Uno de mis primeros musicales en Madrid fue el de La Bella y La Bestia. Descubrí entonces la magia del teatro, las emociones que sólo las tablas y el directo pueden trasladarte y, por supuesto, el talento vocal de los intérpretes españoles. Pero lo que vivimos el pasado fin de semana en el EDP Gran Vía sobrepasa todo recuerdo y expectativa por una encilla razón: amén de una trabajada escenografía, estamos ante uno de los elencos más bellos y bestias de cuantos han llevado al teatro familiar la clásica película de Disney. Tan seguros estamos de semejante afirmación que os desafiamos a acudir y refutarnos. Menudo despliegue de voces -TODAS LAS VOCES-, fuerza y pasión sobre el escenario. Y no sólo eso...
... sino que, retrocediendo unas líneas, destacar la fidelidad a la cinta de la Factoría de los Sueños. Hay una manía que comienza a ser algo molesta de reinterpretar todo o personalizarlo con presuntos toques modernos que no hacen sino traicionar la obra. Y aquí hablamos de una película que estuvo nominada al Óscar a la mejor Película no de animación, sino de todo género, el mayor premio de cada gala, vaya. Finalmente no se alzó con él, pero da cuenta de que guión, profundidad y arco de los personajes, por supuesto banda sonora, trama y mensaje eran exquisitos. Por eso siempre es un desafío ponerse en esos zapatos y llenarlos con soltura. Y La Barbarie Teatro Musical lo consigue con una fórmula sencilla pero, claro, que cuesta años bordar: el talento. El elenco actúa bien, muy bien de hecho pero es excelso en la interpretación... es más, quizá el único y minúsculo pero que pondríamos es que lo bueno no se toca y aquí añaden un puñado de piezas musicales que, luego nos lo explicamos, explotan las cualidades de cada uno de los personajes con más de un solo. Y qué solos. Pero no olvidemos que hablamos de adultos que se relamieron con cada nota pero niños que, quizá, ansiaban que llegase el siguiente pasaje conocido y melodía.
Temas inéditos en La Bella y La Bestia, el musical
Incluso hasta en ese pequeño "pero" encontramos también una de las mayores y más reseñables virtudes de la propuesta de La Barbarie: el dueto que la historia y Disney nos debía de los protagonistas. Porque el tema que contiene la cinta original -y que aquí también aparece, claro- en el que se desvela que comienzan a atraerse el uno por el otro es bueno, pero no es el dueto que nos debe una película que habla, al fin y al cabo, de amor y pasión. Sí lo hace la melodía que suena en este musical teatral cuando ambos se separan por la necesaria vuelta de Bella con su padre; el dolor de la separación, el regusto del enamoramiento y lo bonito que es echar de menos. Así que bienvenidos sean los añadidos que no trastocan ni faltan el respeto al original cuyo único cambio es que desaparecen los animales -Philippe, el caballo de Bella; los lobos que atacan primero a la dama y luego a Bestia- pero reemplazados con acierto y buen gusto.
El remate fue un teatro siempre embriagador como el EDP Gran Vía donde los aplausos resonaron con fuerza y replicando la obra con la aceptación que merece. Nos encantan Disney y La Bella y La Bestia pero ya no pedimos más; sí de La Barbarie Teatro Musical, a los que toca dejar en "Favoritos" y asomarse de vez en cuando para seguirles la pista.
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Jesús Clemente Rubio