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Restaurante Hutong: Te picará la curiosidad

Viajamos a China, a la región de Sichuan, donde los aromas y sabores son tremendamente intensos gracias, en parte, a la generosa presencia de picante en sus platos. Pero no nos quedamos ahí; Hutong quiere que todos, amantes y no de tan desafiante gastronomía, queden encantados tras su visita y prueba de ello es que disponen unos de los mejores Dim Sum que hemos probado hasta la fecha y un pato cuyo sabor pasarán años y nuestro paladar no olvidará. En un local minimalista y sin muchas pretensiones ornamentales, la importancia está en la mesa y la carta y, créenos, si no te pica la comida lo hará la curiosidad por recorrerla toda. Bienvenidos a Sichuan.

De las mejores gyozas que hemos probado y, sin duda, medalla
de oro para los Xialongbao.
Abrimos la carta y se nos van los ojos a los Dim Sum, aunque con reservas; hemos probado tantos y tan pocas veces hemos acertado que, movidos por ello, preguntamos: queremos una masa no demasiado fina que apenas se note pero tampoco el grosor artificial por el que optan la mayoría. Es más, si aquí exigimos ese detalle, en los Xialong Bao (esas bolas al vapor que Goku devora junto al arroz) nos conformamos con pedirlo y esperar respuesta porque, acostumbran, suele ser un pedazo tosco de pasta que envuelve gamas, verdura o carne sin más. 



Pad Thai, un clásico que aquí también es de comanda obligada.
Qué poco nos gusta pero qué bueno es acudir, en ocasiones, con las expectativas tan bajas y las exigencias tan altas porque, cuando el sitio lo vale, todo superará con nota lo esperado. Es nuestra obligación deciros que, dentro de los Dim Sum, las gyozas de pato y su mezcla e intensidad de sabores nos retrotrajo a las maravillosas sopas que degustamos en un asiático de Toronto que aún no hemos olvidado, mientras que los Xialong Bao, diremos como a nosotros nos dijeron, hay que esperar para que, una vez se enfríe un poco, devorarlo de un bocado de manera que el jugo que contiene caiga siempre en tu boca, nunca en el plato. Delicioso es quedarse insultantemente corto.

Sí, hemos venido a una de las referencias madrileñas en cocina asiática picante y no amamos este tipo de cocinado pero nos atrevimos con un clásico de la carta: el pollo Ban-Ban, marinado con salsa picante, sésamo y cacahuete. ¡Y vaya si está marinado! Trozos de carne de estética tan seca como engañosa resulta en un pollo rebosante de sabor tras horas bañado en la estupenda salsa que lo acompaña. 
El pato crocante con 5 especias es, o debería ser, la estrella de la carta de Hutong.
Ya en las carnes que toleramos, preferimos aparcar el pato pekinés -aunque nos duela, porque lo amamos- y optar por el crocante con 5 especies. La suerte de salsa a la naranja -aunque posee muchos más matices- que lo acompaña bien haría valer cualquier plato pero, combinado con la superficie crujiente del pato, la cantidad y la presentación, resultan en uno de nuestros favoritos. 

El secreto ibérico se caracteriza por un rebozado nada pesado y una
salsa que recuerda a la del pato crocante, servida en mesa.
Sin olvidar un secreto ibérico que, con diríamos idéntica salsa, sabe mantener el tipo ante semejante y mencionado manjar. En el terreno de la pasta los tallarines son buenos pero los Pad Thai los superan ampliamente, no sólo por la ternera con la que están salteados sino por, nuevamente, una fusión de sabores que se van de fiesta en tu paladar. 

El tiramisú con té verde cede protagonismo a la superficie de chocolate
manteniendo el aroma y matiz del café.
Para el postre, aunque las raciones son generosas (también en los menús de 12 y 15 euros), decidimos arriesgarnos y tratar de redondear la cita gastronómica con un tiramisú de té verde y un fondant con helado de vainilla. Y la decisión fue tan acertada como cada bocado que elegimos y pudimos degustar en Hutong pero, si vas algún día con prisa, con poca hambre o, simplemente, pasabas por allí y no sabes cuándo volverás, recuerda y apunta: Gyozas de pato, Xialong Bao y pato crocante. De nada.

Más información en http://www.hutong.es/

Jesús Clemente Rubio