Al Real Madrid le bastó con una temible pegada para doblegar al conjunto donostiarra. La victoria, sin un destacable ni memorable juego, sirve además para aumentar distancias con Sevilla y Barcelona.
Treinta minutos en los que no pasó nada salvo el tiempo y el balón de un lado a otro. Real Madrid y Real Sociedad parecían querer conseguir los tres puntos por la vía rápida y ésta, como suele ocurrir, se mostraba plagada de imprecisiones y errores no forzados. Hasta que apareció Kovacic y dejó la única calidad que se pudo ver en la medular durante todo el partido. Primer con un gol tras enorme asistencia de Ronaldo, luego intercambiando papeles y siendo el sirviente para el tanto del portugués.
Con la Real Sociedad dando tumbos y casi pareciendo que pedía la hora, a quien le llegó fue a Morata para sustituir a un, otra vez, difuso Benzemá. Se encargó el joven delantero de cerrar una goleada que sirve, además, para incrementar distancias con los inmediatos perseguidores. Máximo rendimiento, mediano esfuerzo.
Jesús Clemente Rubio