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Tropikal Luxury Buffet, sushi premium e ilimitado

 La proliferación de locales con buffet a la carta de sushi y otros platos asiáticos está siendo extraordinaria en los últimos años. Tanto que cada vez cuesta más diferenciarse. En Tropikal tenían claro que hay conceptos como 'luxury', 'premium' o 'alta cocina' que añaden atractivo a la propuesta...claro que luego hay que refrendar en mesa lo que reza sobre el papel. Dicho y hecho, recorremos las decenas de referencias incluidas en su carta para comprobar que, efectivamente, nigiris, tallarines y otros bocados están un escalón por encima de la media. Alta cocina ilimitada.

Con las debidas restricciones -4 platos por comensal en cada ronda y comanda-, sacudámonos primero el apartado "a mejorar": las gyozas. Son fritas, y están ricas, pero siempre lamentamos no encontrar una modalidad al vapor para tan adictivo plato, como sí pudimos degustar en el caso de los dim sum de secreto y los xiao long bao. El segundo palidecía al lado de la exquisitez que resultó ser el otro. 

Dim Sum, gyozas, baos... pero fueron esas bolitas de pollo taiwanesas la mayor sorpresa.

Y hablando de baos, el Guo Bao Taiwanés con pollo, verdura, salsa de anguila y mayonesa es igualmente delicioso y una opción que rara vez encontramos en restaurantes de propuesta similar. Nos quedamos en Taiwán porque las bolitas de pollo cocinadas en ese estilo se convirtieron en la gran sorpresa de los entrantes: un rebozado muy ligero, con un punto agridulce y otro picante y pollo muy sabroso. Una sorpresa que podía haber camuflado carne de peor calidad bajo el rebozado y, sin embargo, le cede todo el protagonismo. 

Las bondades apreciadas en los entrantes vaticinaban unos principales de categoría... y el sushi no defraudó. Ni mucho menos. Tropikal saca músculo en su oferta de nigiri con los de salmón flambeado, pez mantequilla con trufa y hamachi (pez limón). Este último todo un descubrimiento que apareció en el instante gastronómico para rescatar el "sabor a mar" que echamos en falta en el de anguila. También reseñables los makis, en nuestro caso los de salmón con queso philadelphia con piezas de generoso tamaño y genial textura en el arroz.

El sushi de Tropikal está exquisito.

Los platos calientes repiten la exitosa fórmula del resto de secciones de la carta: huir de tropecientos platos en favor de unos pocos bien seleccionados, elaborados y trabajados. Prueba de ello es el Yakisoba de ternera, delicioso, y el pato laqueado, servido con sus tortas, salsa, pato y guarnición que, de tratarse de plato y comanda única, pagaríamos un mínimo de 15 euros y nunca nos preguntaríamos por qué. Excelentes emplatado, cantidad y calidad.

Dos platos calientes probados, dos opciones espectaculares. Yakisoba y pato laqueado.

Por el camino nos dejamos multitud de referencias sin probar que, sin embargo, no creemos necesario para dictar un veredicto positivo del restaurante. No puede ser casualidad que de casi una veintena de platos sólo dos o tres no respondieran o superasen nuestras expectativas. 

Capítulo aparte son los postres, eterna asignatura pendiente de los establecimientos asiáticos con buffet a la carta y que aquí salva el coulant de chocolate con helado de vainilla... la excepción que confirma una regla seguida, por ejemplo, por la tarta de tres chocolates. Por eso nos quedamos con la clásica bomba de chocolate que esconde sustanciosa salsa en su interior y que os invitamos a probar para culminar una comida que os dejará más que satisfechos.

El coulant salva con honores el capítulo de postres.



Jesús Clemente Rubio