Si alguna vez un azulón y un pepinero soñaron con su equipo, este es el año, ésta es la temporada, ésta es la fiesta de los modestos. Los que modestamente llegaron a Primera e incluso los que modestamente perdieron y recuperaron la categoría que les corresponde. Por separado están resultando la clásica mosca molesta en la oreja de hasta los más grandes. Juntos nos dejaron un derbi histórico y repleto de calidad y emoción en la ida. Veremos la vuelta. Bienvenidos al show de la doble eme, y no es otiuMMadrid, sino los modestos de Madrid.
La mañana del Domingo comenzó con una resca "posjuerga" que tuvo el equipo de Garitano el pasado Miércoles en el Paseo de la Castellana. Había temor en las gradas de Butarque por el comportamiento que podría tener el cuadro pepinero tras la epica victoria en el Santiago Bernabéu. Nada mas lejos de la realidad, nada más cerca de la ciencia ficción, el Leganés salió al césped de Butarque con tan solo tres jugadores que hicieron historia en el estadio de Chamartín.
Corría el minuto 10, cuando un defensa perico desvió con la pierna un disparo de Zaldúa, poniendo el 1-0 en Butarque. El Leganés se estabilizó a pesar de que Bustinza tuvo que sacar bajo palos una gran ocasión perica. En los primeros minutos de la segunda parte, Marc Navarro, el mejor jugador del Espanyol, empató y puso el miedo en el cuerpo al equipo pepinero. Pasado el ecuador de la segunda parte, Guerrero, con un cabezazo tras un pase magistral de Raúl García, puso el 2-1 en el marcador. La entrada de Amrabat le dio otro aire al equipo local, que tras otro gol en propia puerta de Hermoso, cuando el jugador cuando el jugador marroquí iba a marcar, puso tierra de por medio con el Espanyol. Mario Hermoso recortó distancias pero la alegría de Butarque no se vio amenazada, dispuesta ahora a soñar con la Copa. Tras la victoria pepinera, tocaba una hazaña más dificultosa para los equipos del sur de Madrid.
El Getafe se plantaba en el Ramón Sánchez Pizjuan con el propósito de seguir puntuando para dejar los puestos de descenso lo más lejos posible, ese es el objetivo de los chicos de Bordalás. Empezó más fuerte el Sevilla, cosa que era lógica puesto que jugaban en casa pero con el Getafe bien replegado, bien colocados y con un trabajo de equipo que hacía mucho tiempo que no se veía en los últimos años en los azulones. La primera parte fue una auténtica partida de ajedrez en el que cada entrenador hizo sus movimientos dentro del tablero pero sin llegar a poner en peligro ninguna de las dos porterías. Solo un remate de Amath, rechazado por un defensa hispalense, hizo llevar el murmullo a las gradas del Pizjuan.
Arrancaba la segunda parte y más de lo mismo hasta que, Montella, movió ficha y dio entrada al fichaje más caro de la historia del Sevilla, Muriel, que sustituyó a un desacertado Ben Yedder. Y fue el colombiano, después de un despiste de la defensa del Getafe, quien adelantó al Sevilla, con una jugada rápida en la frontal del area. El cuero pasó desde la banda izquierda hasta los pies de Sarabia, que desde la derecha, dio el pase de la muerte para que Muriel, con un toque sutil, batiera por bajo a Guaita para hacer el primer gol de la tarde. No se iban a rendir los hombres de Bordalás. Imposible, impensable en los equipos del entrenador alicantino. Minuto 92, saque de falta desde la izquierda, balón colgado dentro del área sevillista y un Sergio Rico con manos blandas, no logra blocar el balón, deja muerta la pelota y por allí pasaba el más listo de la clase, Angel Rodriguez, para transformar el empate final en el marcador y dejar a los azulones más cerca del objetivo.
Cabe reseñar la lesión de Markel Bergara, que tuvo que dejar el partido en la primera parte y que posiblemente tenga que pasar por el quirófano por una rotura de uno de los dedos de su pie izquierdo. Lástima porque el mediocentro del Getafe se perdería lo que resta de temporada. Lo dicho, modestia aparte, el próximo Domingo, se juega el verdadero derbi de Madrid. El derbi del Sur.
Tony Zambrano