La familia Sushita crece y lo hace de la única forma que entiende: a lo grande. Gigantesco local en Moraleja Green que cede su apellido al grupo para erigir un local que, además de por dimensiones y estética, destaca por llamativas novedades en carta y una que nadie esperaba, la tienda. Sí, ahora no sólo podrás disfrutar de lo que comes sino donde lo comes, y elementos de la vajilla son algunos de los que podrás adquirir en el flamante local. Sushita Green aterrizó hace dos meses y no ha entendido de parones ni sequías veraniegas, lo cual denota la fidelización del cliente y la ambiciosa y trabajada apuesta por la zona de Alcobendas.
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¿Te gustan los platos? ¡Ahora pueden ser tuyos! |
Un dato más antes de sentarnos a la mesa que merece ser destacado es el servicio. Como en nuestra anteriores visitas a Sushita , el asesoramiento, la atención y la rapidez fueron marcas de la casa. Acertaron cuando nos recomendaron comenzar con un pase de nigiris para luego ir escalando a otro tipo de platos, sabedores del músculo que poseen en este apartado. El de hamburguesa de Wagyu ya lo conocíamos y siempre pone el contrapunto carnívoro al sushi, el de pez limón acevichado o el de pez mantequilla con trufa también alcanzaron un notable que en cualquier otro restaurante sería el sobresaliente, pero aquí los de vierira con mantequilla y los exclusivos de Sushita Green de salmón con pepillo y atún al carbón son de otro mundo. Extraordinarios, adictivos, sublimes.
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El sushi, obviamente, sigue siendo el plato estrella. Los rolls están ricos, pero los nigiri no tienen parangón. |
Abiertos boca y apetito, y tras visitar uno de los platos que más nos gusta para compartir de la carta de Sushita, la pasta con huevo escalfado y trufa, nos adentramos en otros platos inéditos en otros establecimientos del grupo y que aquí han irrumpido con fuerza. Véanse -y devórense- las gyozas de churrasco, de textura agradable, sabor intenso y generosa cantidad (6 unidades) por ración, un trampantojo con aire cubano donde el habano está compuesto de vieira, txangurro y langostino y una combinación de foie y trufa hacen las veces de ceniza donde bañarlo.
En el capítulo del pato los rollitos siempre cumplen pero es el canelón el que por cantidad y precio más satisfará al comensal, teniendo en cuenta claro su alto componente picante. Las croquetas de carabineros son una delicia nada empalagosa ni pesada para el estómago y en el apartado de "rolls" el de salmón flambeado es un clásico aquí muy mimado y exquisito.
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Arriba, gyozas de churrasco. Abajo, canelón de pato. |
A nadie que haya leído antes en estas líneas sobre Sushita le van a sorprender los postres: si dejamos pendiente la atractiva novedad en forma de tarta de finísima tarta de manzana y con helado por encima fue debido a dos tartas marca de la casa irrenunciables en toda visita a Sushita, también al Green: la de zanahoria y la árabe. La primera por un balance perfecto entre crema y bizcocho, amén de sabor; la segunda porque sólo el sonido crujiente al hundir la milhoja y la posterior imagen de la crema rebosando por los laterales vaticinan una fiesta en el paladar que se confirma desde el primer bocado.
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La tarta de zanahoria es para dos personas... pero no querrás compartirla. |
Cada apellido de Sushita sabe mejor. El último, Green.
Más información en https://www.sushita.com/sushita-green/
Jesús Clemente Rubio