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El asiático más divertido se cocina en Hot Pot


Una olla. Una placa térmica. Y a divertirse. La propuesta de XiaoLongKan Hot Pot II (el número 1 está ubicado en Legazpi, con algo más de opciones pero idéntica esencia) es tan sencilla como eficaz: dotar al grupo de comensales de todo material indispensable (servilletas, palillos chinos y un pequeño mueble portátil para ir dejando los platos, amén de la mencionada olla caliente) para que él se lo guise y él se lo coma. Una generosa batería de alimentos disponibles, desde verduras hasta carnes, además de una oferta de platos ya preparados ponen guinda a un lugar en el que, además de comer, te diviertes. Aunque para hacerlo, recuerda: ponte el delantal. Avisado quedas. 

Un aviso más que necesario dado que nuestra primera y casi más insistente recomendación será la de que pidáis los tallarines caseros. Es un gustazo para el paladar degustarlos e incluso, antes de arrojarlos sobre uno de los tres caldos disponibles (nosotros optamos por la fórmula totalmente carente de picante, esto es, mitad para caldo de setas, mitad para el de tomate) ya te resultarán apetecibles. Su mejor baza, al margen de la textura, es lo mucho que absorben el sabor del caldo en el que se sumergen. 

Hemos empezado casi por lo último pero vayamos a lo básico: como decíamos, ante ti tienes una generosa carta en la que, una vez hayas elegido el caldo, harás lo propio con las raciones -buena relación calidad precio- que, salvo platos ya finalizados como los arroces (adictivos) y panes chinos o las tiras ibéricas, tendrás que cocer en los caldos elegidos. Descuida, el tiempo te lo indica la propia carta y, para tu tranquilidad, a nosotros se nos fue el cronómetro en casi todos los platos y, aún así, nos parecieron exquisitos.


Los arroces y panes chinos ya vienen preparados pero la mayoría de los platos
tendrán que finalizarse en el caldo que elijas.

Porque además de los tallarines caseros nos atrevimos con las finas lonchas de carne Angus, de preparación casi instantánea; las gyozas, sólo un tipo pero que no te hará echar en falta algún otro dado su intenso sabor; y los gambones, de sorprendente buena calidad. En el capítulo de verduras y vegetales tienes varios combos preparados con un poco de todo pero nosotros solemos ser más exquisitos y escoger lo que verdaderamente sabemos que nos gusta. Por ejemplo el hongo no incluido en dichos combos que, sin embargo, se hace indispensable en tu comanda. 


Claro, pídete gyozas. ¡Pero también atrévete con las ancas de rana! 

Retornando a la faceta de entretenimiento, fue un gustazo ver cómo los más pequeños peleaban por ser ellos los que arrojasen objetos al caldo e, incluso, los que apretaban el saco transparente que contiene la masa de las albóndigas de gambas, otro de los platos estrella. Claro que aquí tenemos mucha comida adaptada al gusto occidental... en una carta que no renuncia a su origen y tradición. La casquería abunda y, aunque conlleva un riesgo pues nuestro paladar no está acostumbrado, hay platos míticos como las ancas de rana que tenéis que probar. Pide, sumerge y luego "pesca" -rescata- el alimento del caldo con ayuda de los cazos que te proveen. Rico, divertido y para todos los gustos y perfiles de comensal. Una de las modalidades de comida más extendidas en China ha aterrizado en España de la mano de XiaoLongKan Hot Pot II para quedarse y, de paso, demostrar una vez más que comer también es divertido.

Jesús Clemente Rubio