Viajar a Chicago tras visitar Nueva York aquellas Navidades
que os contamos aquí y en todo su esplendor, después de que te repitan una y
mil veces que “es la pequeña Nueva York”, algo así como la hermana guapa, pero
pequeña de aquélla y mil aspectos más que sitúan a la de Illinois por debajo de
la Gran Manzana bien podría resultar un hándicap para la ciudad que hoy nos
ocupa. Y con todo, Chicago nos recibió,
abrazó y casi no dejó volver, pues una envidiable atmósfera y esa
embriagadora sensación tan imposible de ver como de dejar de sentir hizo que lo
que surgió como un romance al margen de nuestra relación con Nueva York
terminase casi en divorcio para irnos con la amante. Más que la pequeña Nueva
York, bienvenidos a la Gran, imperdible y recomendable Chicago.
Pasear por Chicago es ya un atractivo turístico. |
Uno de los principales atractivos de Chicago es su arquitectura: hay cruceros por el río Michigan para mostrártela. |
Ahora bien, como verás hemos soltado varios datos en un solo
párrafo, y para navegar en ellos aparece el otro término por explicar: Greeter.
Dicho de otra manera, se trata de un guía local que, de manera altruista y
voluntaria –de hecho no aceptan ni propina- se ofrecen, por amor a una ciudad
que luego entendimos por qué amar, como guías por los entresijos físicos e
históricos del lugar.
Otra de las cosas que aprendimos de nuestro Greeter: desde el Aquarium obtenemos una de las mejores vistas. |
Las opciones son infinitas, y la nuestra, aunque fue la
más genérica y casi turística, se topó con Israel, el mejor Greeter que pudimos
imaginar, que supo combinar los típicos sitios con otros reservados a la
sabiduría autóctona. Y además, en perfecto español. Un lujo para nuestro primer
día que nos ofreció un excelente resumen de lo que nos esperaría el resto de la
estancia. Eso sí, asegúrate de reservar en su página web con tiempo suficiente
para darles margen para buscar el guía más adecuado para ti y tus pretensiones.
Es sencillo y tremendamente útil para ellos y, a la larga, para vosotros.
La judía, "the bean" o el frijolito, el monumento te encantará. |
Muy cerca de Millenium Park tienes el pabellón auditorio. |
En nuestra ruta con el Greeter y posteriores descubrimos,
por ejemplo, la locura por el shopping en
la Avenida Michigan, el parque Millenium
y su famosa judía que refleja toda la ciudad con gran angular –una GoPro
escultural, vaya-, la Chicago Architecture Foundation –no puedes perderte la
maqueta de Chicago en su interior, visita gratuita- o el Chicago Cultural
Center, con una cúpula reconocible por su aparición en varios filmes y un
edificio de hermosa factura interior.
Big Bus Chicago es la mejor opción para moverte entre los monumentos de la ciudad. |
Sólo mencionamos algunos puntos de
interés de una urbe que ofrece decenas de rincones atractivos para el local y
el turista, pero lo hacemos de corrido porque otros merecen un alto en la
redacción y más de un minuto de nuestro tiempo. Y si no quieres perderte
ninguno, te adelantamos, hay una opción a la que nos hemos aficionado en
ciudades anteriores: los autobuses turísticos “Hop-On Hop-Off”.
El gran tour en
autobús
Big Bus Tour
http://eng.bigbustours.com/chicago/home.html podría ser una compañía más de las que ofrecen el tour por Chicago, pero para nosotros fue LA compañía. Porque por
frecuencia, trato, detallada explicación –con posibilidad de escuchar
pregrabación en castellano con cascos que te regalan-, comodidad y correcta
distribución de las paradas entre los monumentos más importantes, amén de un
chubasquero muy útil en caso de lluvia, nos encandiló su servicio.
El Big Bus Tour también ofrece recorrido nocturno pero, en esta ocasión, no podrás apearte del autobús. Aún así, merece la pena. |
Todo ello
con un horario que sigue siendo la asignatura pendiente en este tipo de
servicios –aunque cierto es que ofrecen una opción nocturna, pero sin paradas y
más bien a modo de “crucero por el asfalto chicaguense” y de noche- pero que se
suple por amortizar sobradamente el dinero invertido –tienes descuentos y hasta
café gratis sólo por mostrar tu ticket de Big Bus Tour en diferentes
establecimientos de la ciudad-.
