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Matilda: Los niños nos regalan el mejor musical

Son numerosas las ocasiones que, viendo películas o series de Hollywood en versión original, notamos la diferencia del talento infantil. No es que aquí escasee, es que allí es tan impactante que muchos parecen llevar décadas dedicándose a ello cuando apenas acaban de estrenar las dos velas en la tarta. He de reconocer que siempre he sentido cierta envidia de ello... hasta que he acudido al Nuevo Teatro Alcalá. Te guste o no la trama y película original, Matilda: El Musical supera al producto nativo en todo, cambiando la magia del cocinado cine por el emotivo instante teatral. Puesta en escena, añadidos a la trama, género musical y, sobre todo, ellos. Los niños. En un período en el que son ellos los que habitualmente reciben regalos, obsequian a toda la familia con una obra para el recuerdo y que merece ser disfrutada en cada número y minuto. 

Julieta Cruz. Es sólo uno de los nombres propios y mayúsculos que esconden a uno de los pequeños artistas que conforman el elenco. Y convencidos de que el resto de actrices harán lo propio, Julieta reúne todas las cualidades que hacen de Matilda: El Musical una de las obras del momento. Envidiable memoria para los textos, espléndida interpretación de los mismos, canto y baile, dulzura y ternura... es la Matilda que le faltó a la película en desparpajo -aquí el personaje tiene más carisma que el original- y mucho más completa que aquella. Y a través de ella exploramos al resto del reparto, con los niños dando una réplica extraordinaria igualmente en facetas como el baile y la interpretación y los adultos poniendo el contrapunto mayor y con más piedras en la mochila que los inocentes infantes.

Es éste trabajo, sin duda, del director David Serrano y el coreógrafo Toni Espinosa. El primero por saber organizar y dosificar todo este talento en una espiral creciente con momentos álgidos hasta el desenlace. El segundo por premiarnos con números musicales que llenan la tarima del caos, la alegría y la vitalidad de toda aula infantil. Jamás visteis un caos tan hermoso y artístico.

Metidos ya en cuestión de gustos, quizá habría cabido recortar algunos minutos pensando en los más pequeños, pero también es cierto que meter tijera supondría quitarle calidad al espectáculo porque no hay partes sobrantes ni forzosamente introducidas. El musical del momento, de las Navidades y para cuando éstas se marchen se llama Matilda, y su templo es el Nuevo Alcalá.

Más información en https://www.musicalmatilda.es/

Jesús Clemente Rubio