Oportunidad de oro para que ambos equipos dieran el primer golpe de autoridad en la Liga pero ni Atlético en su mejor versión ni Real Madrid luchando por el notable lograron encaramarse al liderato victoria mediante. Ambos se quejaron del arbitraje -ciertamente, fue bastante discutible-, ambos lamentaron perder dos puntos en lugar de llevarse uno, ambos dominaron: el Madrid el juego, el Atlético el no juego. Choque de estilos dentro de una ciudad que deja una sola lectura positiva: será una Liga larga y competida, muy competida.
El Madrid tuvo hasta tres destellos de sendas jugadas con triangulación de Modric, un Carvajal espléndido en todas las facetas del juego y con siete pulmones más que el resto y el rematador que no llegaba o que, si lo hacía, disparaba sin peligro. Benzemá no era mero testigo, sino que desplegó su mejor juego sin balón para arrastrar defensas como en la jugada en la que Asensio se quedó en mano a mano con Oblak que detuvo el guardameta. Él, junto a Courtois, fueron los que más brillaron despejando las escasas acciones claras, lo cual más allá de hablar bien de sendos porteros deja en muy mal lugar al resto de los bloques local y visitante.
Hubo momentos aburridos pese a esa tensión constante que siempre acompaña al principal derbi madrileño, especialmente en los últimos años en los que el Atlético siempre arranca algún punto del Bernabéu. Así pasaron los minutos y el cansancio, salvo -insistimos- en un Carvajal incombustible, empezó a acusarse en Nacho -no tan acostumbrado a la faceta de carrilero de Marcelo, pero genial en su labor como lateral- y Asensio, cuyo robo de balón al último defensa no derivó en un mano a mano debido a que le faltó frescura a su arranque.
Terminar con otra de las carencias, quizá la más preocupante para el Real Madrid: el matador, el que esté ahí para empujarla, el delantero que huela la sangre. Hasta en cuatro ocasiones se paseó el balón por el punto de penalti del Atlético tras alcanzar uno de los interiores o laterales la línea de fondo y servir en bandeja. Nunca hubo nadie donde un 9 ha de estar siempre. Ni Vinicius saliendo en el 86 pudo aparecer, pese a su voluntad y rapidez eso sí algo falta aún de rodaje y potencia, ni Mariano que esta vez no pisó el campo. La nota positiva es Dani Ceballos, presente y ya futuro del Real Madrid, un chaval que ha llenado las redes sociales de menciones a Zidane preguntándose qué vio el francés para no alinear a semejante joya. Lo malo es que ahí le sobra a Lopetegui.
Jesús Clemente Rubio