Al sur de Millenium Park otro espacio verde acoge la Buckingham Fountain, bonita de día y preciosa de noche. No te pierdas su espectáculo musical y de luces. |
Y ahora sí, toca detenerse en algunos de esos puntos donde
nos llevará el autobús, como son el complejo museístico, las torres de
observación de la ciudad, las principales plazas o espacios callejeros, el
clásico muelle y, claro, el Citypass que te facilita el acceso a la mayor parte
de los mencionados.
Una chequera para
acceder a todos
Las vistas desde la torre 360ª son las mejores de toda la ciudad. CityPass te da acceso. |
La típica foto 'sobre el vacío' es la del Skydeck. |
CityPass Chicago te permite ahorrar hasta 150$. Para qué
andarnos con rodeos si en una frase y por 98$ podemos resolver el acceso a las
principales atracciones de la ciudad y, además, sin esperas ni excesivas colas,
lo cual se convierte en un aliciente en la mayoría de ellos. Véase el caso de
la Skydeck, la torre con “terraza suspendida” en la que hasta para la foto
jugando con el vacío habrá cola… así que imagina en sus accesos. Donde el “ciudadano
normal” tuvo que esperar hasta hora y media, nosotros estábamos ya arriba en
cuestión de 15 minutos gracias a la chequera. Sobre la torre, salvo la genial
experiencia comentada, no logra vencer a la otra gran majestuosidad del
ladrillo, la 360º Chicago que, además de permitir una vista que su mismo nombre
indica, premia con un espectacular e imperdible atardecer.
El CityPass permite saltarse colas y evita esperas innecesarias. |
En otro orden de cosas se encuentra el complejo museístico,
que ciertamente no rivaliza –ni quiere- con el de Washington pero aún así
merece la visita no sólo por estar incluida en el CityPass sino por el
extraordinario itinerario y la conservación de muchas piezas originales el The
Field Museum (algo así como el Museo Arqueológico, con los restos del T-Rex
mejor conservado del mundo), el Aquarium (enorme, de sencilla e intuitiva
visita) o el Planetarium (éste lo sacrificamos porque es opción en el CityPass,
optando por el Art Institute of Chicago –pegado al Millenium Park- de hermosa
factura en sus obras).
En The Field Museum encontrarás el T-Rex mejor conservado (sus restos, se entiende). |
El Navy Pier es ese lugar de película en el que siempre quisiste estar. |
El CityPass nos soluciona la vida y acceso a muchos e
interesantes lugares de Chicago, pero otros simplemente basta con acercarse a
ellos para disfrutarlos. Por ejemplo el Navy Pier, el clásico muelle de
película que, si bien se aleja de aquel por eliminar los puestos de “gana un
peluche a tu novia” o los que venden algodón de azúcar, si ofrece suficientes
atractivos –el food court techado, el Bubba Gump, los cruceros para ver el
amanecer o los fuegos artificiales nocturnos los miércoles y sábados de verano-
para pasar una agradable jornada o media jornada en sus instalaciones. La
noria, aunque algo elevada de precio (15 dólares) ofrece casi 10 minutos de
panorámicas vistas del Lago Michigan y la silueta de la ciudad durante 10 minutos
y a 45 metros de altura. Si subes al atardecer, nadie te quitará tu momento más
bonito y romántico del viaje.
La Daley Plaza de Chiago acoge (al fondo y algo a la izquierda) la escultura de Picasso pero toda ella presenta una simbólica reunión de elementos naturales y urbanos. |
Volviendo a la tierra, aunque hay pocas, algunas plazas de
Chicago se erigen como las más atractivas para el visitante, llevándose la
palma la de la escultura de Picasso, con un excelente espacio para el descanso y
relax rodeado de árboles, urbe, fuente y el toque abstracto de uno de nuestros
artistas más internacionales.
Con semejante 'skyline', puedes imaginar que la ciudad está plagada de azoteas para el copeo. |
Un último guiño, claro, a los rascacielos: aquí se erigió el
primero, Chicago está plagado de ellos y entre todos destaca la imponente Torre
Trump que, al igual que muchos otros, posee una Rooftop abierta al viajero para
deleite de vista y cámara de fotos. Prepara cartera aunque siempre podrás optar
por otras azoteas más económicas e igualmente recomendables como la recién
inaugurada London House (a pocos metros de la Torre Trump) , The J. Parker o
Vertigo.
