La historia del circo es la historia de nuestras vidas, de nuestros corazones. Nómadas y eternos incorformistas, en busca siempre del "más difícil todavía", las forzadas lecciones de aprender a levantarse tras caer una, y otra, y otra vez... y lo que quizá más rabia dé: no importa cuantas veces ensayemos y aprendamos la teoría que, un minuto y un desliz pueden costar años de trabajo. Por eso la batuta y voz de Emilio Aragón nos invitan este año a la mejor edición de circo navideño de cuantas hemos estado. Porque Circlassica no es un espectáculo ajeno, ni mucho menos... Circlassica somos todos y cada uno de nosotros.
Cientos de niños de todas las edades y, de repente, un silencio, un fuerte latido en el pecho y el júbilo final al comprobar que el artista circense consigue completar con éxito su número. Los que tenemos hijos sabemos cuán difícil es mantener la atención de un niño toda vez que la calma para disfrutar del objeto de dicha atención, y Circlassica lo consigue con cada número. Todos ellos magistrales, y casi todos con errores en la ejecución que nos gustaron aún más... porque cabreaban al artista que, dolorido por la caída o bien por el desliz con los malabares, repetía para conseguirlo y redoblar aplauso. ¡Qué bello es el circo que el fallo y posterior arreglo gusta al graderío aún más que la ejecución impecable! Porque igual que nuestras vidas y nosotros mismos no somos perfectos, el circo tampoco. Pero sus imperfecciones gustan, conquistan, enseñan que detrás de un puñado de minutos hay horas, meses, años de práctica y que no por ello hay que tirar la toalla.
Desde el primer minuto con un romántico e incluso sensual número de bailarines hasta los trapecistas, pasando por el merecido guiño femenino hasta los forzudos... Emilio Aragón conduce el circo del siglo XXI conservando toda la tradición y añadiendo siempre un plus y valor añadido, ya sea en el propio número o en el hilo argumental. Sonreiréis al ver el gesto sorprendido de vuestros hijos ante las proezas de los artistas... pero seguramente son ellos los que más reirán al contemplar el gesto del adulto embobado, que vuelve a ser niño, que se encuentra a sí mismo en un circo con una puesta en escena variada, imponente, colorida, nostálgica y con números que rozan o superan el sobresaliente en cada una de las disciplinas.
La mejor manera de comenzar estas Navidades se llama Circlassica, un homenaje al circo moderno justo cuando cumple 250 años. Ojalá y sea eterno.
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-¿Dónde? Carpa IFEMA. Avenida de Partenón, 5. www.circlassica.es
-¿Cuándo? Agotadas todas las funciones hasta el 2 de diciembre. ¡Date prisa en reservar, tienes hasta el 27 de enero!
-¿Cuánto? Desde 18 euros.
Jesús Clemente Rubio