No invitaba el partido en el Santiago Bernabéu para alardes pero si para reivindicaciones de unos e imagen para otros. Me explico. Estaba cantada la alineación del equipo de Zidane , tan cantada que solo daba para adivinar en que posición jugarían cada uno. La defensa era lo más indescifrable por la baja de Nacho y el descanso que otorgaría el técnico francés tanto a Varane como a Sergio Ramos. En los prolegómenos, algunos compañeros de los medios apostábamos por la entrada de Tejero junto a Vallejo y otros apuntaban a retrasar a Casemiro de posición y colocarlo junto al maño en el eje de la defensa.
Así fue, el mediocentro brasileño comenzaba en la defensa junto
a Vallejo, con Achraf y Theo Hernández en los laterales. El centro del campo
quedaba más claro con incursión de Kovacic, Llorente y Ceballos. El ataque era
para Gareth Bale, Karim Benzema y Borja Mayoral. Por parte del equipo pepinero, fue sorprendente la suplencia
de Beaveau y la entrada en el once de Miguel Ángel Guerrero, y no porque el de
Borox fuera titular como en los últimos encuentros, sino por el mero hecho de
que, cuando en la punta de lanza Garitano puso a Beaveau , Amrabat y El Zhar,
el Leganés ha demostrado tener un ataque eléctrico, algo que habría provocado más dificultades al equipo de Zidane. Un encuentro en el Santiago Bernabéu siempre tiene su aquel.
Un partido en el coliseo blanco tiene muchas lecturas. Vamos con ellas.
La
primera lectura, conclusión o como lo queramos llamar, es que el Real Madrid sale con un equipo con muchas cosas por demostrar y
que no hace más que dar señales de que se compite con 12 jugadores, a lo sumo
13, entre toda la plantilla. Todo empezó como solía hacerse en la temporada pasada , hablando
del Real Madrid. Poco fútbol pero mucho punch. La denominada
segunda línea blanca, quería demostrar con más corazón que cabeza que el
partido iba a ir por la vía rápida. Primero fue Bale, con un remate poco
glamuroso pero a la vez efectivo, quien adelantó al Real Madrid al poco del
arranque del encuentro. El galés partía de posición correcta. Apretó el CD Leganés que, con un remate de Amrabat, con la puntera, sin carrerilla, y sin
apenas espacio para poder armar la pierna, lanzó al larguero, en lo que fue la
única ocasión clara del equipo pepinero.
Poco a poco, el Real Madrid se iba acercando a la meta
defendida por Cuellar. Antes de retirarse los jugadores a vestuarios, en el
último minuto, un balón colgado desde la izquierda acabó en los pies de Borja
Mayoral quien solo, en el segundo palo, empujó el balón hacia las mallas del
Lega. Pidió fuera de juego toda la defensa del Leganés, hasta el linier tuvo
sus dudas levantando el banderín y dando por supuesta la invalidez de la acción. Fuera de juego corregido por
el árbitro de la contienda, Iglesias Villanueva, quién apuntó y acertó,
señalando a su compañero de banda, que el balón venía precedido de un despeje
de Bustinza y dejando el fuera de juego totalmente anulado. Buen acierto del
colegiado.
La segunda parte continúo por los mismos derroteros pero con
un apunte a destacar. El Real Madrid se volvió a dormir y el peso del partido
lo llevó desde el 45 al 90 el equipo del sur de Madrid, marcando un gol y
apretando a los de Zidane, que una semana más, volvió a dejarse ir en la segunda
parte. Lo peor de la siesta del Madrid es que, con la Juventus, dicha siesta
estuvo a punto de convertirse en pesadilla y con el Bayern puede convertirse en
tragedia.
No dio para más el partido, que acabó con protestas de los
jugadores del Lega protestando al árbitro una más que posible jugada de
peligro, que Iglesias Villanueva no tuvo a bien dejarla seguir, pitando y
señalando el túnel de vestuarios para los 22 protagonistas y con la expulsión del capitán Pires por protestar esa última jugada.
Penúltima jornada en el Santiago Bernabéu que deja a las
claras que el Real Madrid necesita un lateral derecho para que pueda competir
con Carvajal, le quedan muchos partidos a Vallejo para poder entrar más al once
de Zidane, Theo está demasiado verde para ser el dueño de la banda izquierda
futura del Madrid, deja muy tocado a Ceballos y puede ser que haya sido uno de
los últimos partidos de Benzema y Gareth Bale como jugadores del equipo
merengue. En cambio, el Leganés dejó constancia de su buen hacer durante toda
la temporada, de ser un equipo rocoso y que le gusta jugar al fútbol y
sobretodo, que no se esconde sea quien sea el rival que tenga en frente. ¡¡Viva el fútbol madrileño!!
Tony Zambrano