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Terrazas´17: Prueba un trozo de paraíso en el Txoko La Moraleja

mejores-chuletones-carne-madrid-rapeCon lago, terraza de triple ambientación y un interior coqueto y acogedor, Txoko encierra en un exclusivo enclave de La Moraleja una oferta casi irrepetible en el resto de la región: desde un relajado desayuno hasta el copeo más íntimo. Aviso: vayas cuando vayas, hazlo sin hora, pues sentirás la tentación de echar el resto del día en este pedacito de paraíso alternando entre sus ambientes. Y eso que aún no te hemos hablado de la comida.


Si el tiempo no acompaña no te preocupes;
el interior es igualmente acogedor.
Y no lo haremos en el próximo párrafo porque a veces un restaurante es más, mucho más que lo que ofrece su mesa. Desde la entrada un pasillo escoltado por cuidados matorrales conduce bien al interior, de acogedor aspecto amaderado y con gusto por la sencillez y la comodidad, o bien deja a izquierda y derecha hasta tres atmósferas diferentes en su zona de terraza. Nos cuentan que en el futuro se acristalará, todo un acierto para poder gozar de semejante estampa también cuando el sol no acompaña. 
Uno de los ambientes, el que hemos denominado 'afterwork', es la solución perfecta para aquellos que tienen
jornada intensiva en verano pero desean pasar más tiempo con los compañeros de trabajo.

Las mesas altas comparten con los bancos uno de los ambientes.
Pero a lo que íbamos: por un lado está la zona de restauración propiamente dicha, mesas bajas y generosas para acoger los platos, y por otra dos ambientes diferentes para sentarse: uno más chill-out algo alejado de la "piscina" (o lago, o lo que sea, pero nos encanta) con sofás y mesas altas y otro sillas en forma de huevo o bien de nuevo mesas bajas pero más informales para la charla o el copeo a pide del citado elemento acuático. En definitiva, si buscas plan para el verano, aquí bien puedes echar toda la tarde: aperitivo afterwork, cena y rematar con copeo hasta la 1 de la madrugada. Mucho abarca este Txoko y lo mejor... es que mucho aprieta en todas las parcelas. Vamos con la gastronómica.

Calidad en todo el proceso
Si un inocente aperitivo ya te hace relamerte... imagina cómo será el
resto de tu comida o cena.
Nos contaron que la materia prima puede o no gustar, pero es de primerísima calidad. Algo arriesgado hacerlo antes de que le hinquemos el diente; nos dijeron que hay una norma no escrita, y es decir todo aquello que no guste; nos aseguraron  el sabor, nuevamente puede o no ser de nuestro agrado, pero en intensidad es de sobresaliente. 


Pídelo y disfrútalo. Si no te gusta, tu paladar merece
poco más.
Y las tres premisas se cumplieron, de tal forma que ingredientes, servicio y producto conforman un proceso de calidad en todos sus pasos. Porque el camarero o la camarera, en nuestro caso ambos, siempre está ahí cuando se le necesita y sabe mantenerse al margen como si detectasen tu necesidad de privacidad. Por cierto que la intimidad es absoluta porque Txoko apuesta por que el cliente esté a gusto, no por atestar el espacio de mesas en las que se enteren de nuestras charlas y nos enteremos de las ajenas. 

Porque la comida, ya desde el aperitivo de chistorra (¡qué chistorra!) cumplió con lo prometido y por ello pudimos cumplir sin reparos con la norma de la casa, pues nada tuvimos que decir en el apartado de los disgustos. Sensacional como también el jamón de bellota, en su punto de "sudado", de extraordinario sabor y acompañado por tomate y pan rústico perfecto para un buen tumaca. 


La gamba roja, como el resto de materia prima, resultó de primerísima
calidad.
Antes de los principales venía bien desengrasar y apostamos por los berberechos y la gamba roja, cuya frescura nos permitió olvidar la asignatura pendiente que quedó para la siguiente visita, esto es, las croquetas "según el humor del cocinero". El nuestro fue excelente toda la velada, lo cual es comprensible vistas las imágenes.

Frescos y repletos de sabor, los berberechos son una apertura interesante para tu velada gastronómica.
Y aún quedaban los principales, que para nosotros ya habían pasado pues todos los sabores destacaron y no hicieron olvidar al anterior... pero lógicamente el chuletón de vaca gallega (foto de portada) y el rape sí consiguieron redondear una mesa para el recuerdo. 


Somos carnívoros, nos habían elevado al máximo la expectativa sobre
el rape y, pese a todo... no defraudó. Delicioso.
Probamos sólo dos, pero no puede ser casualidad que justo pidiéramos
los sabrosos... así que atrévete con el resto de postres.
El primero en el punto exacto que nos gusta, tierno y hasta adictivo. El segundo alejándose de la contundencia carnal y exhibiendo una textura y un sabor que explican que sea uno de los platos estrella. Para terminar el Brownie con helado y aderezado con frutos rojos sólo palideció ante la tarta de manzana, que si no la pruebas es como si no hubieras estado allí.

Quedarás bien con tu estómago y con cualquier compromiso y compañía:
el Txoko no defrauda.
Cuando creímos, pues, que el afterwork era el principio y final del Txoko, llegó la cena para desdecirnos y, al término de ésta, el sugerente copeo a pie de lago. Y así, señoras y señores, es como un restaurante de nueva factura (octubre del pasado año) está llamado a convertirse en un clásico del terraceo madrileño, de la atmósfera exclusiva y de la gastronomía de la capital. ¡Qué gustazo juntarse con los amigos!... en un lugar así.

Para empezar la tarde o cerrar la noche... la terraza de Txoko La Moraleja es ideal.

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- ¿Dónde? Txoko La Moraleja. Avenida de Bruselas, 39. 28108 Alcobendas. www.txokolamoraleja.es 609 37 93 69.

- ¿Cuándo? Abierto TODOS los días de 7 de la mañana hasta pasada medianoche excepto sábados y domingos, que retrasa la apertura hasta las 9.


- ¿Cuánto? Precio medio: 40 euros por persona.

Jesús Clemente Rubio