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J9 Real Madrid 3 - Éibar 0: El dulce sueño del Bernabéu

blancos-merengues-real-madrid-marcelo-golazo-eibarEs pisar el Bernabéu, y el Real Madrid -de momento- ingresa en un trance de difícil explicación, misterioso origen y peligrosas consecuencias potenciales. Fue el Éibar el que rodó el balón los primeros diez minutos y quien parecía no sólo el equipo local sino el superior, pero la fortuna se alió con la calidad individual para poner el abultado marcador. Isco, genio (otra vez). Y los críticos de Marcelo, escondidos tras sus extraordinarios minutos con gol incluido.


Modric, de tapado pero también crucial en mantener el control del balón, inició con un pase a Benzemá. Dejada suave del mismo a Theo, que arranca, que progresa, que perfora la banda izquierda para ceder en la frontal a Marcelo. Pared y taconazo del brasileño con Benzemá y, tras un movimiento propio de delantero centro nato, remata con la zurda para maquillar otro partido del Real Madrid a medio gas. Ciertamente una jugada que se llevó todo el brillo que faltó, salvo en las circulaciones de Isco, al conjunto blanco para pasar por encima a un Éibar que, si bien valiente y siempre dando la cara, que explicó por qué es el equipo que más goles encaja en este campeonato liguero.


Ese 3-0 llegaba tras otro jugadón de Marcelo en el que esta vez asistió a un Cristiano que no logró su segundo gol en Liga. Nada preocupante mientras el Madrid siga haciendo goles. Y el lateral izquierdo del Madrid callando a los críticos que habían arremetido contra él días atrás. Bastaron unos minutos -salió de refresco- para dejar patente su calidad en todos los ámbitos. Isco lo hizo durante todo el partido, a base de regates, recuperaciones, pases, iniciativa, definición... le faltó el gol. El que sí puso Asensio tras un espacio regalado por la defensa del Éibar pero, no quitemos mérito, un soberbio tiro cruzado y a bote pronto. De los que de pequeños lanzábamos a las nubes en el patio del colegio.

El primer gol, testimonial por un intento de remate de Ramos que propició el error de Oliveira y tanto en propia meta, fue sin embargo fundamental pues el Madrid había sudado en los primeros diez minutos ante un conjunto visitante aguerrido y valiente. Pero ante los grandes la valentía ha de ir acompañado de precisión y resolución pues, si perdonas, caes. Así, de nuevo como en trance, dejándose llevar, el Madrid sumó tres puntos en otro partido más somnoliento que de ensueño y dulce... por ahora. ¡Al acecho del líder!

Jesús Clemente Rubio