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El Cordero de Pastoreo deslumbra en Ochenta Grados y grupo La Musa


Noviembre, víspera de Navidad, otoño en su plenitud... y temporada de codero. Por eso durante este mes Interovic ha puesto en marcha una jugosa y suculenta acción en colaboración con Grupo La Musa y Ochenta Grados para acercar este ingrediente con tres recetas tan originales como efímeras. Enumeremos primero las albóndigas de cordero de pastoreo en los locales Ojalá Pool y Beach así como el Brioche de Cordero de Limbo Bernabéu no para jerarquizarlos por exquisitez... sino porque fueron los que no tuvimos la fortuna de probar. Así despejamos el camino para adentrarnos en el que sí hincamos el diente y… desconocemos el resto, pero desde luego con esta elección acertamos de lleno, dada la experiencia y el resultado.


 Ochenta Grados es un concepto del que algún día escribiremos aquí largo y tendido, pero dibujad un Lateral con referencias algo más trabajadas, platos ligeramente más abundantes y una variedad similar. Digamos que es la competencia si bien aquí lo que más nos conquistó fue el asesoramiento y servicio del local que tienen en Pozuelo.

Por si no te fías de la estupenda foto de portada, aquí tienes otra de la pieza que
disfrutamos nosotros. 

 Degustamos varias referencias y todas ellas, cuanto menos, nos encantaron… lo cual imprime aún más valor a que brillase por encima del resto el cordero de pastoreo presente en la terrina confitada sobre una cama de ñoquis, crema de calabaza y gorgonzola. Aquello era un manjar ya para la vista, con el taco de ternera coronando una compañía que en absoluto desmerecía. Pero haceos un favor y antes de engullir el plato reuniendo en cada pinchada todos los ingredientes, centraos en el cordero. Simplemente dejad caer el cuchillo sobre ella para comprobar cómo se desmenuza y deshace, haciéndote salivar aún más si bien elevando la expectativa sobre un sabor que podría luego no estar a la altura. Tranquilo, lo está. El listón está alto, pero el cordero de pastoreo salta eso y más. Suave, delicioso y perfectamente equilibrado con el resto de ingredientes de la receta. Si INTEROVIC quería hacer ruido con su carne, desde luego que en ochenta Grados lo consiguió, a tenor del número de comensales que optaron por pedirlo. Movidos también por la solidaridad, porque  el plato acarreaba una cantidad para ayudar con lo cual te sabe, si cabe, mejor.


Albóndigas o brioche componen otras de las recetas en las que Interovic ha empleado
su jugoso cordero. Pero para eso habrá que cambiar de local.

Hay varios Ochenta Grados por Madrid, acercaos a uno, pedid la terrina de cordero y disfrutad. Este plato por sí sólo justifica visita y descubrimiento de, por otra parte, tan buenas cocina, propuesta y atención. Y de la que hablaremos largo y tendido el día en que el cordero no acapare el tan merecido foco de atención.

Jesús Clemente Rubio