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The Beatles 50º Aniversario: El concierto en Madrid 2.0 del mejor grupo de la Historia

Plaza de Toros de las Ventas semivacía y un Torrebruno entusiasmado por la actuación de los teloneros, Los Pekeniques, daba entrada a cuatro melenudos ante los ojos de la España franquista al grito de "aquí unos amigos, Los Beatles". Los más grandes de la Historia de la música estaban en España y, aunque sorprendidos por una atípica acogida derivada  la rectitud y censura franquistas y la justa economía -que no podía acometer las 25 pesetas que costó la entrada- desencadenaron su pop rock por estas tierras. Para los que no vivimos aquello simplemente porque no existíamos... incluso para los que sí fueron contemporáneos a aquel momento y hasta los que pudieron asistir, el tributo "The Beatles 50ª Aniversario" a manos de los propios Pekeniques y la mejor "beatlebanda" del mundo, The Bootleg Beatles ha sido una experiencia memorable. En más de dos años de otiuMMadrid puedo deciros que pocas veces he disfrutado tanto como durante las 3 horas que ambos grupos no nos hicieron retroceder en el tiempo, sino más bien trajeron la era de una música mejor y, por qué no, una felicidad más plena por sencilla, hasta nuestra ajetreada época en la que todo parece ser de usar y tirar, también las emociones.

Soy un ignorante. Presumía y sacaba pecho por adorar a The Beatles y, pese a ser hijo de los 80 y contar con 11 castañas cuando los descubrí, hacerme acérrimo absoluto de una música que ya ha muerto, que no existe, que no se hace. Mi ignorancia radica pues en que siempre torcía el gesto cuando leía crónicas y menciones a la ocasión en la que los Fab Four vinieron a Madrid pues, como teloneros, unos tales Pekeniques fueron el aperitivo al mejor manjar musical de la Historia. "Otro grupo más del Guateque", pensaba. Y ha hecho falta que pasen 50 años, 20 en mi caso, para descubrir una banda volcada con lo instrumental con temas como "Hilo de Seda" o "Embustero y Bailarín", ejecutadas con una destreza y limpieza propia sólo de los grandes. 

Los Pekeniques revolucionaron Las Ventas 50 años después.

Y es que ELLOS fueron y son grandes. Dejadme deciros sin hipérbole y con absoluta rotundidad que si el concierto hubiera acabado tras la hora y cuarto que estuvieron sobre el escenario mi impresión habría sido igualmente sobresaliente. Desde el pasado 2 de julio, soy incondicional Pekenique. Y os garantizo que la sensación en toda la Plaza de Toros era idéntica; los que ya los conocían disfrutaron 35 años después de subirse a un escenario por última vez de los acordes de los Pekeniques, los que no descubrimos otra joya más de nuestra historia musical. 

Los Bootleg Beatles recorrieron toda la historia de los Fab Four
con estética y canciones calcadas.
Entonces salieron ellos. En 1966 decidieron no hacer más conciertos porque la tecnología de la época no podía con los gritos y la histeria, no se oían,, perdían calidad y no podían permitírselo. En 2015 un grupo de extraordinaria y calcada estética e interpretación trajeron a Madrid lo único que le faltó a The Beatles: tecnología punta. La excelente caracterización y ejecución -obviamente, las voces e incluso la ejecución no eran 100% certeras pero hablamos de un grupo que versiona, no del propio grupo- me dejaron boquiabierto y emocionado mientras miraba embobado a los monitores y el escenario: "así fueron", pensaba. Y me invadió la tristeza por no haberlos vivido nunca, y me conquistó la alegría de poder revivirlos de tan original y trabajada manera. Sólo restaba disfrutar. Disfrutar siendo, por un par de horas, un Beatlemaníaco más, desgañitándome, contonéandome como se hiciera en la época, cantando "Yesterday", "With a little help from my friends" o "That boy". Recorriendo de un plumazo la evolución del cuarteto de Liverpool desde su etapa más alocada y adolescente (chicos y chicas por doquier) hasta la madura (Let it Be) pasando por el coqueteo con los ácidos y las drogas ("I am the Walrus"). 

Inolvidable el 'regreso' de The Beatles.
Podemos tener decenas de listas y números uno, conciertos, discos y festivales de desorbitadas cifras y ventas pero no os engañéis; la verdadera música, la que hace que toda una Plaza de Toros ponga de acuerdo a personas de hasta tres generaciones diferentes, murió quizá a mediados de los 90. O antes. Y nació con ellos. Nació con The Beatles y yo, 50 años después, afirmo orgulloso que por fin he tenido el honor de verlos.

Jesús Clemente Rubio