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Guía La Palma III: Desde aparcar en Barajas hasta moverte, comer y dormir en la Isla Bonita

 Pese a las circunstancias, las restricciones, las trabas víricas y la pesadumbre generalizada, por fin llega nuestro merecido viaje. Eliges uno de los destinos más seguros del planeta, sin hipérbole y con absoluta certeza, como es La Palma. Por muy aventurero que seas, siempre es recomendable planificar cuatro aspectos de la logística que harán que tu escapada sea mucho más placentera y te centres en lo verdaderamente importante: disfrutar de la Isla Bonita. Parking Plus, El Duende de Fuego, La Gaviota Restaurante, Monta, CIT Insular TEDOTE La Palma y H10 Taburiente Playa fueron los actores secundarios de un viaje que, como las buenas películas, sin ellos no habría rozado la excelencia. Con ellos la supera.

Duerme al susurro de las olas en H10 Taburiente Playa

Llegas al aeropuerto. Tras casi tres horas de vuelo, y por muchas ganas que tienes de explorarlo todo, necesitas un respiro... pero claro, toca el trajín maletero y desplazamiento hasta el hotel. Menos mal que Monta Rent a Car, que te espera en la planta -2 sin las colas te otras compañías, al menos ése fue nuestro caso, en apenas unos minutos te ha entregado tu vehículo de alquiler para que te pongas en marcha. Y menos mal que a 5 minutos (exactos) del aeropuerto se erige el imponente H10 Taburiente Playa, con las garantías del nombre, con el atractivo del apellido. Rodeado por un paseo por el litoral de Los Cancajos digno de ser recorrido en tus amaneceres y atardeceres, el recinto hotelero dibuja también uno de los bordes de La Palma premiando a muchas de las habitaciones con el susurro de las olas como infinita nana para conciliar el sueño. 

Suite con vistas al mar. Dan ganas de pasar aquí tus vacaciones.

Reparador a no ser que colchón o almohada digan lo contrario, en cuyo caso no lo dudes; acude a recepción donde estarán encantados de ayudarte en ése y cualquier otro inconveniente que surja. Nosotros cometimos el error de dejar fruta encima de una de las mesas y cuando regresamos había diminutas hormigas en fila india repartiéndose el botín; en pocos minutos vinieron, aplicaron en la terraza un gel que, por lo visto, las atrae y en poco tiempo la habitación lucía como merecía... vaya si lo merecía.

Da igual el ángulo desde el que mires; la zona común principal del H10 es espectacular.

Tuvimos la fortuna de gozar de una suite con vistas al mar (de ahí el susurro del oleaje que os comentábamos) y, al margen de una notable reforma en cada rincón de la habitación y una luminosidad ensalzada por situación y paredes blancas, la comodidad y el almacenamiento son dignos de mención. Ni con ropa para un mes te faltaría un espacio garantizado por numerosos armarios empotrados ni mucho menos habitabilidad, tanto por el amplio salón, como por la generosa y coqueta terraza o el enorme baño. Sí hemos de avisarte de que un ligero ruido de motor se sentía más unas noches que otras pero, de igual forma, os recomendamos abrir ligeramente la ventana -siempre sin luces y con la cortina echada- para dejar que sea el mar el que se apodere de tus sentidos. Un verdadero placer dormir en el hotel, pero también pasear por él.

No hay nada mejor que abrir el día con desayuno y saludo al sol y al mar.

Porque hablamos de una moderna recepción que remata con un espectacular jardín vertical y balcón colonial que robarán una buena cantidad de megas a tus cámaras y móviles. Un gustazo atravesarlo cada mañana y noche para disfrutar de otro de los aspectos sobresalientes del H10 Taburiente Playa: el servicio de restauración. Con una comida que no podemos valorar debido al régimen elegido, sí os garantizamos que desayunos y, especialmente, cenas, destacan por sacrificar decenas y decenas de platos -que siempre nos da pena pensar que acaban en la basura- en favor de una selección que apenas llega a la decena pero que, salvo casos, rezuma calidad. Ya sabéis que buffet suele ser sinónimo de "pasable" o "cumplidor", pero no es el caso ni de los platos preparados ni tampoco de los que te elaboran al momento en el showcooking. 

Ricos y variados, los desayunos de H10 llenarán tu mesa y buche.

Cambios entre una noche y otra, máxima seguridad con la opción siempre disponible -salvo que el viento diga lo contrario- de comer en terraza y pinzas individuales para ponerle las cosas lo más difícil posible al COVID, que ve no sólo aquí sino en todas las zonas comunes del H10 Taburiente Playa un freno en seco a su propagación. Pero si el sabor de boca es bueno por los manjares del restaurante -no olvidéis las magdalenas tamaño muffin rellenas de chocolate- la matrícula sólo se alcanza gracias a un personal atento, ágil y extremadamente simpático para los tiempos que corren. Claro que la antipatía nunca está justificada y menos de cara al público, pero uno nunca esperaría semejante grado de amabilidad, sonrisas y buen hacer entre el personal del hotel dada la complicada situación. Como decimos, es ahí donde reside el principal valor del hotel.