A todo lujo o al
estilo ‘road trip’
Si no te entran ganas de volar sobre una de estas camas es que no te gusta reposar como un rey. |
Chicago es una ciudad algo cara en el apartado de
alojamientos. Eso sí: a cambio del precio ofrece estrellas y calidad de las
verdaderas, y jamás terminarás decepcionado ni lamentando ni un solo dólar de
los invertidos en tu descanso. Nuestra opción fue Sofitel Chicago Water Tower,
ubicado en la parte “acomodada” de la ciudad y cercano a la Magnificient Mile
(recuerda, la zona “shopping” por excelencia), a 10 minutos andando de la playa
urbana más cercana (¡OBLIGADA VISITA!)y, en definitiva, en uno de los centros
neurálgicos de la ciudad.
Otra de las ventajas del Sofitel es que está cerca de la Torre 360ª y una de las playas urbanas. |
Sobre el hotel, ya desde la recepción, amplia y acogedora al
mismo tiempo, amén de un servicio dedicado y sonriente, uno hace valer su
inversión. Pero es cuando cruzas el umbral de la puerta de tu habitación cuando
te regodeas en tu elección que, si bien carece de piscina –único “pero” del
hotel- lo suple con unas camas que son tan cómodas como parecen en la foto, más
luminosas si cabe y con vistas a rascacielos para recordarte lo afortunado que
eres no sólo por haber elegido Chicago sino Sofitel.
Un verdadero gustazo trabajar con estas vistas. |
Las comodidades son absolutas, con espacio suficiente para
trabajar –o pasar tus fotos al ordenador- con vistas siempre al Skyline
chicaguense, máquina de té e infusiones, televisión por cable rica en canales y
un servicio que visitará tu estancia dos veces al día para garantizar que todo
esté siempre impecable. El baño, con ducha y bañera para satisfacer todos los
gustos, no hace sino engrandecer la estupenda imagen transmitida por el resto
de la habitación.
Los desayunos del Sofitel son un referente. Y si no, deberían. Ojo a los huevos benedictinos y la bollería recién hecha. |
Para rematar una estancia inolvidable, el desayuno: aunque “obliguen”
a abonar el día de tu salida las “propinas”, y pese a que si adquieres los packs
económicos tu desayuno incluido no será tan generoso como el comprado “in situ”,
déjanos decirte que en contra de lo que leas en Internet es más que suficiente.
Bollería, zumo, fruta en la cantidad que tú quieras y luego a elegir un
principal donde, optes por lo que optes, acertarás. Si añades un saludable día
de verano y la terraza para arrancar la jornada, el desayuno se convertirá en
uno de tus momentos inolvidables.
¿Quieres un típico motel estadounidense? Ohio House Motel se erige en plena ciudad. |
Otra opción que también probamos, alejada del lujo y las
excelencias de Sofitel, fue Ohio House Motel. Algo así como el clásico motel de
carretera y de película que, obviamente, nos llamó la atención por el hecho de
poder vivir uno de esos suspenses que transcurren siempre en esta clase de
alojamientos con aparcamiento justo a la puerta de las habitaciones. Así las
cosas, Larry y sus empleados regentan un espacio que, pese a estar incrustado
en plena ciudad, sorprende por rebajar el ruido al mínimo, garantizando –casi siempre-
una óptima temperatura. La coletilla se debe a que se trata de un curioso
sistema climatizado centralizado, de tal manera que lo que para uno puede ser
el aire justo a otro le puede congelar. Por lo general, saben elegir bien el
medio y, por ende, la virtud.
Las habitaciones son atípicas en este tipo de establecimientos. Espaciosas, luminosas y bien equipadas. |
Con recepción 24 horas y máquina de hielo y de infusiones
también disponible y gratuita siempre, el motel otorga al viajero la sensación
constante de vivir su propia película sin renunciar a una comodidad atípica en
este tipo de alojamientos: confortables camas, amplitud y luminosidad… una
opción tan económica como recomendable y prácticamente en idéntica zona que el
hotel anteriormente reseñado.
