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Rock Circus Vol.2: Rock et circenses


 Salvo contadas ocasiones ,si algo nos ha enseñado el mundo del cine es que segundas partes nunca funcionaron, bien porque la calidad de las primeras proyectó una sombra demasiado alargada, bien porque trataron de estirar un chicle que, si bien daba más de sí, no en la dirección en la que lo hicieron. Pero en el mundo del circo, y con Productores fe Sonrisas a los mandos, todo tópico cambia. Ni el circo es para niños -sólo para niños- ni la gallina de los huevos de oro se exprime hasta la saciedad; aquí el artista se reinventa una y otra vez para que el graderío aplauda con más fuerza que la vez primera. Y si hay que meter cinco motoristas más en la bola de la muerte se meten; si hay que ser trapecista sin cuerda ni guía de seguridad alguna se Es; si hay que hacer que el circo luzca y suene a rock sin dejar de ser el mayor espectáculo del mundo... se coloca a cuatro extraordinarios cantantes y un plantel enorme de especialistas en los más diversos campos para llenar cada número de cantidad, calidad y ejecuciones memorables. Bienvenido al concierto de rock y espectáculo circense que vuelve más en forma en su segunda entrega. Bienvenido a Rock Circus Vol. 2


Hemos avanzado tanto en la entradilla que el cuerpo casi se verá reducido a una despedida y cierre. Pero sabéis que no nos gusta destripar demasiado. Sirva decir que hubo números en los que se mezcló la pasión con el miedo por lo  que estábamos viendo, por lo que pudiera pasarle al artista si algo salía mal. Otros en los que te rindes a la evidencia de que nadie maneja el lenguaje circense moderno actualmente como lo hacen en Productores de Sonrisas, sabedores de que en la variedad está el gusto, sí... pero si encima llenas el escenario con una multitud de profesionales, la puesta en escena transmite el doble. La alternancia perfecta entre mensaje musical, artístico y humorístico. Uno de esos guiones sin demasiadas pretensiones y que sin embargo nos recuerda la fortuna que tenemos de que existan bandas, grupos, cantantes y artistas circenses que trabajan duro día tras día para deleitarnos con esos minutos de ejecución exquisita. Cuatro registros vocales desde el rock más desgarrado hasta el más melódico y con una cuarentena de temas clásicos y rompedores se suceden a  lo largo de una decena de números que repiten, sí, pero con una vuelta de tuerca que los hace prácticamente nuevos.

Y para despedir, nuevamente, lo primero que percibimos y que engrandece a la compañía: la ambientación. U a carpa entregada al mundo del rock en cada rincón que repite en cada ubo de los números ayudada con una pantalla gigante y abundante atrezo y vestuario acorde a la época en que se enmarca la canción. Olvida el pan, aquí lo que nos gusta es el rock y circo. Rock et circenses.

Hasta el 1 de noviembre. Entradas en https://rockcircus.show/


Jesús Clemente Rubio