Hay muchos circos a lo largo del año y repartidos por todo el territorio nacional. Pero hay uno que es referencia para todos ellos y cita ineludible para los habitantes y visitantes de la capital en época navideña: el del Circo Price. Tras asistir los últimos años, os garantizamos que el de 2018 es igual de audaz e intrépido e ilusionante que los anteriores pero se sube a lo más alto del podio en diversión y comicidad. Porque Navidad es espíritu, solidaridad, magia pero también alegría. Si la posees, date un baño en Circo Price. Si la perdiste, recupérala de la forma más hermosa.
Cometa y Tristán (de triste). Dos personajes que merecen tebeos, series de TV, libros y películas.
Porque convierten su labor de maestros de ceremonias o transiciones entre actos en protagonista, deseas que empiece cada número (como siempre, variados y dignos del aplauso con el que siempre cerraron) pero también de que termine para ver qué nos tienen preparados la pequeña, hiperemocionada y ultraoptimista Cometa y el apesadumbrado y derrotista Tristán. Os daríamos un momento favorito, eoro todos lo son, aunque la invocación y posterior posesión de Tristán dedencajó la mandíbula del auditorio. Sobre los números, circenses, modernos y arriesgados pero sobre todo variados y aprovechando a la perfección cada palmo de tarima y escenario, situando el foco de atención en casi cada rincón del teatro a lo largo de toda la obra.
Porque convierten su labor de maestros de ceremonias o transiciones entre actos en protagonista, deseas que empiece cada número (como siempre, variados y dignos del aplauso con el que siempre cerraron) pero también de que termine para ver qué nos tienen preparados la pequeña, hiperemocionada y ultraoptimista Cometa y el apesadumbrado y derrotista Tristán. Os daríamos un momento favorito, eoro todos lo son, aunque la invocación y posterior posesión de Tristán dedencajó la mandíbula del auditorio. Sobre los números, circenses, modernos y arriesgados pero sobre todo variados y aprovechando a la perfección cada palmo de tarima y escenario, situando el foco de atención en casi cada rincón del teatro a lo largo de toda la obra.
El resultado niños que quieren más y más, que ríen y sonríen buscando en sus padres la aprobación de que sí, de que lo que están viendo te parece a ti igualmente gracioso y entretenido. En definitiva, alegría, que por Navidad se comparte aún más si cabe y con los más importantes: la familia.
Jesús Clemente Rubio