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Terrazas´17: Warehouse y la escapada 'gastroorgánica' sin moverte de Madrid

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Puestos a pedir, querríamos la mejor versión de la capital: su ritmo y vida pero sin ruido, el embriagador atractiva de sus  múltiples actividades pero sin estrés, la buena gastronomía sin las ya casi lógicas manipulaciones, esto es, una comida verdaderamente "de la granja a la mesa". Y puestos a satisfacer tamañas demandas, The Haciendas Warehouse (un día dedicaremos largo y tendido a hablar de The Haciendas Company, merece la pena) reabrió tras una profunda renovación con idéntico entorno de ensueño (un oasis rodeado de suficiente vegetación como para no apreciar el ruido y tráfico de Madrid), soberbio servicio y una carta que podría perder intensidad en el sabor para los recelosos de la comida orgánica pero que, aseguramos y confirmamos a la vez que nos relamemos, se equivocará aquel que juzgue sin probar. Tu escapada "gastroorgánica" sin moverte de Madrid.


Adentrarte en la exuberante puerta que da acceso a la terraza de The Haciendas Warehouse es respirar y vestirte de una exclusividad que, lejos de dejar fuera, lucha y hace por integrar. A la derecha tendrías The Rhum Bar, un colonialismo caribeño con tintes de la aristocracia británica que dejan una carta informal, una barra versátil y una terraza algo menos íntima que la que hoy trataremos. Pero sirva la mención para denotar la variedad de conceptos que se dan cita en este enclave de la calle María de Molina esq. Lagasca.
Si ya resulta acogedora durante el día, con la caída del sol la terraza ofrece su versión más embriagadora.

Si miramos a la izquierda, en cambio, encontramos un pequeño pulmón que relaja los sentidos por la preponderancia del verde vegetal y la madera en la terraza y esta última también en un interior igualmente cuidado. Pero obviamente por las fechas que nos ocupan apostaremos por su parte exterior, donde cuando cae la noche una pequeña luz juega con las sombras en cada una de las mesas lo que, unido a las citadas plantas, crea un entorno de ensueño. Con la acogedora atmósfera garantizada, resta asomarse a la carta para sorprenderse, ante todo y obviando la etiqueta y el concepto orgánico, por los precios; palacete, centro de Madrid, orgánico... y sorprendente por sus ajustados precios en relación a la calidad y cantidad servida. ¿Dudas sobre el origen de las materias primas, la composición de los platos o no sabes qué elegir?


El salmorejo, suave y delicioso, es un estupendo entrante.
El servicio es formidable en rapidez -pese a tratarse de cocina fresca y al momento, lo cual se aprecia a la postre en el sabor- y atención y hará que pidas lo que pidas, lo hagas convencido. Sobre nuestra apuesta, un clásico como la tortilla de patata no sólo complació por sabor sino también por cantidad; digamos que es una completa y pequeña que como entrante para dos sería más que resultón para abrir apetito. También cabe mencionar el Sashimi de presa ibérica, célebre entre los comensales y no es para menos por su excelente combinación de sabores y justo punto para que lo crudo pase a ser "poco cocinado" y sabroso. Pero nosotros, siempre a contracorriente, situamos unos escalones por encima al pulpo a la plancha tanto por su vinagreta de lentejas (deliciosa) como por, nuevamente, la cantidad y la intensidad de sabor. No dejes pasar por cierto el salmorejo, muy suave y que sabemos que en verano es menester en el menú de muchos.
En los principales sí sucumbimos a la tendencia y, tras preguntar sobre el mero y conocer que es otro de los platos estrella, la "espuma de mar y berberechos" que lo acompañan nos obligaron a elegirlo. Textura, sabor y, una vez más, tamaño de la ración de diez. Claro que seguimos el consejo de probar también la carne pues, nos aseguraron, estaba a la altura del pescado... y los 700gr. de chuletón de vaca fuera de carta nos sedujo.
Ampliamos, ponemos luz y lo que haga falta a los 700 gr. de chuletón de vaca. Lo orgánico cae mucho mejor, os lo
garantizamos.
Un consejo: nos encanta la carne poco hecha pero quizá por el origen orgánico o quizá porque ese día teníamos ya el paladar saturado de placer por los platos anteriores, disfrutamos más las partes más hechas que las menos. Hallamos más sabor en ellas, vaya. En cualquier caso, el plato es supremo (mejor para dos) y la guarnición imperdible, tanto las verduras a la plancha como las patatas (RIQUÍSIMAS) resultaron las mejores compañeras de viaje de un chuletón para el recuerdo.

Por lo que más quieras... ¡pídete el brownie! (*ración más grande que
la de la foto, ya no podíamos más pero no queríamos dejar de probarlo)
No quedaba hueco para más pero sí curiosidad por si los postres remataban una faena hasta ese momento perfecta; el brownie hizo el resto con un helado de vainilla nada empalagoso y genial para el contraste con el bizcocho de chocolate. El epílogo habla de dos personas complacidas desde el primer minuto hasta la última cucharada de postre, entregadas al entorno y a una de las terrazas, uno de los restaurantes y una de las mesas orgánicas más recomendables de la capital.

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- ¿Dónde? The Haciendas Warehouse. Calle María de Molina, 25. 91 436 59 22 https://the-haciendas.com/zoritas-kitchen/madrid.php
- ¿Cuándo? Abierto todos los días de 13 horas a 2 de la mañana salvo viernes y sábado (2:30) y domingos (18 horas).
- ¿Cuánto? Echa un vistazo a su ajustada carta aquí https://the-haciendas.com/pdf/zk-madrid-menu-es.pdf


Jesús Clemente Rubio