Otros aspectos se os quedarán a medio gas pero, antes de culpar a H10, recordad el panorama en el que nos encontramos; el pequeño pero muy bien situado parque infantil, alzándose sobre el mar, no se puede disfrutar por restricciones sanitarias, al igual que la climatización de las piscinas. Una pena porque las tres disponibles, una de ellas para los más pequeños, pueden utilizarse pero salvo que el sol apriete con justicia ahuyentan un poco por la temperatura. Eso sí, ya se sabe, hasta que te acostumbras...;) ¡Ah! Y dos puntos más dignos de ser destacados: el aparcamiento, entre la explanada perteneciente al hotel y la que se ubica cruzando la estrecha carretera de enfrente, no tendrás problemas para estacionar el vehículo cerca del establecimiento; y la ubicación, no sólo por la cercanía al aeropuerto que te permitirá exprimir al máximo tus días de llegada y salida, sino por la comodidad para moverte hacia cualquier punto de la isla debido a la cercanía de Los Cancajos a una de las principales autopistas. 

Pese a las restricciones, nada te privará de unos agradables momentos familiares
en las piscinas de H10 Taburiente Playa.

Con todo, H10 Taburiente Playa se alza como uno de los puntos más recomendables para conformar tu base de operaciones y, además, uno de los más valientes; donde muchos eligieron cerrar, ellos permanecieron abiertos para dar servicio al turista, escaso o no. Más información en la web del hotel H10 Taburiente Playa.


Los duendes existen... y la comida sana y deliciosa, también

Materia prima de primera calidad, de kilómetro cero, sostenible, deliciosa, intensa... Es la principal herramienta de Pedro Hernández, reputado chef de El Duende del Fuego -aunque él lo negará eternamente- cuyo conocimiento bebe de una larga e internacional carrera que le permitió descubrir que no hace falta inventar nada para disparar los sabores entre fogones; basta con asomarse al Renacimiento. Seguro que a partir de ahora veréis que muchos reputados y televisivos chefs se apuntan a la moda y también intentarán apuntarse el tanto, pero no olvidéis de quién partió.

El osobuco se desprende del hueso soplando. 

Al tratamiento más puro de muchos alimentos y darles la necesaria actualización y vuelta de tuerca hasta llegar a una carta en la que todo sabe al título: el tomate a extraordinario tomate, el queso a adictivo queso, el pan, ¡menudo pan! a crujiente y sabroso pan. Y con esa premisa, y una preparación que garantiza la frescura de cada ingrediente, sorprenderte tan pronto con un bonito como con un arroz rojo o un osobuco que te obligarán a volver a los Llanos de Aridane, donde se encuentra El Duende del Fuego.

Bonito y arroz rojo con... Ná, Mejor os dejamos que os cuente sus secretos el propio Pedro.

 ¡Hasta los más simples embutidos e incluso bolas de helado adquieren aquí otra dimensión con sabores como el fruto del drago y otros más tropicales y exóticos! Hasta la manida, bien tratada en Madrid y siempre merecidamente valorada tortilla de patatas aquí se aleja de las conocidas apostando por finura en grosor y textura y resultando igualmente deliciosa. Si no te convencen los múltiples reconocimientos y premios que cuelgan de sus paredes, ni tampoco estas palabras, que lo haga Pedro y su exquisito trato de los alimentos. Una de las dos visitas culinarias obligadas en tu estancia en La Palma.

Más información en https://www.elduendedelfuego.com/

Surtido de helados. Nos gustaron todos pero el de drago se cuela en los favoritos.


La Gaviota que no has de perderte en La Fajana

Con un mirador que baila con las piscinas naturales y que, cosas de nuestra querida isla y amado planeta, premia al visitante con amaneceres y atardeceres en determinadas épocas del año, La Gaviota Restaurante tiene ya marca en nuestro mapa por la privilegiada ubicación. Pero si le añadimos la experiencia y conocimiento de Willy, pescador profesional y chef, y Guely asesorando más que sirviendo en las mesas (Willy y Guely, sí, parecen dos manecillas de un reloj por los nombres y la verdad que va como anillo al dedo por su sincronización y entendimiento) y rematamos con producto fresco y selecto, obtenemos uno de los mejores restaurantes de ésta y el resto de islas. 


La oferta de entrantes es variada, sabrosa y merece exploración dedicada.

En La Gaviota la oferta es reducida, casi al día, y los precios navegan en la media hasta que descubrimos el tamaño de sus raciones, donde decaen gracias a la ratio calidad-precio. Eso si su sabor sólo fuera resultón. Pero estamos ante un queso de cabra a la plancha, una ensaladilla rusa con cebolla -¡cuánto la echamos de menos en otras ensaladillas!- y lapas -parecido, perdón, MEJOR que las vieiras- que no habéis degustado nunca. Y que querréis volver a hacerlo siempre.

Vaya con la cabrilla frita. ¡Qué descubrimiento, cuánta añoranza!

