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Nápoles conquista Madrid con los bucatini de la Tavernetta del Pirata




Os contaré un relato para el que parece que no han pasado los años, lo cual dice mucho y mal de la época que vivimos. Hace tiempo hubo un conflicto mundial, una guerra en la que, como todas las guerras, sólo hay perdedores... y no sólo bajas militares, sino poblaciones enteras que se ven inmersas en un mar de bombas que no saben de dónde salieron y mucho menos cuando cesarán. Entre tanta penumbra de la Gran Guerra surgió un marinero que decidió transportar mercancías de contrabando desde el puerto de Ischia hasta Nápoles para paliar el hambre que deja tras de sí todo conflicto. Ahora tenemos conflictos abiertos, afortunadamente no de esa magnitud -al menos, por ahora-, también gente pasando hambre, hambre que ojalá pudiéramos saciar... pero al menos tenemos legado de aquel "pirata" en la Tavernetta del Pirata con la mejor cocina napolitana que puedes encontrar en Madrid. Vaya por él y por todos a los que ayudó.

Atravesar el umbral de la Tavernetta del Pirata es adentrarse en la mar que tan bien conocía aquel que se echaba a ella para ayudar a los demás. Flora y fauna marítima están presentes en cada rincón -también en fachada, muy llamativa- para recordarte que esta cocina italiana es costera, a caballo entre Ischia y Nápoles. Un buen hacer que tiene su continuidad en, hasta la fecha, la mejor carta que hemos encontrado: digital, con una animación para cada plato en la que aparece el emplatado final para hacerte comer por los ojos lo que luego disfrutarán tu paladar y buche. 

Almejas y pizzellas, ¡qué combinación!

Y precisamente por esas animaciones y tan atractiva presentación te será complicado elegir, nosotros lo hicimos y acertamos. Con unas almejas con salsa de vino y limón que pedían comer "el bicho" pero también lamer la concha, empapada de una salsa que te obligará a mojar focaccia para dar cuenta de la totalidad del plato. No imaginábamos encontrar un plato tan delicioso basado en moluscos como tampoco una suerte de pizzas redondas, las piezzellas, coronadas por una adictiva salsa de tomate y provola ahumada para enquistarse en tu sentido del gusto.

Bucatini (en la foto de portada) y Penne frente a los grandes ventanales de la Tavernetta.

Un comienzo tan maravilloso como los principales que elegimos a continuación, basándonos en la recomendación de la casa: los penne pirata, ya sabes, el macarrón grande bañado en tomate fresco y aderezado con albahaca, alcaparras, aceitunas negras y nuestra perdición, queso Parmigiano. Eso en la base de tomate, en la oferta "blanca" optamos por los bucatini del nonno con un contundente sabor salado que, gracias a los piñones pero sobre todo a las pasas, deriva en un perfecto contraste que explica por qué es uno de los platos estrella de la Tavernetta del Pirata. 

Claro que si hablamos de dulce, hay que rendir pleitesía a los postres porque si la tarta de limón puntúa con notable alto, el crepe de Nutella -pendiente nos quedó el de pistacho- dispara toda expectativa con una masa de extraordinaria textura, la poderosa Nutella y azúcar glas para poner el broche a una jornada gastronómica "ottima".

La tentación dulce... a la que siempre sucumbimos. Aquí no podía ser menos.

Nos quedaron muchas referencias por explorar y lo haremos en futuras visitas que, si son grupales, irán al salón reservado que tienen para ello.

Más información en https://ilpiratafamily.com/


Jesús Clemente Rubio