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9 cosas que hacer con niños en Manchester



Tantas abejas como viejos edificios reconvertidos, rehabilitados y rescatados en forma de centros culturales o de referencias artísticas. Cielos grises que a veces sorprenden con un rayo de sol pero se sienten más cómodos descargando llovizna poco molesta o aguacero que te obliga a cobijarte. Exagerado acento 'british' según el barrio, zonas modernas que contrastan enormemente con las tradicionales y que, a diferencia de otras urbes, no se encuentran en el norte...sino en el sur del mapa. Orgullo obrero y de aquella Revolución Industrial en la que los mancunianos fueron punteros gracias a su trabajo y su unión (de ahí la abeja obrera como símbolo de este pueblo). Y para colmo, época navideña engalanando la ciudad y volcándose con su puñado de mercadillos navideños. Una ciudad unida para una afición dividida entre el sureste y el noroeste, entre Old Trafford y el Etihad Stadium. Otro reflejo más del contraste entre costumbre y vanguardismo. Manchester sorprende al visitante y borra prejuicios de aquellos que, casualmente, nunca la han visitado.

Tradición y modernidad. Manchester.

Y lo hace, como decíamos, plagando de planes la agenda. Porque si los mancunianos tuvieran que depender del Astro Rey para echarse a la calle o divertirse, se pasarían los días en casa. Por eso optan por techar muchas de sus propuestas para garantizar la reunión social. Es Manchester, de hecho, una de las ciudades menos británica en ese sentido y, salvando las distancias, más latina... por sus ganas de compartir, por el abrazo que da al visitante, por su manera de relacionarse que certifica que la abeja es un símbolo bien elegido para reflejar la unidad de todo un pueblo, el mancuniano. Por eso nos gustó tanto esta ciudad no sólo para vistazo rápido y con amigos o en pareja, sino en familia. La Navidad ayudó, pero hay mucho, pero mucho que hacer con tus retoños. He aquí nueve cosas que hacer con niños en Manchester. 

Un paseo por el variopinto Northern Quarter

Enormes y extraordinarios murales pintados sobre algunas de las paredes de Oldham Street, Tib Street y alrededores facilitarán que tus hijos quieran hacerse esas fotografías que siempre quieres hacer para conservar el recuerdo. Un barrio que grita modernidad, arte y cierta cultura alternativa y de reivindicación aupada por la Band on The Wall, un centro por el que durante décadas pasaron artistas para colocar en primera plana la escena musical mancuniana, que decayó y que, gracias a las donaciones anónimas y el empuje de los residentes, reabrió con más fuerza que nunca. Una historia que simboliza todo lo que ocurre en esta ciudad, amada por unos habitantes que se niegan a enterrar sus edificios y enclaves históricos y encuentra la forma de reconvertirlos en referencias culturales. Todo este barrio lo es, con el encanto y estilo de las edificaciones salpicadas de la modernidad del grafiti bien hecho, con gusto y arte. Y esos pequeños rincones para tomar un café curativo contra el frío llenos de encanto. Aunque nos quedamos con el que te proponemos a continuación. 


Mackei Mayor

Este mercado moderno es la parada perfecta para reponer energías y que, mientras, los más pequeños se diviertan en la pequeña área que tienen para niños. Un ejemplo más de una reconversión con gusto de un edificio que data de 1858 -y que era un mercado cárnico- en una propuesta repleta de bancos y asientos de madera ya equipados en el centro con cestas con cubiertos, servilletas e instrucciones... porque en Mackei Mayor la comanda es a través de una aplicación en la que eliges el puesto, la comida, pagas y lo traen allí donde te hayas sentado -identificas tu posición con un código perfectamente visible-. Así de fácil, así de vanguardista, así de dinámico, así de Scranchester (scranch es el término mancuniano para "comer" y chester puedes imaginar de dónde procede). Algo elevado de precio, pero una experiencia obligada para sentirte un habitante más de la urbe y dar un respiro a tus hijos antes de reemprender la marcha.

Central Perk en Primark 

Vale, quizá esto no sea lo que más ilusione a los hijos más pequeños. Es más, quizá esto sea un plan mucho más enfocado a ti, lector, pero si uno se deja caer por el Primark de Picadilly ha de hacer un alto en el camino y dirigirse a su cafetería que es... espera... ¡el Central Perk! Recreado al milímetro, un chute de nostalgia televisiva que invita también, al fin y al cabo es una cafetería, a cargar baterías de nuevo a golpe de café o bizcocho. Precios normales -sabiendo que hablamos siempre de una libra más poderosa que el euro- pero un rato tremendamente agradable entre charla con tus friends, decenas de fotografías -no querrás dejarte nada- y un colorido escenario que, tranquilo, gustará a tus hijos tengan la edad que tengan. Así podrás convencerles de visitar tranquilamente...

