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Kevin Bacon se baña en carbonara y la hamburguesa más madrileña

Volvemos a Goiko para celebrar sus 10 años con un estreno y una obligada revisión de su hamburguesa más castiza. Por un lado la versión más italiana de su clásica Kevin Bacon; por otro la nuestra, la madrileña, La Gata. Dos bocados sobre los que había tanta expectativa como alabanzas tras no dejar ni miga, acompañados siempre por entrantes y postres que redondean la experiencia Goiko. Así da gusto cumplir años. Por otra década más.

Kevin Nara. Pierde el apellido, pero no el ingrediente. Así se llama lo último de Goiko donde su buque insignia se da un baño de carbonara -y nos quedamos cortos, porque la salsa inunda el plato- respetando el resto de componentes de tan suculento plato: bacon bits -nosotros siempre apartamos algunos para que no resulte demasiado salada-, queso americano y cebolla a la plancha. Habíamos dado cuenta de otras versiones y variaciones, como si del multiverso se tratase, de la Kevin Bacon... pero dejadnos deciros que hemos dado con nuestra favorita. Mucha salsa, sí, pero nada cargante ni empalagosa y un perfecto acompañamiento para rebajar la abundante presencia del resto de ingredientes. 

Los teque Vinci nos han devuelto la pasión por este entrante.

Puestos a parlare italiano, nos preguntamos por otra de las novedades... ésta en el apartado de entrantes. Los teque Vinci son tequeños rellenos de queso fundido, orégano, albahaca y tomate. Puro sabor a la base de tomate de las pizzas y una más que necesaria reinvención de un entrante que ya aburre por su sobrada presencia en cartas de restaurantes de todo tipo. Otro invento más que exitoso... y del que la eminencia que le da nombre estaría orgulloso. 

Una dulce manera de terminar tu visita a Goiko.

Para orgullo, el cierre; desafiando la Cookie Skilled del Fosters Hollywood, la Goiko Cookie cubre una tarta de brownie de un centro de lava de chocolate y lo sirve caliente con un helado de vainilla para poner el punto de contraste y también rebajar la muerte por tanto cacao y azúcar. Como decimos, mira a los ojos al del Fosters aunque, siendo perfeccionistas, agrandaríamos la bola de helado de vainilla para compensar el enorme pedazo de tarta -algo de agradecer- que contiene cada ración. 

La Gata porta con orgullo tan castizo nombre.

Os preguntaréis por La Gata que comentábamos... lo mejor, ya sabéis, siempre hay que dejarlo para el final. Y cuando Goiko busca en las raíces madrileñas una versión de sus hamburguesas y añade a la carne rabo de toro, salsa de carne y queso crema, estaréis conmigo en que merece dejar en vuestra memoria, para hacerlo más tarde en vuestro paladar, el recordatorio de que la hamburguesa sólo disponible en la región es de obligada orden en vuestra próxima visita a Goiko. El Pichi aún se relame. 

Más información en https://www.goiko.com/es/plato/la-gata/ y https://www.goiko.com/es/plato/kevin-nara/