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Sueño de una Noche de Verano: Shakespeare sonríe orgulloso


sueño-noche-verano-teatro-opinionesDe vez en cuando, alejadas de todo ruido mediático y el engañoso mundo del marketing y centrándose en el reto que supone, como es el caso, una obra de Shakespeare, surgen joyas que comienzan a cobrar nombre y prestigio a base de aplausos y vítores del público. Es lo que suponemos, y esperamos, que esté ocurriendo en las funciones de "Sueño de una Noche de Verano". Un mundo onírico en el que nos sumergimos durante hora y media para salir con una cosa en común, la grandeza de la obra, y una opinión incapaces de consensuar: un actor favorito. Esto sólo ocurre en dos ocasiones; cuando nadie merece la pena, o cuando todos, TODOS ofrecen la mejor versión de sus personajes, haciendo al espectador incapaz de imaginar otro actor mejor para ese papel. El Teatro Príncipe Gran Vía está de enhorabuena; a nuestro parecer posee durante un tiempo limitado -ojalá y que fueran muchos años- uno de los "tapados" de la temporada teatral, merecedor de registrar llenos función tras función y con un elenco espléndido. El verano casi ha terminado... qué mejor que soñarlo una última vez.

Los celos de Oberón y las travesuras de Pugg darán pie
a un sinfín de malentendidos.
Por si no lo sabíais, estamos ante una obra con un 70% de carácter musical. Nosotros lo desconocíamos, esperábamos sumergirnos en los textos cómicos de Shakespeare en un ambiente expectante y sereno y nos topamos con un festival mayúsculo en el que la música es la excusa para que cada actor se luzca incluso cambiando de registros durante la obra y, como adelantábamos, haciendo imposible imaginar otra persona encarnando éste o aquel papel. Antes de continuar, y sin tampoco valorar los mágicos y divertidos momentos que nos regalaron todos y cada uno de los actores, repasar el jaleo de sinopsis que nos suele dejar Shakespeare en su sobras: en la noche de San Juan, la mágica noche de San Juan, se entrecruzan las historias de unos actores desesperados por encontrar a alguien que complete el reparto de su obra, para al menos poder ensayarla; dos parejas de las que uno gusta de la novia del otro y éste está locamente enamorado pero ella es insoportable etc. etc; y el mundo más onírico, el otro lado de las cosas, donde rey Oberón y reina Titania se enfrentan acompañados de duendes y ninfas a propósito de una posible infidelidad. Con todo, se va tejiendo una historia de las que, a diferencia de otras obras y películas de serie B, no deseas que se esclarezca hasta bien avanzada, pues los caminos se cruzan con soltura y creatividad propias del genio británico. 


La dirección respeta y adapta los enredos del corazón sólo
para mejorarlos. Impecables.
Quizá no sea justo profundizar en los cambios de rumbo de la obra y las licencias de la dirección de Carla Calabrese y Sebastián Prada, pero sí es menester mencionar con nombre y apellidos los responsables de que quisiéramos hacer de esa hora y media de ensueño toda una vida; Ignasi Vidal, Andrés Bagg, Mela Lenoir, Naim Thomas, Sergio Reques, Lorena FIdalgo, Mariola Peña, Cayetano Fernández, Edgar López, Pedro Moreno, Luciano Vittori, Florencia Anca, Luisina Quarleri... GRACIAS. Gracias de verdad no por devolvernos la fe y firme defensa del incalculable valor de las tablas, sino por brindarnos una de las mejores obras de la temporada. Desde la poderosa voz de Ignasi Vidal, a quien la fortuna nos permitió descubrir y disfrutar en el mejor Judas de Jesucristo Superstar, hasta un Naim Thomas que seguramente consagró hace tiempo dotes interpretativas y de canto pero es ahora cuando lo hemos confirmado por nosotros mismos. Pasando por el travieso y excepcional duende Pugg de Andrés Bagg o la portentosa voz y puesta en escena de Mela Lenoir como Titania. Y así podríamos seguir una y mil reseñas pues reiteramos, insistimos y que todos lo oigan: SUBLIME la interpretación de cada uno, con una dosificación y reparto del protagonismo difícil de alcanzar si uno se lo propone, aportando lo justo para que, en caso de ausencia, la
 obra se resintiese, en caso de aparición, gane enteros hasta el sobresaliente que cuaja.

Recordad que a veces nos empeñamos cambiar una realidad que quizá no era tan mala, es más, casi la que cabría soñar, por lo que es mejor saber corregir a tiempo y dejarlo todo como estaba... o no ;). Descubridlo en el Teatro Príncipe Gran Vía.

otiuMMenester
- ¿Dónde? Teatro Príncipe Gran Vía. Calle de las Tres Cruces, 8. https://www.grupomarquina.es/teatros/teatro-principe-gran-via
- ¿Cuándo? De martes a viernes a las 20 horas, sábados a las 18:30 y a las 21 horas y domingos a las 19:30 horas.
- ¿Cuánto? Desde 12,50 euros en entradas.com

Jesús Clemente Rubio