I´ll be there for youuu...

Picadilly Gardens

Uno de los principales enclaves de Manchester, con enorme explanada y en el que confluyen numerosas líneas de un tranvía que funciona tremendamente bien y que saca músculo del transporte público de la ciudad. Ojo a los free buses o autobuses gratuitos, hay tres itinerarios diferentes, y conectan durante todo el día las diferentes y principales estaciones. En Picadilly también están algunos de los edificios más altos del centro de la ciudad y comercios más potentes como Smithfields, Home of Frasiers, el citado Primark o Arndale, un gigantesco centro comercial. También el que fue nuestro cobijo y que adoramos por su ubicación y localización. El Travelodge Manchester Picadilly es una excelente base de operaciones desde la que desplazarte a todo cuanto aquí te decimos. Te preguntarás dónde está el elemento infantil, aquí la mención es más logística, por los transportes y el alojamiento, y comercial para compras, comer o resguardarte del frío... pero también por el BONUS que te dejamos al final de este artículo... y avanzamos en esta fotografía.


Printworks

Retornando a la historia de Manchester, abandonando Picadilly por su zona oeste llegamos a una de las calles más emblemáticas: Deansdale Gate, no en vano conduce a una de las puertas de la ciudad acompañada de muralla y grada romana. De cuando el Imperio llegó a Britania durante y posterior a la Guerra de las Galias. Desde este punto y si caminamos hacia el norte, el northern Quarter, toparemos con otro de esos inventos para combatir los numerosos días de lluvia de la ciudad: Printworks. O una galería techada atestada de pubs, bares y comercios para que nadie pase hambre, se quede sin sus compras o se aburra cuando el cielo decide inundarlo todo. Los niños encontrarán aquí un resguardo y una amplia galería para corretear, pedirte algo de comer o parada técnica y descubrir otra forma de hacer resguardados lo mismo que al aire libre. Pegada a una de las entradas está la plaza donde se ubica el Museo Nacional del Fútbol, más de 140.000 objetos y tremenda historia alrededor de nuestro deporte favorito, si tus hijos gustan de él alucinarán viajar a la cuna del fútbol. Aprovecha y déjate caer por la cercana Catedral de Manchester, iglesia medieval de corte gótica y a unos pasos de la imponente estatua de Mahatma Gandhi.

 

Por cierto, que en esta zona, salida de Printworks y Museo Nacional del Fútbol, se sitúa la Ice Village...de nuevo te remitimos al bonus final para saber más ;).


Biblioteca de Harry Potter

Continuando hacia el sur por Deansdale Gate topamos con la que muchos conocen como "la biblioteca de Harry Potter", la John Rylands Library. Un imponente edificio neogótico de comienzos del siglo XX donde la lluvia ha dejado humedades que lo han envejecido para convertirlo en la joya estética que es... y que esconde galerías y pasillos con arcos apuntados y columnas que ciertamente retrotraen al Hogwarts de Harry y sus amigos. En una de sus salas, la Crawford Room, hay más de 6000 manuscritos en 50 idiomas diferentes... uno de ellos el Lazarillo de Tormes, que no conseguimos encontrar. Sí encontramos en su sala principal un ejemplar de nuestro querido Museo del Prado con unas majestuosas y gigantescas tapas. Esta biblioteca atraerá a tus hijos por su estética y el parecido a Hogwarts, será la Biblioteca Pública, más cercana a Picadilly por mencionar una de nuestras paradas, donde los niños podrán interactuar en la zona infantil con todo cuanto quieran. Si bien para encontrar uno de los lugares más recomendables para los infantes habréis de abandonar la biblioteca y dirigiros aún más al sur hasta...


Museo de Ciencia e Industria

El cénit de la interacción con los niños. Entrada gratuita a un espacio donde siempre hallarás grupos escolares, lo cual te dice mucho de la diversión que aquí experimentan. Diversión didáctica además. En su primera planta hay multitud de experimentos, todos invitando a probarlos e integrar, mediante ese ensayo error, el conocimiento que deriva de la prueba en la menta de tus hijos. Zona también para los bebés que comienzan a tocarlo todo y a maravillarse con formas y colores. Echarás una hora y media más que entretenida.

