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El Mensaje: ¿Venderías tus secretos por un millón de euros?

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La familia no siempre es sinónimo de alegría. Es más, en muchas ocasiones, en lugar del debido cobijo, se convierte en un trastorno en nuestras acomodadas vidas y un estorbo más que sumar a los que nos deja el día a día. No... ninguna familia es perfecta. Pero la conformada por Natalia Millán (madre), Inés Kerzán, Ángela Peirat (hijas) y Carlos Seguí (padre), bajo la atenta mirada de Ana Azorín (abogada) es tan neurótica como hiperbolesca, tan surrealista como sorprendentemente cercana, tan separada como unida. Es el retrato que quizá se dibujase si nuestras raíces se enfrentasen el día de mañana a una suculenta herencia, y lo que estaríamos dispuestos a dar por recibirla. El Mensaje es título, contenido, lectura y medio de una obra que, si sobresale, es por la calidad interpretativa.

Así que antes de entrar en detalles y sinopsis, nos vemos obligados a destacar lo en forma que está Natalia Millán. Y así lleva casi tres décadas, y así seguirá hasta que ella decida que ya basta de maravillar subida a una tarima o frente a una cámara. Sirva el monólogo inicial, con hasta tres estados emocionales diferentes, para reafirmar el talento patrio que tenemos en el mundo de la interpretación. Sirvan esos deliciosos minutos como manual para toda escuela que quiera mostrar a sus alumnos qué es el teatro, qué es el cine, qué es meterse en la piel de una mujer hastiada por una carrera que parece haber pasado a mejor vida, una pareja de la que no está precisamente enamorada y un ex al que detesta, pero que le llama a filas por un jugoso testamento. Pero César, el ex en cuestión y retorcido él, ha pensado en un curioso sistema para poder repartir un millón de euros a cada una de las herederas; exponer sus secretos mejor guardados.

El dilema surgirá en cada uno y se postula como sinopsis de la obra pero, para fortuna de muchos y quizá decepción de algún otro, la obra no gira en torno a él. Ni mucho menos. Es más bien la excusa para que el resto de actrices, cada una notable en su papel pero Ana Azorín sobresaliente y la nota de humor necesaria para no quedarnos en el drama, desarrollen un retrato de la clásica familia individualista con la madre que querría ver más a sus hijas, la clásica despegada que siempre creyó que la otra es la favorita y el padre que lo es porque puso la semilla, y poco más. 

Por eso has de acudir a la obra sin apoyarte demasiado en sinopsis y guión pero sabedor de que las actrices se bastan y sobran  para elevar las cotas y buenas sensaciones una vez finalice la hora y media que dura. No se trata de qué harías por un millón de euros... se trata de qué harías por tu familia. Y yo la llevaría a ver a Millán y compañía. 

Más información en la web del Teatro Lara. 

Y, si quieres otro enfoque, echa un vistazo a la reseña publicada por  otiuMLive, la rama lifestyle y familiar de otiuMMadrid. 

Jesús Clemente Rubio