Aprovechamos la mención a los entrantes para invitaros a dos visitas a La Gaviota; una para explorar todos los entrantes, a modo de tapeo y con raciones medias por bandera; la otra para adentraros en los espectaculares principales. Los nuestros fueron Medregal, de aspecto carnoso y contundente pero rebosante de jugo, y Cabrilla, una suerte de mero que pedía engullir hasta las espinas. Siendo maestros del pescado es difícil imaginar que tendrían una réplica a la altura en los postres, ellos mismos son conscientes. 

El medregal sorprende por su jugosidad. 

Por eso recurren a una repostera profesional para elaborar postres caseros y típicos de la tierra como el Príncipe Alberto y el Bienmesabe. El primero a base de chocolate, el segundo un mazapán hecho mousse, por explicarte ambos de manera rápida e intuitiva. Jamás una cita, como la que pinta una de las paredes de La Gaviota y perteneciente a Kate Chopin, tuvo más sentido: "la voz del mar le habla al alma". Y su comida a tus sentidos.

Más información en https://lagaviotarestaurante.com/

Siempre quisimos dormir en un faro

Una breve mención al Centro de Iniciativas Turísticas Insular Tedote La Palma que tuvimos ocasión de conocer a través de su oficina de atención en Los Cancajos. Allí nos atendieron, en diversos horarios, dos personas, dos profesionales, que supieron indicarnos en un breve e intenso resumen por el mapa todos los puntos de interés para el turista, para los locales y para cuanto ser viviente existe en el planeta. 

La piscina infinito se confunde con el océano en las zonas comunes de la Casa Rural Faro
Punta Cumplida.

Y lo hacían, como decimos, ayudados de un mapa que cuesta un euro y que bien podrían vender a 5 euros, pues hablamos de un completísimo plano con descripciones, carreteras, playas, itinerarios recomendados en coche, rutas de senderismo y cuantos detalles podáis imaginar y todo ello dispuesto de una manera muy intuitiva. Aunque fue a través del Patronato de Turismo (Visit La Palma) por quienes supimos del Faro Punta Cumplida, ahora reconvertido en hotel por una empresa alemana que se dedica, precisamente, a hacer de entrañables y estrechos lugares como éste un lujoso alojamiento donde acumular imborrables experiencias. El Hotel Faro Punta Cumplida (mejor dicho, Casa Rural Punta Cumplida pero visto lo visto nos sale el otro concepto) se ubica al nordeste de la isla rodeado de extensos cultivos de plataneras y, como su nombre indica, integrando en un faro un alojamiento de tan sólo tres habitaciones y una media de 300 euros la noche. Se pagan y bien pagadas, a tenor de las fotografías (la de portada del presente artículo es la estampa que encuentran los huéspedes al ascender al faro, algo que pueden hacer las 24 horas del día) y el servicio, espectacular por la ubicación y factura de sus habitaciones e instalaciones comunes como la piscina infinito. Sin probarlo y saber verdaderamente la calidad del descanso, sí podemos imaginar charlas en la mesa de la zona común presidida por el faro y las estrellas como uno de esos momentos imperdibles para el ser humano.

Si la estampa diurna embelesa, imagina la nocturna.

Más información en las webs de CIT Insular TEDOTE La Palma y la reseña de Visit La Palma sobre la Casa Rural Faro Punta Cumplida.


Parking Plus, tu aparcamiento en Barajas

Ingresas en la web, dejas tus datos personales así como los de tu vehículo, pagas 40 euros por que cuiden de tu coche los próximos 6 días (ése fue el precio de nuestra reserva que, seguro, varía en función de múltiples factores... pero sirva de precedente. De hecho ahora hay oferta de tres días por 24,90 euros) y te despreocupas. No hay nada mejor como ir en tu propio vehículo y a tu ritmo al aeropuerto para iniciar un viaje y, lo más importante, terminarlo regresando al hogar en ese mismo coche. Basta con telefonear 20 minutos antes de llegar a la terminal de salida al teléfono facilitado en la reserva y seguir las instrucciones de dónde encontrarte con el conductor de parking plus. Una vez llegues, y tras la revisión de rigor para apuntar los defectos estéticos que ya tiene tu vehículo, dejarás las llaves y te despreocuparás hasta el día de la recogida.

Y queremos incidir en la despreocupación; sabedores de que el vehículo dormía en parking vigilado, y sin tener que desplazarnos a ningún punto aledaño del aeropuerto sino a la propia puerta de la terminal, sólo restó viajar y disfrutar hasta el día en que regresamos. Nada más poner un pie en Barajas telefoneamos para avisar de nuestro aterrizaje y, para cuando salimos, el coche ya esperaba desinfectado por dentro y con el conductor fuera para darnos las llaves y desear que hayamos tenido un buen viaje. Sin más dilación ni espera, sin mayor problema. Son muchas las opciones de aparcamientos similares en Barajas, pero nosotros hemos probado Parking Plus y, ante el buen resultado, repetiremos. Tenéis más información en www.parkingplus.es 


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Jesús Clemente Rubio