Importar modas como el famoso brunch siempre ha de ser bienvenido. El problema es que hay quienes se empeñan en olvidar quiénes somos y quiénes nunca debimos dejar de ser. Con la llegada de tan afamada mezcla de desayuno y aperitivo anglosajón perdimos una señal identidad crucial en la mesa española : el desayuno. No hablamos del desayuno basado en un café rápido o una pieza de bollería poco nutritiva, ni siquiera en el poco saludable "no desayuno" basado en un café o incluso un vaso de agua -como si nos fueran a dar energía para todo el día-. Nos referimos al completo y nutritivo desayuno que abarca múltiples facetas de la gastronomía española y necesidades del cuerpo humano. Hablamos del que en 20 - 30 minutos diarios nos dota beneficios de por vida. Por suerte aún quedan paladines del buen comer, como El Café del Infante, cuya manera de concebir tan sagrada comida debería ser la única forma de entender una mezcla de desayuno y aperitivo o comida. El "desayivo". Los mejores días de la Historia empezaron con un buen desayuno; quién sabe si alguna de aquellas jornadas memorables se forjó en El Café del Infante.
La zona de salados es sólo igualada por la de dulces. |
Miramos el reloj y adivinamos la hora entre los nervios: El Café del Infante recoge a las 12:30 su extraordinario desayuno basado en una veintena de opciones. 11:45 y por fin llegamos, la fachada impone, sorprende y gusta, y de idéntica manera hace el servicio, atento al detalle y al milímetro toda vez que cercano y diligente en el trato. "Llegáis con tiempo, en cuanto comencemos a recoger os avisaremos y mientras os puedo servir el café". Algunos optamos por el Cola Cao pero el objetivo estaba cumplido: podíamos disfrutar de la terraza -el interior también es confortable pero si la mañana acompaña el exterior no tiene rival- y del desayuno con total tranquilidad.
Todo lo que ves en esta foto está increíblemente rico. |
Ocho euros te separan de comer hasta la saciedad todos estos productos. |
Quizá seas más fuerte que nosotros y no caigas en la tentación... |
Si prefieres mantener la línea, El Café del Infante también piensa en ti. |
Jesús Clemente Rubio