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J20 Real Madrid 7 - Deportivo 1: El espejo en el que mirarse

Fuente: realmadrid.com

El Real Madrid remonta el gol del Deportivo rescatando la bestialidad goleadora del mejor Bale y la pegada de Ronaldo. No fue un partido para la esperanza de los aficionados pero sí un bálsamo moral para la plantilla y la capacidad goleadora. Tampoco será para el recuerdo aunque figurará en las estadísticas. En definitiva, un tramite más por la posición del Real Madrid en Liga pero que ha de servir como punto de salida hacia una racha magnífica, que pase por la clasificación para la final de Copa (primero hay que clasificarse para semifinales con permiso del Leganés) y la eliminación del PSG.

Arrancó el Real Madrid como finalizó contra el Leganés, falto de ideas, dubitativo, controlando el partido aunque no la pelota y sufriendo cuando no la tenía. Enseguida el Depor se dio cuenta que semejante panorama es una oportunidad única en el Bernabéu y que, si la defensa se despistaba como venía haciendo en los últimos timpos, la alineación de planetas era única para adelantarse. Y así sucedió todo, error de Marcelo incluido, en el gol de Adrián. Tras una veloz combinación ayudada por un Madrid a medio gas y del todo despistado saltaba la -ya no tanto- sorpresa en el feudo blanco. Antaño el conjunto blanco se habría sobrepuesto enseguida, pero en este Real la reacción no es inmediata y, curiosamente, suele venir espoleada por uno de "esos" que sienten los colores, que trabaja sin hacer ruido, que ya no cumple sino que sobresale sin quererlo ni él ni los medios de comunicación. Nacho abrió la lata y a raíz de ahí el Madrid fue otro, atacando en tromba, haciendo todo lo posible por ganar el partido. Lo que se le pide a cualquier equipo, se le exige al Real Madrid y se aplaude si se asiste a semejante espectáculo. 


Ayudó un Bale que espanta que su recuperación sea casual y consolida su mejor versión tanto de cabeza como con un golazo para enmarcar. Quizá ésta no termine siendo la goleada de la Liga, pero desde luego el tanto puede serlo. Imposible dibujar una mejor parábola directa a la escuadra. Modric, eterno mareador de perdices y balones hasta hallar el hueco, esta vez tuvo el premio del gol con un remate de fuera del área que recuerda que el Madrid también sabe tirar... sólo que no se acuerda y pocas veces lo hace. Hasta Casemiro se uniría a una fiesta goleadora a la que también se apuntaría otro reñido con el tanto en Liga, Cristiano Ronaldo. Se retiró el astro portugués tras una brecha y dejó la imagen del partido, más allá que la del videomarcador al final del encuentro: CR7 pidiendo móvil para comprobar el alcance de la brecha. Sirva la ilustración para la simbología: quizá el camino que deba tomar el Real Madrid, simplemente, sea el del Real Madrid, y volver a ser el espejo en el que mirarse. Sin complejos ni reojos hacia Barça o PSG.

Jesús Clemente Rubio