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Hard Rock Hotel: El 'brunch' más roquero se sirve en funda de guitarra

 

Y se remata a ritmo de la mejor música en directo. Hard Rock Hotel Madrid saca lengua y cuernos para reírse e imponerse al resto de los 'top brunch' madrileños y lo hace con un derroche de variedad y calidad en los fríos, una no menos plausible oferta de calientes y pequeños detalles que lo hacen aún más grande... como el relleno ilimitado de tu zumo natural de naranja. A pocos metros del Museo Reina Sofía encontramos una fusión de desayuno y almuerzo convertida en obra de arte.


El premio por ir el Día de Reyes fueron unas castizas porras con chocolate.

Una vez cruzas el umbral del Hard Rock Hotel Madrid, un aviso te prepara para lo que estás a punto de experimentar: "Madrid me mata". Ya sea a golpe del mejor riff, con un servicio hotelero que, como su nombre americano, hace las cosas a lo grande y con un servicio joven, dinámico y experto en su materia. Lo vimos con el mercadillo navideño que improvisaron en su jardín trasero durante las pasadas fiestas, y lo comprobamos en el broche final de la Navidad española, el Día de Reyes, con su clásico brunch rematado por un toque dulce patrio como roscón y churros. Pero no adelantemos acontecimientos y sí tomemos asiento en su amplio y moderno salón y pidamos. Brunch para dos.
Salmón, jamón, lomo, encurtidos, queso, panes, bollería... un brunch gigantesco.

Brunch para dos por 35 euros en Hard Rock Hotel Madrid

Por menos de 40 euros dos personas saldrán rodando y rockanroleando del hotel. Un nutrido surtido de jamón, lomo, queso, nueces, panes con tomate y aceite o bien con mantequilla y mermelada, bollería, yogurt con avena y macedonia de frutas inundarán tu mesa en el que es sólo uno de los pases del brunch. Cierto es que se trata del más espectacular porque es el único que, cuando llega a tu mesa, aún no imaginas de qué se trata: sólo tendrás ante ti una funda de guitarra y un empleado que, tras colocarla frente a tus narices, la abrirá para descubrir semejante repertorio gastronómico. Y así es como sus platos fríos te conquistarán... pero además es que podrás elegir un cóctel mimosa o un zumo y, si haces como nosotros y optas por el natural de naranja, podrás rellenarlo cuantas veces quieras. Amén del café o leche de rigor. 

¿Te parece mucho? Pues aún quedan los calientes...

Y por si la puesta en escena fuera poco, por si las numerosas referencias frías no resultasen suficientes y si la puesta en escena aún te ha dejado con ganas de más, te desvelamos la otra gran virtud de este 'brunch': que no impone un orden lineal para consumir los diferentes platos. Si eres como nosotros, que gustamos de dar cuenta de lo salado antes que de lo dulce, verás como tu elección caliente (bagels rellenos, arepas con ingredientes por encima, huevos benedictinos, fritos o revueltos...) aterriza casi al mismo tiempo que la funda de guitarra para así, con toda la gastronomía que incluyen esos 35 euros frente a ti, decidir por dónde empezar y cómo terminar. 

Los bagels y las arepas destacan por sus rellenos y acompañamientos.

Dejadnos remarcaros que en los calientes probamos las arepas y los bagels y en otro momento también los huevos... y no encontramos tara alguna. Pero puestos a recomendar, el pollo cajón rellenando los bagels y la reina patria sobre las arepas resultaron espectaculares. En los fríos no quedó nada, pues todo resultó delicioso, destacando el lomo y los croissant en la bollería. 9 euros adicionales nos separaban de un smoothie al que no pudimos resistirnos y, siendo el más simple -fresa y plátano-, lo disfrutamos igualmente. 


Huevos fritos, revueltos o benedictinos... tequeños. Hay muchas combinaciones.

En el apartado de postres, como indicábamos, en el Día de Reyes tuvimos un extra a elegir entre porras con chocolate o roscón pero, creednos, con la bollería anteriormente descrita (croissant y mininapolitanas de chocolate) quedaréis más que satisfechos. Para cuando llegamos a la faceta dulce, por cierto, y cuando ya calificábamos con un 10 en negrita a la experiencia, allí que un tipo arrimó banqueta y micrófono, se sentó en mitad del salón... y encadenó tema tras tema de extraordinaria ejecución y llamativas versiones. Sólo el brunch de Hard Rock Hotel Madrid podía despedirte abrochando la experiencia a través del sentido del oído.

¡Ah! Te preguntarás dónde queda la funda de guitarra... te toca pasarte por nuestras 'stories' de Instragram ;).


Más información en https://www.hardrockhotels.com/madrid/sessions-brunch-menu.aspx

Jesús Clemente Rubio