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Aquopolis 2023: más grande, fotografiable y familiar que nunca

 Latín y griego se funden en el nombre de Aquopolis para trasladarnos a una ciudad del agua que lleva décadas siendo el parque acuático de referencia en la región de Madrid. Ubicado en Villanueva de la Cañada, atrás dejó el Kamikaze que se podía ver a metros de distancia para colocar en su lugar seis coloridos tubos por los que deslizarse sobre una alfombra y una enorme rampa para flotadores. Son dos de los elementos que dan la bienvenida a los visitantes, si bien el abrazo viene después una vez uno completa el generoso itinerario para descubrir que hay atracciones y pasatiempos para grupos, amigos, parejas, familias e incluso para los que hacen la guerra por su cuenta. Y por primera vez, tomen nota el resto de parques acuáticos, temáticos y de atracciones, las fotografías que nos hacen las cámaras situadas en algunas de las atracciones y en las que JAMÁS saldremos con una cara decente, son gratuitas en formato digital. Aquopolis es un plan ineludible del verano ya sea madrileños, nacionales e incluso extranjeros.

El parque mantiene el ambiente hawaiano en todo el complejo.

Y así lo demuestran las charlas esperando nuestro turno -no hay demasiadas esperas en ninguna atracción salvo el Black Hole- con chicos de Jerez, chicas de Valladolid e ingleses que, estando por la capital, querían darse una tregua refrescándose durante todo el día. Porque Aquopolis es eso, un plan para pasar el día en el que la diversión acuática es una excusa pero donde, gracias a su política de permitir el paso de alimentos y bebidas, podemos encontrar a familias haciendo picnics, amigos reencontrándose y, además de contarse lo bien que lo están pasando en ésta o aquella atracción, poniendo al día al resto... y nos llamó la atención que muchos de ellos lo hacían a la sombra y con las comodidades de las zonas VIP.

Las VIP Area rematan nuestra jornada con sombras y comodidades.

 No en vano, desde 60 euros, puedes alquilar para todo el día una cabaña dotada de una pequeña caja fuerte, tumbonas, sillas y una mesa, ideales para esas necesarias pausas entre emoción y emoción. 

Un paraíso acuático para niños

Al margen de "la otra cara" del Aquopolis que, como véis, es igualmente plausible, hemos venido a hablar de emociones. El castillo infantil, con cubo, pasarelas y chorros por doquier, es perfecto para los que ya comienzan a chapotear sin llegar a controlar el arte de la natación. Si el niño está más preparado y tiene un mayor tiempo en este mundo, entonces su enclave es la Keiki Island. Un complejo que hace las veces de resumen de las "atracciones de mayores", pero en versión infantil. Colóquese el nombre "Mini" a los apellidos Zig Zag, Waikiki, Río Rápido, Pistas Blandas y Turbolance. 

Las áreas infantiles cubren todos los perfiles y edades.

Todas ellas se suceden aquí en un puñado de metros cuadrados rematados por una nueva zona de chorros más ambiciosa que la del castillo infantil y, contrastando, una zona para los más pequeños de la casa. En definitiva, dos espacios que engloban a todo tipo de niños... si bien los más atrevidos, junto a adolescentes y adultos, encontrarán la réplica a su gallardía en las citadas atracciones pero quitando el prefijo "Mini". Una docena de atracciones que nunca nos cansaremos de disfrutar.

Atracciones para adultos en Aquopolis

Al margen de la playa de olas, en las que los pequeños pueden acceder acompañados de adultos con chaleco, existen muchas otras atracciones de las que vamos a mencionar que los que superan 1,10 metros pueden montar acompañados de padres o mayores de edad. Para clarificar requisitos de acceso tenemos a nuestra disposición un pequeño flyer en la entrada con toda la información disponible, además de mapa y demás elementos del parque.

Kangaroa, Turbolance y Piscina de Olas son tres de las atracciones más visitadas.

Sin querer establecer una jerarquía ni favoritismos, sí hemos de mencionar por ser las primeras que nos encontramos a Kangaroa y Turbolance. En la primera se entrelazan hasta seis tubos por los que nos deslizamos sobre una alfombra en una carrera contra el mundo y los amigos, tómese la expresión de manera literal ya que, una vez llegues abajo, tendrás enfrente unos cronómetros que os dirán quien ha sido el más veloz. El truco está en cómo te lances al tubo en el arranque, recomendándote apoyar una rodilla y dar un pequeño salto para caer con todo sobre la alfombra. Más allá de los "piques" que tendréis con vuestros compañeros de tubo, es tremendamente divertido ir probando cada uno de ellos y disfrutar de la velocidad así como de la ambientación e iluminación que poseen en el interior.

Pegado encontramos uno de los que más nos ha gustado, porque con permiso del Boomerang -estructura con homónima forma en la que nos tiramos en flotador individual-, en Turbolance la experiencia puede ser compartida -flotador doble- y mucho más emocionante con un comienzo suave que luego se convierte en una espectacular bajada y un rebote que siempre nos cambiará de orientación (si caemos de espaldas, una vez volvamos a bajar lo haremos de frente, y viceversa). Traseros arriba y espalda para atrás para evitar darnos un culetazo indeseado, y ya veréis como Turbolance pasa a vuestro podio de atracciones del Aquopolis.

Un podio que, sin embargo, podría liderar otra de flotadores que, sin parecer tan extrema, es tremendamente divertida y adictiva. La Waikiki Jungle llevará tu barca-flotador de un lado a otro hasta llegar al final, más salvaje que el Río Rápido y más entretenida que Turbolance. Pistas blandas -nueva carrera contra el resto- y Black Hole constituyen las principales atracciones donde es nuestro cuerpo, y no un flotador, el que se desliza, coronadas por los Zig-Zag cuyos tubos rosa y amarillo se sitúan a una considerable altura esbozando un largo recorrido. En la zona playera, además de la piscina de olas -las olas salen a "las y media" y duran unos minutos- y otro vaso sin ellas, se erige el Splash para lanzarnos tobogán abajo sobre una tabla en la que la impresión viene por la constante sensación de que caeremos hacia adelante. 

La ciudad acuática más equipada del mundo regresa cargada de argumentos y entre todos ellos sería injusto olvidar la numerosa presencia de socorristas y personal del parque que transmiten una agradable sensación de atención, organización y seguridad a los usuarios. Pero aún nos queda una virtuosa novedad que pone el broche a un parque que, a estas alturas, ha justificado de sobra su visita.

Descarga gratis tus fotografías deslizándote y gritando en Aquopolis

Pulsera, QR y las fotos serán tuyas para siempre.

En la entrada varias personas te ofrecerán una pulsera con un código QR. Es gratuita, la pulsera y lo que conlleva, así que cógela. Porque cada vez que haya una atracción equipada con cámaras, o incluso en la clásica fotografía de bienvenida, el personal del parque escaneará tu código -pídelo antes de lanzarte por algunos de los toboganes- que después, cuando finalices tu jornada en el parque (también puedes hacerlo antes) puedes escanear con tu cámara para acceder a un enlace con todos tus vídeos y fotografías. Así de sencillo y práctico es obtener fotografías de esas impagables caras que afrontan las emociones acuáticas. Y lo mejor de todo, gratuitas y descargables en tu móvil. Para siempre.

Más información en https://villanueva.aquopolis.es/

Jesús Clemente Rubio