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La felicidad merecía un museo


Serotonina, endorfina, dopamina y oxitocina. En la felicidad también hay ciencia, y mucha. Y nada como conocer los mecanismos que la activan o, comenzando de una forma más simple, las ventajas de una sonrisa o una carcajada para conocernos y hacer mejor nuestras vidas. Siempre supimos que sonreír, como elogiar, cuesta poco y rinde mucho. Pero quizá se nos escapaba cuándo nos sonríen por cortesía o lo hacen por pura coquetería; cómo nuestro organismo se beneficia de una buena risoterapia, de las relaciones sociales y del culto y el amor propios. En el Museo de la Felicidad podréis descubrir todo esto para desgranar los detalles técnicos de la felicidad o, simplemente, dejaros llevar y salir mucho mejor de como entrásteis al museo. El resultado da igual, lo importante es el proceso. Y el proceso es ser feliz. Bienvenidos al Museo de la Felicidad.

Didáctico, visual y divertido. El Museo de la Felicidad.

Interactivo, didáctico y para todos los públicos. Son los tres ejes de todo museo contemporáneo que quiera ser exitoso, véanse otros llamados a estar por unas semanas y que se han convertido en toda una referencia madrileña como el Museo de las Ilusiones. Con este Museo de la Felicidad ocurre lo mismo, todos queremos ser felices e, incluso, sabemos el camino a recorrer para serlo... pero en algún momento nos desviamos, dejamos que la mala vibra nos invada y se cebe con nuestro interior, nos deteriore día tras día o golpee súbitamente. Y por supuesto son emociones que hay que sentir y explorar... pero sin perder de vista que la felicidad siempre estará ahí, esperándote. 


¡Sé feliz!

Es más, a la salida te espera un pingüino enorme para preguntarte si sales del museo más feliz de cómo entraste... y ya tienes que entrar predispuesto porque, o sonríes, o no se abrirá la barrera que controla el acceso. Una vez dentro, tres plantas con itinerario guiado aunque también puedes hacerlo por libre y, sin destripar demasiado, te diremos que detrás de cada rincón hay una enseñanza, un trocito de ciencia que explica cómo reacciona nuestro cerebro a diferentes estímulos que conducen al mismo resultado: ser feliz. 

Díselo con emojis. O en braile. Lenguajes de la felicidad.

El ejercicio físico al saltar en una colchoneta, la emoción de hacerlo confiando en lo que espera abajo o aquellos con quiénes estás dando ese, a veces, tan difícil "salto" en la vida. Reír con los tuyos pero también con extraños en el risómetro, experimentar la sensación de volar con la Realidad Virtual o escoger entre la pastilla roja de la dura realidad o la azul de la eterna pero ignorante felicidad. Paneles muy visuales y enriquecedores con datos que te asombrarán y, a la vez, te ayudarán a ser un poco más feliz o menos infeliz la próxima vez que abordes ciertas situaciones. Las puertas de la Verdad, que esconden una de las afirmaciones más valiosas de la vida. La felicidad a través de los sentidos, escogiendo uno y apagando el resto. Las "migas" de la felicidad son tantas y tantas las enseñanzas que encierran que los 60-75 minutos que, se estima, dura tu visita (puedes estar cuanto quieras) se te quedarán cortos. 

¿Cuánto pesa qué en la felicidad?

Una verdad que merece ser recordada. Entra y descúbrela.


Pero sobre todo es una excelente oportunidad para reír, sonreír, abrazar, bailar (con risoterapia, abrazoterapia y musicoterapia) y decir a los tuyos lo mucho que los quieres. Es el arrebato casi inmediato que tendrás, señal de que lo bueno, en la vida, siempre es doblemente bueno al compartirlo. Con tu mujer, con tus hijos, con esas piezas de la felicidad sin las cuales tu puzle sería sólo un puñado de piezas sin sentido y que a duras penas encajan. Siempre es motivo de celebración que abra un espacio cultural como un museo, pero si éste tiene como fin mostrar los caminos a la felicidad y explicar los avatares con los que te topas en él, bienvenido sea una y mil veces el Museo de la Felicidad. Y que, como aquélla, dure por siempre.

Más información en https://museodelafelicidad.com/

Jesús Clemente Rubio