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Arriquitown o las ferias de la nueva normalidad



Cual colibrí si le sujetas las alas, en Fever si se quedan de brazos cruzados explotan. Por eso en su constante afán de organizar eventos imperdibles con vueltas de tuerca aterrizan en el recinto ferial de Las Rozas para transformarlo en Arriquitown, una suerte de feria sin las clásicas atracciones pero con espacios para todos los públicos, amplios y al aire libre para que la pandemia no sea un problema y las actividades las únicas protagonistas. 

Por eso nada más entrar uno se encuentra con una explanada quizá algo desangelada en los primeros compases de la apertura (especialmente hoy sábado que hemos asistido y seguramente mañana domingo), pero que a medida que avanza la jornada va respirando ambiente y actividad por todos sus poros. Antes de las dos de la tarde, cuando todo se detiene hasta las cuatro, uno puede echar una pachanga de baloncesto o fútbol -este último en una jaula para el clásico 3x3 y similares- o bien dejar a los niños que disfruten de una completa gymkhana, de nuevo, en un gigantesco recinto para ello. En ella destacan la zona acuática, donde pueden deslizarse por superficies mojadas, y la de pinturas, donde personalizar sus chapas para luego llevárselas a casa.


Una 'pachanga' de fútbol o baloncesto siempre viene bien para comenzar el día.

Arriquitown, la ciudad de la gastronomía y la música


Si el visitante continúa caminando topará con la zona de música que, por la mañana, es un escenario de master class de zumba y actividades varias para comenzar la jornada sudando y tonificando. Descuida, a tus espaldas espera una larga y variada hilera de Food Trucks de calidad y precio medio -ya sabes, son Food Truck, olvida el low cost pero también la low quality-. Ya por la tarde será el turno de la música con Juan Magán como cabeza de cartel y un segundo escenario con flamenco (Feria de Abril), donde el día anterior lo fue de bandas tributo y homenaje al Rock y mañana lo será de pop alternativo.

No te preocupes por llenar el buche. Hay Food Trucks para dar y tomar.


En definitiva, una propuesta que se nos hace corta en el tiempo -son sólo tres días- pero que sirve como laboratorio de ensayo para futuras iniciativas de Fever que doten a un recinto de cualquier tipo de vida y alma como la que nos arrebató la pandemia durante año y medio.

Más información en https://arriquitown.es/

Jesús Clemente Rubio