Old Trafford (o Etihad Stadium)

Si en el Museo Nacional del Fútbol tus futboleros hijos disfrutarán, en el tour de cualquiera de los dos estadios vivirán toda una catarsis. Especialmente, y que nos perdonen el resto, en el histórico Old Trafford. Nosotros fuimos un punto más allá y en lugar del tour, muy completo, compramos un par de entradas por 40 euros al cambio para vivir y ver un Manchester United - Chelsea, con victoria local por cierto. Es verdad que tras ver la parroquia blanca, el Santiago Bernabéu y la grandeza del Madrid, uno puede quedar algo decepcionado por las instalaciones y el estadio... pero nunca por el ambiente previo y durante el partido. El fútbol inglés es rápido, dinámico y está lleno de ocasiones... y la grada nunca calla y todo lo comenta. Curioso es que imitan a los estadounidenses y durante el partido se pueden levantar 4 veces para ir al baño o por algo de comer, algo impensable en los campos españoles, pero lo dicho. Toda una experiencia. Especialmente el pospartido si el equipo local ha vencido.



Pies, no Fish and Chips

Si bien el Fish and Chips es un plato nacional inglés, el más típico, más simple y menos saludable de los que se nos ocurren por cierto, no es ni mucho menos bandera de Manchester. Más bien de la zona costera. Por eso nos quedamos, de entre otros bocados, con los Pies, comunes en el norte de Inglaterra. Una suerte de empanada rellena y que suele ir acompañada de puré de patatas y guisantes y otras guarniciones. Nosotros las probamos en PieMinister y, más allá de un buen sabor, llenan bastante, lo cual ayuda a hacer una parada técnica rápida si es que quieres seguir explorando la ciudad.

Parques de bolas, miniGolfs y boleras diferentes

Junkyard Golf, hacia el tramo sur de Deansdale Gate donde asoma la torre más alta de Manchester con 47 metros, la Beetham Tower, se erige un vasto almacén antiguo, adivinad, reconvertido no sólo en almacén sino en espacio para acoger múltiples locales como 7 Lane. Una traviesa y alternativa bolera donde entre turno y turno puedes maravillarte con su estética e instalaciones. 

La Beetham Tower es el edificio más alto. 47 m.

Más alejados están Junkyard Golf, un minigolf ciertamente diferente y que rematan con copeo a partir de ciertas horas pero, tranquilo, hasta las 6 de la tarde puedes ir sin problemas con niños para jugar a introducir la pelotita por cabezas gigantes de payaso, callejones oscuros y demás. Muy recomendable. 

Head Over Heels lo habrás leído en mil y un sitios y webs, y cada mención está justificada. Por un módico precio -unos 10 euros al cambio, unos 6 la tarifa de acompañante adulto- tus hijos tienen tiempo ilimitado para brincar, tirarse, deslizarse y cuantos verbos que impliquen cansancio y diversión se te ocurran por un amplio espacio lúdico. Un parque de bolas a lo bestia, de los que tenemos en Madrid, claro, y que les gustará tanto encontrar en una jornada de visita que parecía reservada sólo para adultos. 

He aquí uno de los hoyos de Junkyard. Una locura. 


BONUS: Mercadillos Navideños

Y por fin llegamos a la época más maravillosa del año... y que en Manchester brilla con luz propia y con miles de leds repartidos por toda la ciudad. Ya sea el Ice Village y su pista de patinaje a la salida del Museo Nacional de Fútbol, o Shambles Square, con el bar más antiguo de la ciudad con más de 600 años (Old Wellington) saludando a los puestos de la Exchange Square, los mercadillos navideños están repartidos estratégicamente para que toda la urbe cuente con uno de estos enclaves. Madera y comida por doquier aunque también los hay que venden piezas artesanales e incluso adornos navideños personalizados, cada mercadillo tiene un ambiente tremendo pero destacan dos lugares por encima del resto: Market Street, con una larga hilera de puestos colocados a ambos lados dejando un estrecho pasillo para circular, y muy variados; y nuestro amado Picadilly, semejante explanada tenía que aprovecharse y los mancunianos lo hacen muy bien con tremendos elementos decorativos, un letrero con las siglas de la ciudad e incluso una especie de puesto temporal de un famoso bar con sesiones de música en vivo y DJ. Todas las ciudades tienen una visita navideña, pero Manchester demuestra y corrobora aquí lo que os comentábamos al principio acerca de su cercanía a la cultura y forma de entender la vida latinas alejándose de la seriedad que se le presupone al inglés. Ni que decir tiene que es la mejor manera de culminar el día para los más pequeños y plan perfecto para cuando la noche, que habrá caído a eso de las 4 y media, no se les haga demasiado pesada. 


Más información en https://www.visitmanchester.com/things-to-see-and-do

Jesús Clemente Rubio