Ir al contenido principal

(Champions, Grupos) Real Madrid 1 - Tottenham 1: Portero también juega

empate-real-madrid-tottenham-cristiano-vs-kaneKane y Cristiano Ronaldo lo intentaron, de hecho lo consiguieron (el primero con la colaboración involuntaria de Varane) pero no lograron el objetivo definitivo: la victoria. Empate a goles, quizá también a juego e incluso a ocasiones claras, y también tablas en el terreno de la actuación de los guardametas. Keylor y Lloris fueron las estrellas no diremos de una final anticipada de Champions, pero sí de dos equipos predestinados a rondas avanzadas de la competición.



Rugía el Bernabéu en toda su grada, desde la familiar de los que por vez primera acuden a un partido en el templo blanco para ver al equipo blanco como los que lo visitaron y acompañaron al combinado inglés. Noche Champions, noche de campeones y sin embargo ninguno venció sobre el papel, si bien ambos porteros vieron reforzada su titularidad. Lloris por anticipación y estiradas, Navas por reflejos (bien lo sabe Kane) y agilidad. Entre medias, un Real Madrid que contrastó momentos de tedio con otros de preciosa circulación y primer toque, como el que propició el gol, a la postre y de penalti, de Cristiano Ronaldo. Hasta cuatro pases encadenaron los blancos en apenas unos metros del área rival y Kroos, ayudado por el leve contacto pero sobre todo por el cansancio, se fue al suelo y sacó la pena máxima. Sería el empate a un gol en propia puerta de Varane auspiciado por un Kane inquieto, creador y ejecutor, a la altura de las expectativas y que, por qué no, encontró en el Bernabéu su mejor escaparate... y quién sabe si su próxima casa.


En el durante, primero Isco y luego Modric cuando éste desapareció algo más se adueñaron del centro del campo, Casemiro y Ramos eran todo pundonor y arrojo en las recuperaciones y la brega y Achraf quizá esté algo verde y, sin embargo, ante decenas de miles de espectadores y contra todo un Tottenham no tembló y completó una actuación reseñable. Se echó de menos un poco más de Kroos y un mucho de Benzemá (aunque su tremendo cabezazo pudo suponer la victoria) pero el hambre de CR7 y la magia de Isco taparon las carencias francesas de la noche. En el bando contraroi, mención especial para Aurie que hizo de todo y todo bien, desde recuperar hasta sumarse al ataque. 

Claro que vamos a hablar del jugadón de Cristiano con carrera y doble caño incluido y reconocemos que sí, que tenía el pase claro, pero la acción merecía ser coronada por quien la empezó, pues sólo así las jugadas memorables se convierten en eternas. Una pena, perdón, parada de Llois lo impidió. La gloria fue para los porteros. Ellos, como decía cierto locutor argentino, también juegan.

Jesús Clemente Rubio