cool de Madrid se come en El Patio de Atocha

Un coqueto patio de extraordinaria calma sólo “interrumpida” por los chorros que empujan el agua de la pequeña piscina. Silencio roto por el trinar de los pájaros y una lejana y suave música. Una terraza acristalada con gran luminosidad y apta para cualquier época del año. Es el Patio de Atocha uno de esos secretos mejor guardados de Madrid ya no sólo por el festival para los sentidos arriba descrito, sino por el remate a todo ello ya en mesa y sobre el plato. Porque su brunch es generoso, variado, rico y asequible para el capricho que de vez en cuando quieres darte y siempre mereces.


Pocos rincones son tan idílicos para un brunch.

Sábados, domingos y festivos de 12:30 a 14 horas tienes un nuevo rincón donde relajarte, disfrutar y, si acudes acompañado, quedar bien con absoluta garantía. Café al gusto o leche, zumo de naranja natural o detox, smoothie, bollería variada –recién horneada, crujiente y riquísima- y panes variados para untarlos de tomate y aceite o mantequilla y mermeladas son sólo el comienzo. Un comienzo que ya colorea tu mesa y satisface, rodeado por una atmósfera inigualable, tus ganas de iniciar tu jornada festiva a ritmo de brunch de calidad.


El primer pase es generoso y de calidad.








Pero son los principales los que ensalzan la propuesta de El Patio de Atocha enmarcada en el hotel CoolRooms Palacio de Atocha. Hablamos de una tosta de aguacate y salmón ahumado generosa y deliciosa y unos tacos de cochinita pibil que repiten en cantidad y, para un servidor, presentan un sabor aún más intenso que los primeros. Ambas opciones son igualmente recomendables, y aún nos dejaríamos una referencia sin cubrir. 


Los principales elevan al sobresaliente la experiencia.

Lo mismo ocurre en el capítulo de postres, donde sacrificamos el yogur con frutos rojos en favor de una esponjosa y cremosa tarta de queso y una tostada francesa con aires de torrija que parece empalagar desde la primera cucharada pero, al mismo tiempo, siempre te pedirá un bocado más.



Fuera de la carta del brunch pedimos la tortita. Merece la pena el extra.

Una bebida a elegir completa un copioso pero equilibrado brunch en el que, insistimos, la experiencia gastronómica es buena, pero la sensorial es extraordinaria. Tu rincón más ‘cool’ de Madrid en el hotel homónimo. CoolRooms Palacio de Atocha.

Más información en https://elpatiodeatocha.com/

Jesús Clemente Rubio