Ir al contenido principal

Lo tuyo y lo mío: La historia de amor más grande jamás cantada (actualizado marzo de 2016)

lo-tuyo-y-lo-mio-musical-madrid-teatroRara vez repetimos sobre un plan si ya hemos hablado de él, aunque sea de manera previa. Sin embargo, tras asistir a Lo tuyo y lo mío en el Teatro Fernán Gómez hoy hace casi un año, no añadir unas cuantas líneas sobre tan extraordinaria obra habría sido faltar a la esencia del blog: recomendar los MEJORES espectáculos de la capital. ENTONCES clamamos en estas mismas líneas que otro espacio diese continuidad a un espectáculo meritorio y hoy Grupo Smedia ha oído nuestras plegarias, y el Philips Gran Vía acogerá la obra a partir del 1 de abril. 

Con un recorrido musical desde los 60 que atraviesa todas las fases de una relación sentimental, Lo tuyo y lo mío se erigió y erigirá a partir del 1 de abril como la mayor historia de amor jamás cantada. Una vez más, animaos y animad a aquellos que rehúyen del teatro y culturas similares, víctima del temor a lo tedioso y cargante. "En España y en Madrid tenemos una oferta que muchas ciudades del mundo para sí quisieran y, sin embargo, nos empeñamos en rechazarla y en llenar otros recintos que programan auténticas basuras de manido género y vacío contenido" escribimos en mayo de 2015, y si continúas leyendo adivinarás por qué. En tu mano está que no lo volvamos a hacer.


Karen Guitérrez posee un delicado,
dulce y trabajado timbre que te
engatusará.
ATENCIÓN: CAMBIOS EN EL REPARTO: Sigue Manuel Ramos pero se incorporan Diana Roig y David García Llop.

Nos sentamos en el Fernán Gómez y primer lamento de la noche antes de comenzar la obra; de las tres zonas de localidades, una de ellas vacía. Culpa del desconocimiento y la ignorancia, pues basta un vistazo y exploración rápidos de Lo tuyo y lo mío para percatarse de lo que nosotros hicimos a los dos minutos de comenzar la obra. Manuel Ramos arranca con una voz angelical, y por la izquierda y derecha le secundan en equilibrado coro Karen Guitérrez y Dídac Flores. Un talentoso Dolby Surround adelantaba que, durante la próxima hora y cuarto, el discreto teatro se convertiría en una gigantesca puesta en escena a golpe de calidad. 120 segundos de armonía a capella disparando la expectación sobre el resto de la obra.
Las coreografías y el dinamismo de la obra te secarán los ojos: no pestañearás.

Dídac Flores, además de un virtuoso de la música, multiplica
el colorido y juego de voces.
Aquí no se habla, ni se reflexiona, ni se interpreta en exceso; aquí sólo se canta. Y sin embargo, se dice, hace pensar y transmite muchísimo gracias a un puñado de canciones exquisitamente seleccionadas en cuanto a sus acordes y letras, amén de una ejecución soberbia. Uno no es de lágrima fácil y por eso no la derramó, mas el nudo en la garganta y el estómago si apareció en algún que otro lance -las chicas de nuestro lado navegaron en su propio mar de lágrimas- y, el resto del tiempo, con la sonrisa puesta henchidos de orgullo por el privilegio de contemplar tamaño espectáculo. Que tres voces y unas virtuosas manos al piano logren arrancar tales emociones a partir de archiconocidas canciones significa que las cosas se están haciendo bien, muy bien. Sólo las piedras no podrían compartir algún momento sentimental de cuantos explora la pareja en escena, sólo los metales no podrían estremecerse ante las odas al amor y desamor vistas. 
Manuel Ramos da la réplica perfecta a Karen; con un registro amplísimo, tan pronto se atreve
con difíciles agudos como sorprende con prufundos bajos.
Gracias Karen (Diana Roig), Manuel Ramos y Dídac (David García Llop) por recordarnos, durante unos minutos, cuán bonito es aferrarte al amor cuando estás enamorado; cuán necesario es soltarlo y dejarlo marchar cuando se pone el traje del cariño y la corbata del ayer.

otiuMMenester

- Tienes toda la información práctica del espectáculo aquí.

Jesús Clemente Rubio