No olvides visitar el United Center para rendir pleitesía al más grande de todos los tiempos. |
La gastronomía chicaguense está
cargadita de calorías pero… ¡es que sabe todo tan bien! No haremos un repaso tan
detallado como en nuestra crónica de Nueva York pero sí, al menos,
mencionaremos por encima algunos de los que allí también se encuentran:
McDonald´s, sólo por visitar el único en todo Estados Unidos al estilo década
de los 50 y gigantesco; el Dunkin Donuts, con sus donuts de menos de un dólar y
su oferta de Café o Té gigante por 99 centavos (aunque ojo a sus
Smoothies); y el Subway, claro, amamos
el Bocadillo de Albóndigas (Meatball Marinara).
Completa ya parece bestial, pero espérate a ver una porción desde otra perspectiva... |
Pero si lo que quieres es ser
chicaguense de verdad, te damos tres opciones: la Deep Dish Pizza (algo así
como el plato profundo de pizza) porque en Chicago la pizza que comen es tan
alta como el plato, es decir, casi un dedo índice de altura para las porciones…
así que por poco y poca cantidad comerás muchísimo.
En la foto no hay juego alguno de perspectivas: así luce la Deep Dish Pizza Bolognesa. |
Imperdible la tarta del Giordano´s: ésta cara se nos quedó. |
Si quieres un consejo, más
allá del Giordano´s del que todo el mundo habla, date un garbeo por el Pizza
Due (o su hermano mayor, el Pizza One) y pídete la Deep Dish Bolognesa… a
disfrutar.
En la opción dulce, los Do-Rite Donuts copan los medios de
comunicación especializados lo que explica sus 3$ de coste por donut… pero
merecen la pena. Prueba los Vintage pero céntrate en los clásicos de chocolate,
morirás de placer. Por último, un lugar de referencia es Portillo´s, con un
perrito caliente casi tan famoso como su batido de tarta de chocolate. Nosotros
la probamos, casera y esponjosa, aunque sin el batido, al estilo tradicional… y
verdaderamente podemos decir que es la mejor tarta de chocolate que jamás hemos
comido. La despedida más dulce de la Gran Chicago, una de las mejores ciudades
en las que han podido poner un pie otiuMMadrid y otiuMModa.
Greyhound, la mejor opción
Tuvimos una mala, muy mala
experiencia en el viaje de vuelta con Amtrak. Lo que debía ser una experiencia
mejor que la ida en autobús se convirtió, sin embargo, en el elemento que más
nos hizo echar de menos el placentero viaje de ida con Greyhound. Por ello y
sin criticar en exceso a Amtrak –preferimos pensar que tuvimos mala suerte-
hablaremos de la compañía de autobús que, por apenas 70 dólares, cubre las diez
horas que separan Niágara de Chicago con un estupendo servicio, una pasmosa
comodidad en sus asientos y conexiones suficientes –electricidad, Wi-Fi- para,
si no eres capaz de dormir por el ronquido ajeno (la única pega de viajar en
transporte público y colectivo) entretener hasta tu llegada al destino.
La mejor forma de hacerte con sus
billetes es en su página web https://www.greyhound.com/
donde siempre accederás a las mejores ofertas, es bastante intuitivo el
adquirirlos así como el obtener el billete final de embarque y siempre tendrás
la última información sobre el estado de tu trayecto. Muy recomendable.
otiuMMaximus
- Los monumentos chicaguenses, con los rascacielos y torres a
la cabeza, sin olvidar los museos.
- Millenium Park y las vistas desde la entrada del Planetario.
“Skyline” gratis.
- La gastronomía, con las pizzas y los donuts a la cabeza.
otiuMMenester
- Sofitel Chicago http://www.sofitel.com/es/booking/hotels-list.shtml
ofrece habitaciones desde 182 euros y Ohio House Motel http://www.ohiohousemotel.com/rooms.htm
desde unos 110 euros.
- Greyhound www.greyhound.com
ofrece trayectos desde Buffalo Station hasta Chicago por unos 140 dólares ida y
vuelta, en ocasiones bastante más económico (nosotros encontramos esa oferta en
verano). Son unas diez horas de viaje.
- El CityPass Chicago http://www.citypass.com/chicago
cuesta 98$ mientras que los Greeter son gratuitos previa reserva en http://chicagogreeter.com/
Jesús Clemente Rubio